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El baloncesto español sigue sin tener ‘fumata blanca’

El CSD aprueba el pacto entre la ACB y la Federación, que incluye una Liga de 17 hasta 2019 y la reducción a 16 en tres temporadas. Pero la negativa de los equipos de Euroliga a cumplir con los requisitos económicos derivados del acuerdo podría bloquear de nuevo el conflicto

Faustino Sáez
Garbajosa y Roca, en una reunión
Garbajosa y Roca, en una reuniónas

El conflicto del baloncesto español aún no tiene fumata blanca. El Consejo Superior de Deportes dio su bendición al acuerdo alcanzado el miércoles por la mayoría de clubes y la Federación, pero la anunciada negativa de los equipos de Euroliga (representados por el Madrid en la reunión de hoy) a cumplir con los requisitos económicos derivados de ese pacto podrían bloquear de nuevo el conflicto en la Asamblea de la ACB del lunes. En ella se buscará ratificar una hoja de ruta que instauraría una competición de 17 equipos durante las dos próximas temporadas y la reducción a 16 desde el curso 2019-2020, a partir del cual habría un solo ascenso y un descenso. No hubo foto con el apretón de manos entre las partes. El mediador se quitó del medio y dentro de tres días hará falta una mayoría de 12 votos sobre 15 para ratificar los planes de futuro de la Liga. No será un trámite. Queda trabajo por delante. Mientras a la competición nacional se le pide el repliegue hacia los 16 equipos, la Euroliga anuncia un horizonte inmediato con 18. La contraprestación para el grueso de la competición pasaría porque los clubes con licencia A renunciaran a gran parte del porcentaje de sus ingresos. Ese será el punto de choque.

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Después de años de colapso competitivo, con reiterados ascensos frustrados y numerosos descensos remendados en los despachos, la ACB afrontó el verano como un momento de reestructuración inaplazable. Sin embargo, hace dos meses, la primera reunión de trabajo para intentar resolver los múltiples frentes abiertos en la Liga se transformó en un cisma sin precedentes en el baloncesto español. Real Madrid, Barcelona, Baskonia y Unicaja amenazaron a los 13 clubes restantes con la idea de abandonar la competición y crear un torneo privado y, acto seguido, dieron el portazo. La catarsis ampliaba sus dimensiones.

La resolución de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que sancionaba a la Asociación de Clubes con una multa de 400.000 euros por entender que el canon de acceso al torneo y el Fondo de Regulación de Ascensos y Descensos son mecanismos “desproporcionados, inequitativos y discriminatorios”, y la inminente puesta en marcha de las ventanas de la FIBA, que la próxima temporada interrumpirán la Liga —del 20 al 28 de noviembre, del 19 al 27 de febrero y del 26 de junio al 3 de julio—, obligaban a la ACB a reestructurar su organización política y deportiva. En ese escenario, los cuatro equipos participantes en la Euroliga vieron la ocasión para radicalizar su histórico deseo (siempre latente pero nunca formalizado) de reducir la competición nacional para primar los intereses expansionistas de la máxima competición continental.

En plena guerra civil de 13 contra cuatro, el CSD asumió el papel de mediador político con la elaboración de un borrador que recogía la necesidad de “conjugar la estructura actual” de 17 equipos, con los dos ascensos deportivos y “con la reserva consensuada por la ACB” con el Palencia. Todo con la idea de reducir la Liga a un máximo de 16 equipos a partir del curso 2018-2019 para aliviar el calendario a los grandes. En la Asamblea Extraordinaria del 21 de junio, los clubes establecieron el 5 de julio como fecha límite para cerrar de mutuo acuerdo las nuevas condiciones de ascenso. Al tiempo, y ante la posibilidad de que no se consensuaran unos requisitos financieros antes de esa fecha, se acordó imponer, a modo de “reglas provisionales”, dos nuevos criterios de acceso en sustitución del canon y el Fondo de Regulación de Ascensos (FRAD). Por un lado, la adquisición del “valor de la participación” en la ACB con una cuantía de 1.939.301 euros más IVA. Y por otro, un presupuesto mínimo garantizado de 2.300.000 euros. Todo queda pendiente de ratificación en la Asamblea de la ACB del lunes. El playoff de los despachos se alarga.

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Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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