Rafa Cabrera se reivindica entre Sergio García y Jon Rahm
El canario es cuarto en el Open, su mejor resultado en un grande
A la edad a la que Rafa Cabrera Bello ganó su primer título, 25 años, Sergio García ya había conseguido 10 victorias en el circuito europeo y el estadounidense. A los 25 se imagina Jon Rahm, que tiene 22, con un grande en la bolsa, y lo tiene tan claro que piensa en los majors que jugó Tiger antes de su primero ganado (seis). Cabrera, que no es un talento precoz como García y Rahm, es hoy a los 33 el ejemplo del fruto recogido después de sembrar con paciencia. Su cuarto puesto ayer es su mejor resultado en un grande, una semana después de cerrar con el Open de Escocia, su tercer título, cinco años sin vencer.
Cabrera es el lazo al gran momento del golf español, con tres jugadores entre los 20 mejores del mundo por primera vez en la historia. “Pero no me voy a volver loco ahora. Me he quitado la carga de años sin ganar y he estado luchando por estar ahí arriba, que era uno de los objetivos del año”, afirma Cabrera Bello, como le gusta que le conozcan, con los dos apellidos. Ha sido su padre, Rafael, quien más le ha exigido hasta llegar a lo alto a base de esfuerzo y práctica. Él mismo define su juego como completo, sin nada que brille especialmente. El canario sabe que no es Seve, ni García ni Rahm, sino que se mira en el espejo de Miguel Ángel Jiménez, otro currante del golf que en la madurez consiguió sus mejores resultados. Después de hacerse profesional a los 21, y de perder la tarjeta en su primer año, Cabrera vive el momento. Fue olímpico en Río. Y ya tiene un top ten en un grande. Paso a paso.
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