Feliciano López, de grande en grande

Caía ya la noche en París cuando Feliciano López ingresó en la tercera sala de prensa de Roland Garros, pequeña e íntima. Había resuelto su debut contra Bjorn Fratangelo (6-4, 7-6 y 6-3, en 2h 01m) y durante el encuentro con los periodistas saltó la cifra, más que significativa, porque después de haberse medido con el estadounidense ya podía decir que ha disputado nada más y nada menos que 61 Grand Slams consecutivos. Es decir, solo Roger Federer, con 65, ha encadenado una secuencia más larga que la de él, hombre al que cuando tiene delante de un micrófono le gusta profundizar y reflexionar, nada de evasivas ni respuestas vacías de contenido.

Más información

El búnker emocional de Muguruza

CRÓNICA | Nadal exaspera a Paire

“Es una cifra muy bonito”, arrancó el toledano, camino de los 36 años. “Es el premio a una carrera muy bonita y a tener una constancia; también a tener un también un pelín de suerte por no haberte lesionado demasiado... Es algo espectacular y lo disfruto mucho. Para mí cada Grand Slam y cada momento que vivo hoy día en el circuito es un premio. Seguramente las victorias de Grand Slam me hace más ilusión ahora que cuando era más joven, porque sé lo difícil que es conseguirlas y el haber llegado hasta aquí”, valoró el 36 del mundo.

Profesionalmente, Feliciano vive un momento hermoso. Pocos jugadores pueden presumir de una carrera tan longeva –20 años en la élite, desde que tenía 16– y por eso le saca chispas al presente, a cada día que pisa una pista. “Al final es otro Grand Slam que estoy aquí y todo cuenta. Cuando vine el otro día a París estaba feliz de poder competir otra vez. Es otro Grand Slam más y además defiendo el título del dobles con Marc [López]… Son muchos alicientes, la verdad. Estoy encantado de haber vuelto”, agregó.

En su expediente aparecen solo cinco títulos individuales de la ATP –dos en hierba, dos en dura y uno en tierra–, pero es un tenista sumamente respetado en el vestuario. En su trayectoria figuran pasajes gloriosos de la Copa Davis –cuatro Ensaladeras– y el haber sido uno de los grandes exponentes de la etapa dorada del tenis español. La primera mitad de la temporada no ha sido sencilla para él, acostumbrado a que su cuerpo (1,88 y 85 kilos) le respete siempre, así que hoy día se propone metas realistas: seguir jugando y disfrutando para continuar esculpiendo una bonita historia en el circuito.

Una temporada complicada: espalda e infiltración

“¿El récord de Federer? Ojalá. De momento este año voy a jugar y el año que viene, si todo va normal y no pasa nada raro, también. Ojalá pueda romper ese récord, pero de momento queda un pelín lejos aún…”, indicó. Este año está siendo un poco diferente a los cuatro últimos, porque entonces conseguí grandísimos resultados. Hace dos años jugué en los cuartos del US Open con Djokovic y lo tuve ahí… Entonces sí me veía para estar en las ronda finales y pelear con los buenos. A día de hoy tampoco he tenido un balance de partidos como para juzgar. Llevo dos meses entrenando bien y me siento otra vez competitivo”, prolongó.

Este año, una lesión en la espalda le obligó a detenerse un mes y a infiltrarse, con la consecuente rémora para el ritmo competitivo. “Ahora tengo que entrar en la rueda”, dice Feli, que mañana se medirá a su amigo David Ferrer, otro estandarte que no pasa por su mejor momento. “Ahora disfruto más de todo porque lo valoro mucho más”, incidía el toledano, que cerró con un discurso muy humano: “Cuando eres joven no te das cuenta de las cosas y la vida pasa rapidísimo. Ahora pienso en todos los años que he jugado y en todo lo que he conseguido, así que valoro cada pequeña cosa mucho más”.