Ni el viento ni Sela pueden con Nadal
El español se estrena en Miami con una victoria (6-3 y 6-4) que le empareja con Kohlschreiber
Fue el de ayer uno de esos días ásperos e incómodos, porque las nubes encapotaban la pista central de Crandon Park y las ráfagas de viento descontrolaban la trayectoria de la bola sin parar. Se filtraba al aire de un costado y otro, travieso y persistente, puñetero, así que Rafael Nadal dejó las virguerías para otro día y básicamente hizo lo que tenía que hacer, es decir, ganar en su estreno en el Masters 1000 de Miami. El balear cerró en 1h 20m frente a Dudi Sela (6-3 y 6-3) y progresó a la tercera ronda del torneo, en la que tiene cita con al alemán Philipp Kohlschreiber. El alemán, 31 del mundo, invirtió una hora más para doblegar a Taylor Fritz (7-5, 3-6 y 7-6) y completará el honorífico cartel del domingo, partido 1000 del español.
Superó Nadal uno de esas tardes feas y complicadas, deslucida por el enemigo meteorológico. Los extraños que dibujaba continuamente la pelota le obligaron de forma constante a la rectificación, a la corrección sobre la marcha y el ejercicio de reflejos. No era un día para adornos ni enredos, así que el balear trató de hacer bien los deberes y acabar la faena rápido. Y comenzó bien, veloz, agresivo, mordiendo y proponiendo puntos abreviados; inspiradísimo al servicio, cediento tan solo tres puntos al primer saque (89%). Pero eso fue al principio, porque en el segundo set la ventolera le pasó factura y Sela encontró una zona de confort en la red. El israelí presionó, Nadal no acertó en los passings y su cifra de errores se disparó (22).
No obstante, en ningún momento dio la sensación de que pudiera perder el control. Desbarató las dos opciones de break que tuvo en la segunda manga Sela, un veterano (31) sin título alguno en su expediente, y aterrizó mansamente en la siguiente ronda del torneo, al que, recordemos, no han podido asistir ni Andy Murray ni Novak Djokovic, con problemas en los codos. Sí comparece Roger Federer, renacido y agasajado, el gran atractivo de la actualidad. El suizo, ganador de las dos citas más relevantes del año hasta ahora (Australia e Indian Wells), camina por el otro lado del cuadro, luego no podría cruzarse con Nadal hasta una hipotética final.
En Miami, territorio en el que ha sido finalista cuatro ediciones, el español vuelve a contar en el banquillo con su tío Toni, que no estuvo en la estación anterior, Indian Wells. También le asesora Carlos Moyá, que sí estuvo en el Valle de Coachella junto al barcelonés Francis Roig. Tiene ante sí el de Manacor una buena oportunidad para embolsar puntos, puesto que el año pasado tuvo que abandonar en el primer partido al sufrir un golpe de calor. Así que ayer, en un escenario complejo, el plan estaba claro. "Hoy había que ganar", destacó el seis del mundo. "En días así hay que aceptar los fallos. Hay que aceptar que las cosas se ponen complicadas y que las condiciones son desagradables, así que hoy no hay mucho que analizar. Lo más positivo es la victoria porque las condiciones eran muy complicadas", resolvió.
Esta vez no hubo problemas. Cumplió Nadal y avanzó, al igual que Garbiñe Muguruza (remontada frente a Christina McHale, salvando una bola de partido: 0-6, 7-6 y 6-4). Mientras, Pablo Carreño y Albert Ramos perdieron contra Federico Delbonis (1-6, 7-5 y 6-2) y Jiri Vesely (7-6, 4-6 y 6-3) respectivamente.
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