Mourinho, elogio de la sensatez
Queda aún verano al frente, que se antoja movido por aquello de que hay equipos lanzando órdagos sin medida en su afán por contratar a este o aquel futbolista
Supimos días atrás, porque así nos informaron los que de esto conocen, que Pep Guardiola, entrenador del Manchester City, se encontraba indignado con la “traición” de Dani Alves, futbolista que ha cambiado el Turín de la Juventus por el París del PSG, elección que no debería admitir crítica alguna, allá cada cual, si no fuera porque el jugador brasileño había prometido al City y a su admirado técnico amor inmediato. Se nos desveló también que el Sevilla, ese equipo que trajo al mundo futbolístico a Alves cuando las gansadas de este en las redes sociales solo interesaban a sus familiares más cercanos, había puesto el grito en el cielo por lo que consideraba una felonía por parte de Vitolo, un chico que una noche se comprometió a seguir en el club andaluz cinco años más y a la mañana siguiente, como quien no quiere la cosa, volaba rumbo a Madrid para comprometerse con el Atlético, que será donde juegue a partir de enero, pues de momento jugará en Las Palmas. Semejante embrollo se explica porque el club rojiblanco no puede inscribir jugadores al estar sancionado por la FIFA. Podría fichar, sí, pero el futbolista agraciado se pasaría seis meses sin jugar y podría ocurrir que se anquilosara, y ahí está el ejemplo de Arda Turan en el Barça para dar fe. Así las cosas, Vitolo jugará en Las Palmas. Dado que en su presentación con la camiseta amarilla besó con entusiasmo el escudo, habrá que colegir que este va a ser el equipo de su vida pero solo durante seis meses.
Y qué decir del enfado que, según nos cuentan con detalle, se ha apoderado de Danilo, defensa del Real Madrid al que pretende el Chelsea. Acontece en este tema que la empresa a la que pertenece el citado Danilo no le deja salir, prohibición que desaparecería si el conjunto de Londres aflojara una pasta gansa. De qué tamaño será el disgusto del atribulado futbolista que sin querer hemos sabido que hace pocos días rechazó enfurruñado participar de la chanza que le ofrecía, móvil en mano, el siempre jocoso Marcelo, a la sazón compañero de equipo y compatriota. Digamos antes de continuar que todas estas noticias, o lo que sean, deberían ir siempre acompañadas de un “al parecer”, al modo del “presunto” o “supuesto” que utilizamos cuando de algún pillaje del popular político de turno se trata.
Estas y otras no menos atractivas son las primicias nuestras de cada día. Y aún queda verano al frente, que se antoja movido por aquello de que hay equipos lanzando órdagos sin medida en su afán por contratar a este o aquel futbolista. O proyecto de futbolista, lo mismo da. Y ya se sabe que de un día para otro todo puede cambiar y las palabras se las lleva el viento. Que se lo digan al Sevilla o, por acudir a fronteras más lejanas, al Manchester United. Tenía el conjunto inglés atado a Morata, profesional que no está encontrando en el Madrid las oportunidades a las que se considera acreedor, y el United estaba dispuesto a desembolsar, no olviden que al parecer, 70 millones. Pero dijo que no el Madrid, que no tiene ningún deseo, ni obligación obviamente, de vender al muchacho. Y esto declaró Mourinho, técnico del United, al respecto: “Hicimos una oferta justa por Morata y aun así no se llegó a un acuerdo. Es un derecho del Madrid pedir por sus jugadores la cantidad que quiera. No seremos nosotros los que pongamos precio a un jugador del Real Madrid”. Que en esta barahúnda de rumores, desmentidos, conjeturas, refutaciones, menudencias, algún que otro eco de sociedad y noticias de todo a 100, a 100 millones muchas de ellas, sea la de Mourinho la voz más sensata dice mucho de cómo está el patio.
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