La segunda Tirreno de Nairo Quintana llega a 50 por hora

Terminillo. San Benedetto del Tronto. Tirreno. Lugares de una carrera de campeón ciclista. Como todos ellos, Nairo Quintana (Tunja, Boyacá, Colombia, 1990) es un hombre de buenas costumbres. Lo que hace una vez y lo disfruta, le gusta repetirlo y mejorarlo, si puede. Así sea la Tirreno-Adriático, la prueba por etapas que anuncia la primavera en Italia, carrera en la que se impuso por segunda vez el martes al mantener su ventaja en la contrarreloj de San Benedetto del Tronto.

La ganó por primera vez en 2015 con los mismos pasos --triunfo en el Terminillo, defensa en San Benedetto, victoria--, pero más lento. No era muy complicada la defensa del maillot azul dado el colchón de segundos de que disponía gracias al Terminillo --56 sobre el segundo, el escalador francés Thibaut Pinot; 66 sobre el tercero, el más peligroso, el especialista australiano Rohan Dennis, rodador de talento y potencia—pero sí la presión que se impuso el diminuto colombiano para mostrar sus progresos contrarreloj. “En ningún momento me he preocupado”, dijo el colombiano. Terminó Nairo un recorrido de ida y vuelta (viento de cara al ir, de espaldas al regresar) por el paseo marítimo, largas rectas planísimas en las que el único peligro lo creaban los pasos de peatones sobreelevados (y los peatones despistados que por ellos cruzan sin mirar, como la señora con perro que a punto estuvo de tragarse Peter Sagan, quien debió frenar y desviarse), y comprobó feliz que su esfuerzo para rodar a 50 de media había merecido la pena. La segunda Tirreno era suya por 25s sobre Dennis (espectacular, el australiano, exrecordman de la hora, rodó a más de 53 de media: 11m 18s para los 10 kilómetros), quien por 11s desbancó a Pinot de la segunda plaza.

“Con lo que hay quedarse es con eso, con que con el cuerpecito que tiene, Nairo haya rodado a 50 por hora una contrarreloj llana”, dice Eusebio Unzue, el director del escalador colombiano en el Movistar. “Más no se le puede pedir. Con esta victoria, Nairo demuestra que si no está mal está siempre competitivo”. En el Giro, que llega dentro de mes y medio, el próximo objetivo de Nairo insaciable (ya ganador de la maglia rosa en 2014), esperan 68 kilómetros de contrarreloj individual. El cálculo para la victoria, una cuenta que no salió en el Tour, pasa por no perder en las contrarreloj más tiempo del que se gana en la montaña. “Tiene ya tal nivel de calidad que con menos trabajo que el año pasado está siempre en disposición de ganar”. Hace un mes, Nairo ya logró imponerse en la Volta a la Comunitat Valenciana.

El jueves, el colombiano volará a Tunja, a más de 2.300 metros de altitud, para terminar de preparar el Giro y el Tour durante mes y medio. Regresará a España a finales de abril para disputar la Vuelta a Asturias (29 de abril a 1 de mayo), prueba previa al Giro (6 a 28 de mayo).