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Aspas renueva el ataque de España

El delantero del Celta, con 21 tantos, es el más determinante de los jugadores españoles. Su estilo asociativo armoniza con el estilo más exitoso de la selección

Diego Torres
Iago Aspas en Las Rozas.
Iago Aspas en Las Rozas.Álvaro García (EL PAÍS)

“Yo no me he considerado un goleador”, dice Iago Aspas. “Me he considerado un jugador de equipo. Me gusta disfrutar del juego, tocar el balón con mis compañeros. En los últimos cuatro años me han puesto en punta. Pero si pasan los partidos y no meto gol, si marca otro compañero y ganamos, pues tampoco tengo el ansia. No me pasé la vida viviendo del gol sino que vine de otras posiciones y me fui aclimatando a la delantera, por así decirlo”.

Parece frágil. Parece lento. Parece casi inofensivo con la barba recién afeitada y los andares distraídos que le llevan por Las Rozas como un visitante curioso y feliz de sentirse tan bien acompañado. Pero a sus 29 años este aldeano de Moaña se ha convertido en un peligro. La depuración del paso del tiempo y la experiencia han transformado sus pies de habilidoso en instrumentos perfectos para extraer de los partidos el oro del fútbol: el gol.

El gol es el detalle crucial que tantas veces le ha faltado a España para culminar grandes partidos. Con 21 goles en todas las competiciones, Aspas es el máximo anotador nacional de la temporada. Pero no se da importancia, o parece no dársela, mientras participa de la concentración del equipo que prepara el choque del próximo viernes contra Israel, en Gijón. Se muestra discreto. Como si no quisiera molestar al seleccionador, Julen Lopetegui, de tan convencido que parece de que lo mejor para el equipo es alinear al típico nueve diana.

Yo no tengo el ansia del gol. Me gusta tocar con
mis compañeros

Lopetegui quiere darle un giro físico al juego de España. El seleccionador ha insistido en la colocación en la punta del ataque de hombres como Diego Costa (18 goles esta temporada), Aduriz (17) o Morata (13). Tres nueves fuertes, que van bien de cabeza, que acostumbran a recibir de espaldas y a maniobrar entre los centrales empleando el cuerpo. De momento, el cambio no ha producido una mejora evidente en los resultados ni en el funcionamiento del equipo que ganó el Mundial de Sudáfrica y la Eurocopa de 2012 con Villa, o con Cesc, en el vértice del ataque. Dos goleadores que ofrecieron algo de lo que tiene Aspas.

“No”, dice el gallego, “yo no he nacido para que me cuelguen balones. Para ese tipo de partidos ponen a otro compañero. Me retrasan o me pegan más cerca de él para que me aproveche de las segundas jugadas”.

La importancia de su oficio confiere a los definidores cierta vanidad. Aspas, sin embargo, habla de sí mismo con retranca y un deje escéptico. Probablemente tenga mejor manejo de balón que todos sus competidores por el puesto de nueve en Las Rozas pero señala que lo fundamental en el área no es cómo se administra la pelota sino lo que se hace antes de recibirla. “A veces”, dice, “hay que estar en el sitio correcto, ser más listo que el defensa, buscar los espacios. Creo que he marcado goles de muchos colores, de muchas maneras, y sobre todo tratando de ser más listo que el rival. El fútbol de hoy en día es para pillos, para estar vivos y estar en el lugar correcto”.

Con jugadores tan combinativos es fácil llegar. Aquí marca cualquiera

“Lo que haces cuando no tienes la pelota es muy importante”, insiste, “no solo para el goleador sino para los once jugadores que hay en el campo. Los defensas tiene que estar pendientes de los delanteros, los de la banda por donde no va la jugada tienen que estar atentos para cuando les llegue el balón... Todas las situaciones deben captar la atención de todos”.

Hay equipos atléticos que llegan al área corriendo con cada uno por su carril y hay equipos que llegan juntándose alrededor del balón. España, que sabe aproximarse al remate a base de pases cortos, pertenece a la segunda categoría. Ahí conecta Aspas sin chirriar. “Más con la calidad de los jugadores que hay en la selección”, observa, “con este tipo de jugador combinativo es más fácil llegar al remate tocando. Si no marca uno marca el otro. Con la calidad que hay arriba cualquiera te puede sentenciar un partido. No hace falta ser muy listo para descubrir que Iniesta, Silva y Thiago son los jugadores más impresionantes a la hora de combinar rápido, a un toque, sin espacios. Disfrutas mucho al lado de ellos”.

En el Celta está jugando a la derecha de Guidetti, como extremo a pie cambiado. Ahí lo situó Lopetegui en el último partido que disputó la selección, contra Inglaterra en Wembley, y metió un golazo. “Es lo que me pide Berizzo”, dice, “cuando jugamos fuera de casa, buscar más los espacios; y en Balaídos enlazar un poco más como mediapunta. En los últimos cuatro años jugué más de delantero. Pero esta temporada he jugado más a la derecha”.

Se avecina la parte decisiva de la clasificación para el Mundial de Rusia de 2018. Se acabaron los experimentos. Iago Aspas permite alternativas adecuadas al viejo estilo exitoso.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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