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Y el Cholo no sacó a Torres

Simeone no da minutos a El Niño pese a que la eliminatoria estaba resuelta

Alejandro Prado
Simeone, durante el partido en el Calderón.
Simeone, durante el partido en el Calderón.JuanJo Martín (EFE)

Sonó el himno de la Champions a todo trapo y el estadio estaba lleno, pero el ambiente que se respiraba este miércoles en el Calderón era de relajación. El pescado se había vendido y regalado en Alemania con el 2-4 y desde el primer al último atlético se sabía en cuartos. Con ese clima extraño se jugó el partido, diametralmente opuesto a lo que se vivió en la última visita del Leverkusen, allá por 2015 en un duelo taquicárdico que se tuvo que decidir en los penaltis.

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Tanta distensión estaba poniendo nervioso al Cholo Simeone, que a partir del primer cuarto de hora empezó a gesticular con brío, como intentando espabilar a jugadores y público. Cierto es que el Atlético no jugaba mal, tenía ocasiones puntuales que hacían lucirse a Leno y el respetable animaba. Pero al partido le faltaba algo al margen de los goles.

Un minuto después del descanso, Fernando Torres saltó del banquillo para calentar junto con Juanfran y Gaitán. El Calderón rompió a aplaudir, El Niño correspondió mientras su nombre resonaba a coro. La última vez que Torres pisó el césped de un estadio se encontraba inconsciente tras recibir un tremendo golpe de Alex Bergantiños en Riazor. Tras dos semanas de convalecencia, el delantero del Atlético volvía al equipo.

Aún no estaba sobre el campo, ni siquiera fue el primer cambio, tampoco el segundo, pero el partido remontó en la segunda parte. Correa y Griezmann rozaron el gol que hubiese enterrado definitivamente las escasas opciones del Leverkusen. El conjunto alemán se dio cuenta de que no tenía nada que perder porque ya todo estaba perdido y se soltó en ataque después de que el Atlético jugase los mejores minutos del choque.

Entonces llegó el show de Oblak. Tres paradones seguidos en un lapso de apenas cinco segundos. Más que un portero parecía un condenado en un paredón, con los delanteros del Bayer rematando a bocajarro, pero el meta esloveno salió airoso del fusilamiento y evitó que el rival se viniese arriba. Sonó el ya mítico “Obi-Oblak, cada día te quiero más” y el Calderón se animó a la espera de que llegase el momento Torres. Pero al Cholo no le gustó la sucesión de ocasiones en contra y prefirió reforzar la defensa con Savic y adelantar a Giménez al mediocampo, tal como hizo en Granada.

El respetable veía cómo corría el reloj y el nueve no aparecía en el campo. “Cholo sácalo, Cholo sácalo”, imploró parte del Calderón a cinco minutos del final. Otros se marchaban para evitar el atasco porque la eliminatoria no corría el más mínimo peligro. No hubo concesiones de Simeone, Torres se pasó calentando toda la segunda parte, entera, siguiendo las órdenes del Profe Ortega en la banda, moviéndose para no enfriarse y por las ganas de jugar.

Pero Torres no apareció pese a que Gameiro no estaba en la convocatoria y que Griezmann jugó los 90 minutos. No tuvo un respiro el jugador más determinante del Atlético por mucho que el próximo domingo venga el Sevilla, un partido clave para optar a la tercera plaza. Simeone no sacó a Torres, la gente no protestó pero tampoco entendió su ausencia en el campo. Se tuvieron que conformar con verlo corretear por la banda.

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Sobre la firma

Alejandro Prado
Redactor en la Mesa de Edición del diario EL PAÍS. Antes prestó sus servicios en la sección de Deportes y fue portadista en la página web. Se licenció en Periodismo en la Universidad Carlos III y se formó como becario en Prisacom.

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