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El mapa del fútbol español tiene un agujero que rodea Madrid

Trece de las cincuenta provincias no han tenido un equipo en Primera División, categoría que agrupa ahora a cuatro equipos madrileños y 16 de la periferia

El mapa del fútbol español.
El mapa del fútbol español.EL PAÍS

Trece de las cincuenta provincias españolas no han disfrutado de la presencia de un equipo en Primera División, por más que todas las comunidades autónomas sí que hayan estado alguna vez representadas en la máxima categoría. El recién ascendido Girona es el invitado número 62 entre los grandes y la primera provincia que se agrega en ese club desde que en 1999 el Numancia sumó también a la de Soria. Con la presencia del club catalán apenas queda Lugo como la única provincia costera sin haber catado nunca la élite y se refuerza la certeza de que el mapa futbolístico español concentra a sus principales protagonistas en la periferia y en un centro rodeado por un erial: ninguna de las cinco provincias que rodea a Madrid ha tenido jamás un equipo de Primera.

Ávila, Segovia, Guadalajara, Cuenca y Toledo conforman ese cinturón, con un segundo anillo de tres provincias más (Cáceres, Ciudad Real y Teruel) que lindan al menos con dos de ese grupo y que tampoco han jugado entre los mejores. Lugo, Ourense, Zamora, Palencia y Huesca completan una nómina a la que se agregan también las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Hay factores demográficos y económicos que explican ese ostracismo futbolístico: 9 de esas 13 provincias están entre las diez menos pobladas de España. “Estamos un poco abrumados porque hemos puesto a la ciudad en un plano que no podíamos ni soñar”, explica Agustín Lasaosa, presidente del Huesca tras quedarse a las puertas de salir de ese grupo. Y eso que su provincia está en el pelotón de cabeza en el ránking de PIB per cápita, por encima de la media nacional, que también superan según los datos de 2016 tanto Teruel como Palencia. Cáceres, por ejemplo, es la penúltima en ese apartado de riqueza generada por habitante. Los recursos son limitados. “Lo tenemos complicado salvo que venga un chino…”, apunta Antonio Martínez Doblas, presidente del Cacereño, un club de una ciudad de casi 100.000 habitantes que tiene 1.200 abonados en Tercera División y lo más alto que llegó fue a jugar una temporada en Segunda hace 65 años. “No me sorprendería que una cantidad mayor se desplazase desde la provincia al Bernabéu cuando juega el Madrid”, agrega antes de lanzar un lamento, también una realidad. “La gente quiere ganar y si no encuentra esa ilusión en casa se hace de los grandes. Antes era diferente. Extremadura es la comunidad que más peñas por población alberga tanto del Madrid como del Barcelona”.

En Cuenca o en Ciudad Real las peñas del Barcelona superan la veintena. Hace tres semanas la agrupación que congrega al madridismo en Daimiel celebró su 65 aniversario e inauguró una nueva sede. Leopoldo Sierra, el alcalde de la localidad, ponderó el esfuerzo de los aficionados: “Ahora acercaréis si cabe aún más el Real Madrid a Daimiel”, explicó. Se trata de un colectivo especial por su capacidad participativa y de movilización a 160 kilómetros de la sede de su equipo. Tienen unos 700 socios. A treinta kilómetros de distancia, en la capital provincial, otra peña blanca también moviliza a decenas de aficionados cada vez que hay partido en el Paseo de la Castellana. En 1997 el Manchego jugó la promoción para ascender a Segunda División. Tres años después desapareció. Ahora dos clubs reclaman su herencia, uno juega en Tercera y otro en Preferente. “Hay todo tipo de situaciones, pero en muchos casos prima el día a día y estar arriba a cualquier precio. Se permite subir a equipos que se endeudan para lograrlo y no se valora a quienes están saneados”, advierte Martínez Doblas.

Cinco provincias no vieron fútbol profesional

Ávila, Segovia, Teruel, Zamora y Cuenca son las únicas cinco provincias españolas que no han podido situar todavía al menos a un equipo alguna de los dos primeras categorías. Ninguna de ellas además, excepto Segovia donde acaba de ascender la Gimnástica, tendrá la campaña venidera algún representante en Segunda B. Quienes regresan al fútbol profesional son Albacete y León y pierde ese estatus Baleares con el descenso del Mallorca a la categoría de bronce después de 36 años. Por el contrario Madrid tendrá seis representantes, el doble que Barcelona o Sevilla

En Ourense soñaron algún día con la Primera División. En octubre de 1997 el equipo de la capital se situó líder en la categoría de plata al abrigo de la llegada unos inversores que lo equiparon con una delantera de internacionales, el español Quique Estebaranz y el croata Ivica Mornar. Año y medio después el equipo se fue a Segunda B para languidecer allí hasta que hace tres años feneció. Un relevo comandado por un grupo de aficionados ha tomado su herencia, sus colores y su estadio para empezar en Tercera Autonómica y sumar tres ascensos en tres años. La próxima temporada jugarán en Preferente con la ilusión de regresar a Tercera División. En Palencia también desapareció el histórico club local que en los ochenta se quedó a un paso de llegar a Primera. En Cuenca y en Talavera también pasaron por ese trance de enterrar proyectos futbolísticos con décadas de trayectoria tras sendos intentos y subsiguientes fracasos por arribar a Segunda División.

La cartografía no engaña. El actual mapa de la Liga Santander que comenzará en agosto es similar al histórico. El Getafe regresa para conformar un cuarteto de conjuntos madrileños y todos los demás son de apenas seis comunidades costeras. 48 de los 62 equipos que fueron o son de Primera (Málaga, Almería y Burgos fueron refundados y participaron con dos representantes) se reparten entre tan solo siete de las 17 autonomías: Andalucía, Cataluña, Comunidad Valenciana, País Vasco, Castilla-León, Madrid y Galicia. “Support your local team” (“Apoya al equipo de tu ciudad”), reza un lema que ha hecho fortuna en Reino Unido. Allí la asistencia media de espectadores en la cuarta categoría ha frisado durante la última campaña los 5.000 aficionados y en la tercera se fue casi a los 8.000. Extremadura es junto a Cantabria, La Rioja y Baleares una de las cuatro comunidades que no tendrán representación la próxima campaña en el fútbol profesional. “Seguiremos trabajando, pero somos provincias con un tejido empresarial no muy fuerte y que además han sufrido mucho con la crisis. No sobran los apoyos tampoco en el terreno político”, esgrime el presidente del Cacereño, que deja un apunte final: “En Extremadura el presidente autonómico recuerda siempre que él es del Barcelona. Igual había que mirar un poco más hacia lo nuestro”.

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