Simeone: “No sé en qué posición juega Griezmann; ¡está en todos lados!”
El técnico del Atlético elogia al autor del gol y prevé una eliminatoria al 50%
El Atlético remató 15 veces y el Leicester seis; el Atlético tuvo el 64% de la posesión y el Leicester el 36%; el Atlético dio 632 pases y su rival no pasó de 300. Los números eran brillantes, pero el rostro de Simeone reflejó una rocosa inexpresividad al acabar la refriega.
“Las estadísticas hablan de un buen partido del equipo”, dijo. “Nos faltó un poco de contundencia para redondear el resultado. Pero también es real que en el segundo tiempo, cuando perdía 1-0, el rival se encerró muy bien atrás. No tuvimos posibilidad de generar situaciones concretas. Ellos apostaron por el 1-0, o a tener alguna contra que nos agarrara distraídos, siempre pensando en resolver la eliminatoria en el segundo partido”.
La velada se congeló con una doble apuesta conservadora. El gol de Griezmann (1-0), consecuencia de un contragolpe, reforzó las precauciones del Leicester; y las precauciones del Leicester llevaron al Atlético a convencerse de que más valía controlar el partido que arriesgarse a un accidente por pretender liquidar la eliminatoria. Las largas posesiones dirigidas por Koke y Gabi reflejan una excepción en este equipo: por una vez prefirió controlar el balón. Incluso para defenderse.
“A uno siempre le gustaría un resultado abultado”, reflexionó Simeone, que apenas dibujó una sonrisa pícara cuando recordó que todo transcurrió por el cauce previsto. “Ya sabíamos que nos enfrentábamos a un equipo que sabe lo que quiere, que sabe a lo que juega, que no cambia su forma por el resultado. Y pasó lo que vimos. Me voy contento con el trabajo del equipo. Sabemos que la eliminatoria sigue abierta. No nos sorprende nada”.
Kasper Schmeichel hizo cuatro paradas. Jan Oblak ninguna. El contraste entre los porteros denuncia la diferencia de nivel y la clase de partido irregular que se vivió en el Manzanares. El Leicester no remató ni una sola vez entre los tres palos del Calderón, cuestión que da qué pensar sobre la verdadera naturaleza de la Premier. El vigente campeón inglés escapa por poco de la vulgaridad. Vivió emboscado durante toda la noche a la espera del partido de vuelta.
“Hoy Oblak participó menos porque el partido lo llevó a esta situación”, ponderó Simeone. “En Leicester nos imaginamos una fantástica noche de fútbol. Campo inglés, la gente cerca... Un estadio bonito por la presión que tiene con el rival, el rival que se siente muy fuerte en ese ambiente… Noche de fútbol pura”.
Enfundado en una chaqueta azul oscura sobre la camisa negra y la corbata negra, Simeone volvió a vestirse como un enterrador. Apenas a dejó traslucir una sonrisa misteriosa mientras decía que en Leicester espera, dijo, un estadio que presiona al rival. Que lo aprieta para que se despliegue, para que se deje llevar por el entusiasmo, para que sus jugadores usen poco el cerebro en un clima de pasión y desenfreno en la búsqueda de la remontada. La situación ideal para tender una trampa simeoniana.
Craig Shakespeare, el entrenador inglés, dijo ser consciente del riesgo que deberá asumir. “Siento que estamos todavía vivos”, suspiró. “Pero en el partido de vuelta tendremos que abrirnos un poco más porque tendremos que marcar, y en esas circunstancias nos expondremos a los contraataques del Atlético, que son muy peligrosos. Tendremos que asumirlo”.
Ante las manifestaciones lúgubres del homólogo Simeone no quiso mostrarse optimista: “Vivimos partido a partido. La eliminatoria está al 50%. No creo que ninguno de nosotros sienta que es superior y se vea por ello en las semifinales”.
El entrenador argentino hizo un elogio de Griezmann para concluir su exposición. “Griezmann”, dijo, “es un jugador fabuloso. La jugada del penalti resume lo que es como futbolista. No sabes en qué posición juega. ¡Está en todos lados! Trabaja como centrocampista, asiste como mediapunta, define como nueve. Sigue creciendo. Él sabe que el final de temporada es un momento importante para él y lo está asumiendo con la jerarquía que tiene”.
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