Valverde y Unzue, favoritos en el Barça
Ambos responden al perfil del entrenador que quiere la directiva para sustituir a Luis Enrique
La intención del Barcelona es esperar a final de temporada para anunciar el sustituto de Luis Enrique, el técnico que ha decidido no renovar su contrato después de tres temporadas en el Camp Nou. “Hay que centrarse en la competición”, sostienen en el club, “y será una buena señal que no se hable del nuevo entrenador hasta que no acabe el último torneo en disputa”, a poder ser la Champions, cuya final se disputa el 3 de junio en Cardiff. Ahora, mientras tanto y como tarea prioritaria, se trata de delimitar el perfil del sustituto de Lucho, que será propuesto en última instancia por el director deportivo Robert Fernández.
“Hay dos requisitos básicos”, insisten en la entidad. “Tiene que conocer el estilo, nuestro ADN futbolístico y, por otra parte, saber gestionar un vestuario particular”, por la presencia del tridente y, en especial, de un núcleo de jugadores que superará los 30 años como son Messi, Iniesta, Piqué y Luis Suárez. Los contratos de Messi e Iniesta finalizan en 2018 y el consejo que preside Josep Maria Bartomeu da por descontado que renovarán, sobre todo en el caso del 10. Las negociaciones para la continuidad de Iniesta, aquejado de varias lesiones, han quedado en suspenso hasta junio por deseo del capitán e icono azulgrana después de la salida de Xavi.
El área de conocimiento
Recuerdan en el club que Luis Enrique nunca tuvo que afrontar una “crisis de juego o de resultados” sino que su único momento crítico ocurrió cuando tuvo que negociar con Messi después de su suplencia en Anoeta. “No hay motivos para cambiar”, insisten en la directiva del Barça. El plan descarta por tanto a entrenadores intervencionistas, o de fuerte personalidad, capaces de discutir el estatus del plantel, y también a los que no estén dispuestos a respetar la idea de juego y el método Barça. El club ha invertido mucho en el desarrollo de su área de conocimiento y entiende que el futuro técnico tiene que asumir el know-how generado en la Ciudad Deportiva y en La Masia.
Los requisitos descartan inicialmente a entrenadores extranjeros que han salido en diferentes quinielas, como Jürgen Klopp, Thomas Tuchel o Jorge Sampaoli, y favorecen a preparadores como Ernesto Valverde, que acaba contrato con el Athletic, y Juan Carlos Unzue, ayudante de Luis Enrique, por delante de técnicos del estilo de Phillip Cocu o Ronald Koeman. “No es mi intención tener más tiempo para la bici el año que viene”, respondió ayer Unzue a Rac1 cuando se le preguntó por su futuro a corto plazo después de que el sábado descartara pronunciarse al respecto Luis Enrique.
No es una novedad que el segundo entrenador sustituya al primero en el Barça. Ya pasó con Tito Vilanova respecto a Pep Guardiola y a Carles Rexach con Johan Cruyff. La intervención del entonces presidente Sandro Rosell no funcionó en cambio cuando rompió el eslabón y optó por Tata Martino. La candidatura de Unzue, respetada de momento por los distintos estamentos del club, dependerá en cualquier caso del balance de resultados de la temporada 2016-17.
A Unzue especialmente y también en parte a Valverde les avala el conocimiento que tienen del Camp Nou y la sensación de que son técnicos “normales”, de acuerdo a la definición de un directivo barcelonista y, por tanto, dispuestos a trabajar con los instrumentos del club y a perseverar en la evolución del estilo Barça. “A veces es mejor tener un técnico notable en todo que un entrenador sobresaliente en dos cosas y suspenso en una tercera”, inciden en el club. “No es el momento de una revolución en el Camp Nou”.
Aunque la directiva es recelosa con los símbolos del dream team, pese a exigir un currículo azulgrana, no se descarta tampoco la opción de Eusebio por más que el preparador de la Real Sociedad ya se haya descartado, disgustado en su día por su destitución en el Barça B. “Hay que contar con la posibilidad de que el elegido nos diga que no y haya que buscar alternativas”, responden desde el Barcelona. No conviene olvidar que los entrenadores ya no son destituidos últimamente sino que deciden no renovar sus contratos por el desgaste que supone el banquillo del Camp Nou.
Un lateral, un centrocampista y un extremo
El Barcelona ha gastado unos 200 millones en los dos últimos años para reconfigurar una plantilla que daba señales de vejez. Consideran ahora que de cara al próximo año solo hacen falta retoques —“aunque si el equipo exige gastar fuerte en uno o dos futbolistas se hará”, cuentan desde el club—, que pasan por incorporar a un lateral derecho, a un centrocampista (sobre todo mediocentro que oxigene a Busquets) y un extremo. “Ya hicimos una revolución el año pasado”, añaden otras fuentes de la entidad. Y entienden que futbolistas como André Gomes y Denis Suárez darán un paso al frente, con más minutos y responsabilidades. En cuanto a las ventas, que las habrá, la decisión se tomará al acabar el curso.
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