Una casa que compró Villar en Altea, bajo sospecha
El dirigente obtuvo el dinero para el inmueble mediante un crédito de la Mutualidad de Futbolistas y no lo devolvió, según el exadministrador de la Federación
Según fuentes cercanas a la investigación de la Operación Soule, Ángel María Villar adquirió en abril de 1998 una vivienda en la localidad alicantina de Altea con un préstamo concedido por la mutualidad de futbolistas MUPRESFE que, supuestamente, nunca devolvió. Así lo habría asegurado el ex administrador general de la Federación José María Castillón a su círculo más íntimo al poco de ser despedido por Villar con motivo del caso Haití.
MUPRESFE, según describe la web de la Federación, “es la mutua encargada de dar asistencia médica mayoritariamente al fútbol no profesional. Fue creada en el año 1948, es una entidad privada, sin ánimo de lucro, que realiza una actividad aseguradora cuyo objeto es la cobertura sanitaria de sus socios, mutualistas beneficiarios federados, por los riesgos en que puedan incurrir durante la práctica del fútbol”. Es decir, la mutualidad se nutre del dinero de las licencias del fútbol regional y aficionado, desde los benjamines hasta los adultos.
“Si Villar ha cogido dinero destinado a cubrir la asistencia de los jugadores del fútbol modesto y no lo ha devuelto es para que dimita ya”, advierte una fuente federativa. La casa en cuestión está situada en la calle Remei 24 de Altea, consta de 101 metros cuadrados y está inscrita a favor de Ana Bollain Domenech, esposa del dirigente preso. Este periódico se puso este miércoles en contacto con José María Castillón. Tres meses después de la citada confesión a su círculo más cercano respondió así a la pregunta de si podía confirmar o desmentir la información: “Sí, compró la casa en Altea, pero ahora no recuerdo el modo de financiación, tendría que mirarlo. Además, mañana [por el jueves] tengo que declarar ante el juez y no puedo hablar”. La declaración de Castillón ante el juez Santiago Pedraz puede ser decisiva en todo el proceso por esa máxima que dice que cuando el contable habla puede arrastrar a todos con él.
Los usos de los fondos de MUPRESFE son uno de los focos centrales de la investigación que desató la Operación Soule, por la que Villar, su hijo Gorka y el vicepresidente económico, Juan Padrón, permanecen en prisión desde hace una semana. El auto de prisión dictado por el juez dice: “MUPRESFE está presidida por el investigado Ángel María Villar Llona, y en ella también ostentan cargos otros investigados. Hay indicios de un mal uso en las facultades de administración de los patrimonios de ciertas delegaciones de la MUPRESFE”.
El auto de Pedraz también recoge una conversación entre el vicepresidente Juan Padrón y Castillón, en la que se ponen de manifiesto las supuestas prácticas irregulares con los fondos de la mutualidad. “El ex administrador general de la FEF José María Castillón le dice a Juan Padrón que está valorando denunciar —Padrón le advierte de que tenga cuidado porque también le puede perjudicar a él— una salida de fondos de la MUPRESFE de la RFEF, concretamente 500.000 euros, que por circunstancias que se desconocen se habrían utilizado para favorecer a Ángel María VILLAR (…500.000 euros… le ayudamos a Villar… claro, claro, pediste tú un préstamo… él le daba el dinero al otro…)”, relata el auto.
Las formas con las que Villar despidió a Castillón irritaron a este al comprobar que el presidente, suspendido de sus funciones por el CSD desde el miércoles, no se lo comunicó personalmente tras 37 años trabajando para la Federación y 29 para él. Esto motivó una carta de Castillón a Villar en los siguientes términos: “Es público y notorio que esa carta es la culminación de una estrategia de acoso laboral contra mí que ha estado dirigiendo con la manifiesta finalidad de que yo me reconociera culpable de los hechos que están siendo objeto de investigación y poder comparecer derivando hacia mí las responsabilidades que sólo a usted le competen”. Castillón está siendo investigado en el mencionado caso por haber desviado a las cuentas de la Federación 110.000 euros de la subvención de 1,2 millones de euros de las arcas públicas que Villar tuvo que devolver el pasado mes enero por su mal uso.
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