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Jordan Spieth mete la directa en el Open Británico

El estadounidense es líder con tres golpes de ventaja sobre Matt Kuchar. Rafa Cabrera, el mejor español con menos tres

Juan Morenilla
Spieth, este sábado en el Open.
Spieth, este sábado en el Open.getty

Del infierno al paraíso. El cielo se abrió de par en par en el Open Británico. El viento y la lluvia del viernes dejaron paso al sol y la calma como si en pocas horas se hubiera cambiado de estación. El campo se convirtió en una pradera deliciosa para los jugadores y en ese nuevo verano los birdies comenzaron a multiplicarse. Los números rojos estallaron en el marcador. Si el viernes solo ocho golfistas bajaron del par del campo, este sábado fueron 43, de los 77 en liza, los que vencieron al recorrido. El sudafricano Branden Grace logró una vuelta legendaria con 62 golpes, el resultado más bajo en la historia de los grandes; el número uno mundial, Dustin Johnson, se le acercó con 64; cinco jugadores bajaron al 65, ocho al 66... Birkdale de rebajas.

El moving day no tiene efectos en Jordan Spieth. El estadounidense metió la directa para afirmar su liderazgo con 11 golpes bajo par, tres de ventaja sobre Matt Kuchar, y ya seis respecto a Connelly y Koepka. No hay quien pare a Spieth, que enlaza siete rondas seguidas de un torneo como líder: las cuatro del Travelers Championship que ganó a finales de junio, su décimo título, y estas tres en un Open en el que no admite discusión. A punto de cumplir los 24 años, Jordan le ha echado el lazo a su tercer grande, la que sería su primera Jarra de Clarete. A Kuchar, de 39, le toca remar (y rezar) si quiere entrar en el club de los majors.

Clasificaciones tras la tercera jornada

1. Jordan Spieth (EEUU), 199 golpes, 11 bajo par.

2. Matt Kuchar (EEUU), 202 golpes, ocho bajo par.

3. A. Connelly (Can) y B. Koepka (EEUU), 205, -5.

5. B. Grace (Sud) y H. Matsuyama (Jap), 206, -4.

7. D. Johnson (EEUU), H. Stenson (Sue), C. Kim (EEUU) y Rafa Cabrera, 207 golpes, -3.

11. Rory McIlroy (Irl.N.), 208, -2.

18. Sergio García, 210 golpes, en el par.

43. Jon Rahm, 213 golpes, más tres.

Fue una jornada bellísima de golf, llena de grandes golpes en cada esquina del campo. La grada se lo pasó de fábula, de ovación en ovación. El eagle de Connelly en el hoyo dos con bote de tenis incluido, el espectacular birdie de McIlroy en el par tres del cuatro desde fuera de la calle, la sucesión de aciertos de Branden Grace para el 62, Rickie Fowler a un palmo de hacer un albatros en el cinco, un par cuatro que atacó con el driver… En un green y en otro se sucedían las exhibiciones. No había ojos suficientes para tanta obra de arte al mismo tiempo. Había que poner la grabadora.

A la cabeza se había asomado por un rato McIlroy, otra vez en la montaña rusa. Comenzó tan mal el Open, con cinco bogeys en los seis primeros hoyos, que su caddie le dijo: “¿Qué demonios haces? ¡Eres Rory McIlroy!”. La reprimenda tuvo efecto inmediato: remontó ese día cuatro golpes, hizo 68 el viernes y ayer arrancó a toda máquina, con tres birdies en cinco hoyos. McIlroy había recordado quién era. Pero un bache de dos bogeys y un doble bogey (8, 9 y 11) rebajan su candidatura. Hay que estar muy fino para seguir el tren de Spieth.

Rafa Cabrera Bello por fin puedo festejar un fin de etapa. Sus birdies en el 17 y el 18 premiaron ese aprendizaje que le ha curtido a lo largo de los años. El canario sufrió en la primera vuelta, errático en la salida y sin dejar la bola cerca de meta, pero vistió el mono de trabajo, aguantó para salvar los pares y esperó su momento. En la recta final ajustó el drive, se metió en calle y obtuvo el premio a la resistencia: menos tres en el día y en el global. Subidón en la tabla y en el ánimo: “Puedo soñar”.

La felicidad se le notaba a Cabrera tanto como a Jon Rahm el cabreo. La cara del vasco era un poema. Bordó el juego de tee a green, pero el putt le falló una y otra vez. Desde el hoyo uno al 18, cuando lo que pudo ser un birdie mudó en bogey después de pasar la bola por encima del hoyo. Y no era la primera vez que la suerte le sacaba la lengua. “Una vuelta horrible. Le he pegado de escándalo desde el tee pero no he metido una. Contento para nada. Ha sido el día más desesperante en los greens en mucho tiempo", se quejó tras acabar la ronda en el par (tres arriba en total), y quejoso del muslo derecho.

Más le molestó a Sergio García el hombro derecho. Tan pasional como Rahm, el Niño pagó un mal golpe el viernes con un arbusto al que atizó con el palo. La rabieta acabó en tirón y este sábado todavía le daba la lata, sobre todo en los últimos hoyos, en el momento en el que muere el swing. Lastrado, el campeón del Masters no exprimió todo lo que se dejaba el campo: -2 en la ronda, par en total. “Sabe a poco. Era undía para meternos con alguna posibilidad. Se podía hacer -6”.

La lluvia apareció tímida al final. No era cuestión de estropear un gran día de Open. Claro que a Spieth igual le daba. Él a lo suyo, con la quinta marcha puesta.

Clasificación completa del Open Británico.

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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