Luis Zubeldía, el niño que hacía tácticas con canicas
Retirado por una grave lesión, en 2008 fue el técnico más joven de Argentina con 27 años y hoy recibe al Barcelona
“Este chaval iba para estrella, lástima que se lesionó”. La frase se ha escuchado tantas veces que hasta parece una muletilla en las ciudades deportivas de todo el mundo. La historia del jugador talentoso que ve cómo su carrera se le esfuma por culpa de una lesión se repite una y otra vez. Sin embargo, hay personajes destinados a rebelarse contra los estereotipos. Así es el caso de Luis Zubeldía (Argentina, 1981), nuevo entrenador del Alavés, que hoy recibe al Barcelona (18.15, beIN La Liga). Dejó el fútbol a los 23 años, después de pasar las de Caín con una lesión en la rodilla derecha. Hasta allí, todo bastante habitual. Pero Zubeldía no quería olvidarse de la pelota. Cuatro años más tarde, a los 27, se convirtió en el entrenador más joven en la historia de la liga argentina. Una sorpresa para el fútbol, también para él. “Me enamoré mucho más de la profesión de entrenador que de la de jugador”, dice.
Casi sin darse cuenta, Zubeldía se había convertido en entrenador antes que en jugador. “Cuando tenía ocho o nueve años, me sentaba en la cama de mis viejos (mis padres), en La Pampa, y hacía sistemas tácticos con las canicas. Enfrentaba las blancas con las de colores. No era normal eso para un chico”, explicaba a EL PAÍS hace unos años. Pero sus sueños, entonces, todavía se tejían con pantalones cortos. Jugaba en su equipo de La Pampa, cuando José Pékerman y su colaborar Hugo Tocalli lo convocaron para la selección argentina sub 17. “Estuvo más de tres años con nosotros. Estaba a punto de jugar el mundial sub 20 con Argentina, cuando tuvo la primera lesión en la rodilla”, recuerda Tocalli.
“Luché durante tres años, con tres cirugías, hasta que un día dije basta”, relata el técnico. Con 24 años y después de haber disputado 57 partidos en Primera, Zubeldía dijo adiós a su carrera como futbolista. Pero no estaba dispuesto a olvidarse de la pelota. Estudió periodismo deportivo —“para ver el fútbol desde otra óptica”, dice— y comenzó a trabajar en el fútbol base de Lanús. “Su hermano siempre me cuenta una anécdota de Luis”, cuenta Ariel Paolorossi, actual coordinador de la cantera de Lanús y excolaborador de Zubeldía; “él trabajaba en las categorías inferiores y había un niño que no tenía futuro. Pero Luis filmaba todos sus partidos, convencido de que podía mejorar su rendimiento. Es un obsesivo”.
“¿Obsesivo yo?”, dice Zubeldía; “no, soy responsable y muy apasionado”. El trabajo del entrenador llamó la atención de los directivos de Lanús, que le ofrecieron ser el segundo entrenador de la Primera de Lanús. En 2007 ganó la Liga y al año siguiente, se quedó solo en el banquillo. “Nada le pasó de casualidad. Primero, Luis se preparó para dejar el fútbol (hizo terapia) y después se preparó para convertirse en entrenador”, explica Paolorossi. Y dice Tocalli: “Es un estudioso. Miró mucho fútbol y habló con mucha gente. Además, tiene mucho carácter. Eso es esencial para llevar a un grupo”. Según Sebastián Saja, que jugó bajo sus órdenes en el Racing de Avellaneda, Zubeldía “convence al jugador con sus conocimientos. Al futbolista no se lo engaña”.
Después de pasar por Lanús, Racing, Barcelona de Ecuador, Santos Laguna, Liga de Quito e Independiente de Medellín, Zubeldía ha aterrizado en la Liga. El técnico tiene un nuevo desafío: que Mendizorroza olvide a su compatriota Pellegrino. “Tiene influencias de Bielsa, también de Pékerman, pero creo que lo que se destaca en los equipos de Luis es el equilibrio. Y siempre apuesta por los jóvenes”, concluye Tocalli. A sus 36 años, al entrenador más joven de la Liga española no le falta experiencia y apunta al Barcelona.
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