Girona sueña despierta
La afición celebra el gran partido del equipo de Machín pese al empate. “Cuando tienes algo en la mano te entra el miedo”, concede el técnico
A Girona nunca pareció interesarle demasiado el fútbol. Al menos aparentemente. Los fines de semana había cosas más interesantes que hacer que pasarse por Montilivi. La Costa Brava está a la vuelta de la esquina, los Pirineos también y la ciudad ofrece muchos planes, culturales, pedagógicos y una de las mejores gastronomías del mundo. Planes que, a priori, se antojan más tentadores que la pelota; sobre todo en invierno, cuando el frío pica en el estadio del cuadro rojiblanco. Pero algo cambió en los últimos años. Desde que el equipo que entonces dirigía Rubí (hoy entrena al Huesca) rozó el ascenso a Primera División en 2013, hasta que el de Machín logró colarse en la élite después de otros dos intentos frustrados (2015 y 2016), la ciudad comenzó a entregarse al fútbol.
En el casco histórico de la ciudad, allí dónde todos los turistas preguntan por los lugares en los que se filma la serie Juego de Tronos, Ricard, el propietario de un restaurante de pasta asegura: “Soy del Barça, pero mi hijo, que tiene 20 años, solo piensa en el Girona. Y este año, tal como pinta el Barça, voy a empezar a ir a Montilivi también”.
La ciudad, que tiene cerca de 100.000 habitantes estaba expectante con estrenarse en Primera ante el Atlético. “Hasta el jueves, sólo se hablaba de fútbol en Girona”, explica un seguidor del equipo en la larga fila, de casi 500 metros, antes de entrar a Montilivi. “No estamos acostumbrados a estás colas. Antes era llegar aquí y entrar a los cinco minutos”. Después de los atentados en Barcelona y Cambrils, los controles de seguridad aumentaron, situación que alargó la entrada a Montilivi.
Los errores
Stuani ya había tocado el balón del Girona como equipo de Primera cuando todavía continuaban entrando aficionados al renovado estadio —aumentó la capacidad hasta 13.500, según los requisitos de la Liga—. Aunque no se llenó —11.511 espectadores—, Montilivi se vistió de fiesta. Eso sí, Girona no se olvidó de Barcelona y Cambrils con un minuto de silencio.
El estreno del Girona no podía ser más categórico con los goles de Stuani. Pero el Atlético empató cuando se le daba por derrotado sin Griezmann. Nadie despertó en cualquier caso a la hinchada de su sueño. Visto el partido, el 2-2 pareció poca cosa, pero el despliegue del equipo invitaron a su hinchada a pensar que se batirán como jabatos cada jornada.
“Para nada me sorprendió el Girona”, afirmó Simeone: “Juegan muy bien la segunda pelota, cruzan bien la jugada y tienen siempre gente en el área”. Y respondió Machín: “Estoy dolido, Merecimos una victoria que nos habría tranquilidad. Yo solo firmo el empate si merecemos perder y no fue el caso. Se vio nuestra idea de juego, hemos extrapolado el fútbol que hacíamos en Segunda y le hemos generado muchas ocasiones a un equipo que encaja pocos goles. Pero cuando tienes algo en la mano te entra el miedo. Nos metieron el primer gol por ambiciosos y el segundo por un error producto del cansancio. Estoy contento”, Y con Machín, la afición del Girona, que sueña despierta.
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