Contador, cortado en un abanico, abandona el ‘top ten’
Segunda victoria en el Tour del australiano Matthews, que busca conquistar el maillot verde atacando de salida
El agua de Lourdes cura a los paralíticos pero no salva a Contador ni a su equipo, que acaba en desbandada el último día llano antes de los Alpes que esperan. Sopló el mistral cálido por el valle del Ródano y hubo abanicos al final que le hicieron perder al chico de Pinto 1m 33s con Nairo, que le adelanta en la general y ya es décimo. Ganó al sprint Michael Matthews, el australiano que se acerca a galope al maillot verde. Froome sigue líder con su ventaja mínima sobre Aru, Bardet y Urán, enlatados los cuatro en 29s. Solo pierde un poco Dan Martin, el espíritu irlandés y atacante, que cede 51s y la quinta plaza de la general a Landa.
Antes de salir, en el autobús del equipo que aún celebra la victoria de Mollema el domingo, Markel Irizar paga su apuesta y se deja bautizar por Jarlinson Pantano, el compañero colombiano que viaja siempre con una garrafita de agua de la fuente de la cueva de Lourdes donde la Virgen se le apareció a Bernardette. La ceremonia es el comienzo del desastre.
A poco de comenzar la etapa, Irizar se descuelga del pelotón junto a su compañero Gogl y se resigna a viajar toda la etapa en el grupo que transporta a Marcel Kittel, enfermo desde hace unos días y sometido cotidianamente a la tortura incansable de Matthews, el sprinter australiano que quiere su maillot verde y no parará hasta conseguirlo. Y para ello no se conforma con ir tranquilo y sacar puntos al final, sino que es combativo, incansable y agresivo. Y Kittel no puede más. Con él se queda su Quick Step, los rodadores de gran culo que tanto habría necesitado Martin para pelear con el viento los últimos kilómetros.
Todos temen el mistral y Contador se siente guerrero. A 34 kilómetros de la llegada, inspirado por la travesía de Crozes-Hermitage, las hojas de syrah muy agitadas, llama a cabeza a su holandés De Kort y a Pantano, escalador formado en la pista y con gran golpe de pedal, e intenta un abanico salvaje y sorpresa, que no cuaja. Demuestra unas intenciones que se quedan en intento todo el día. A 15 kilómetros de la meta, cuando el Sunweb de Matthews, el Sky y el Movistar (Erviti, enorme, y el gran Bennati se meten en el bolsillo a Nairo, que disfruta entre los vientos cruzados y las formaciones de abanico) encabezan el corte definitivo, Pantano se cae y se hace daño en la muñeca; con tanto frenazo y aceleración, Contador se queda cortado. Al menos, su equipo tiene delante a su sprinter Degenkolb, quien, dado el signo de la jornada, solo queda tercero después de inútil y torpemente intentar adelantar los codos de Matthews por el exterior.
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