El Celta prueba el efecto del adiós de Luis Enrique
El técnico del Barcelona afirma que se siente “aliviado” tras anunciar su adiós
A pesar de que Luis Enrique no suele derrochar simpatía en sus comparecencias, en sus últimas presentaciones ante la prensa había llamado la atención por lo escueto que era su discurso. La tormenta de París había calado hondo en el Barça y el técnico, más frío de lo habitual, regateaba con pocas palabras a la mayoría de las cuestiones. Sin embargo, contrario a lo que enseñaba su lenguaje corporal, Luis Enrique aseguraba que su estado de ánimo era “pletórico”. Ayer, algo cambió. Después de anunciar que dejará el banquillo del Barcelona al final de temporada, Luis Enrique apareció sonriente en la sala de prensa. Sobre todo, menos combativo. “Me siento un poco más aliviado”, reveló.
No quiso, en cualquier caso, explayarse mucho más. “Fui claro y extenso tras el partido ante el Sporting”, subrayó. Su anuncio de despedida, tras el duelo contra el cuadro asturiano, duró dos minutos y medio y no aceptó preguntas. Ayer, el técnico insistió en que necesita descansar. “Hay clubes que tienen una mayor repercusión, pero eso no tiene nada que ver con la decisión que he tomado. Yo tengo una tara como entrenador y es que no sé desconectar”, explicó. Una decisión que sorprendió a sus jugadores. “Nos dejó boquiabiertos”, expuso Rakitic. “No nos lo esperábamos, pero lo entendemos y lo aceptamos”, completó Luis Suárez, en declaraciones a Onda Cero. Luis Enrique buscó despejar dudas y aseguró que el vínculo con sus muchachos es estrecho. “Tengo una relación ideal con el vestuario, con el paso de los meses se hizo cada vez mejor. No me voy porque nos vayamos a hacer daño”, completó en alusión a la frase que dijo en su día Guardiola.
Sorprendida la plantilla y aliviado Luis Enrique, el Barça quiere focalizar su energía en la recta final de la temporada. “El vestuario y yo estamos en la misma línea de siempre: ganar títulos. Todo lo demás son cosas que simplemente están ahí. Lo que tenemos que hacer es seguir en esta buena dinámica”, aseguró. Aunque el Barça anda grogui en la Champions, después del cachetazo del PSG, los azulgrana tienen asegurada la final de la Copa del Rey y el miércoles pasado le arrebataron el liderazgo de la Liga al Madrid, que tiene un partido menos. El grupo necesita estirar la buena racha en la Liga (suma cinco victorias consecutivas) y Luis Enrique certificar que su anuncio tiene un efecto positivo. El equipo recibe hoy al Celta (20.45, Movistar + Partidazo) en un duelo que tiene una simbología especial para los azulgrana.
El Barça se ha enganchado a la Liga, pero el invitado no es el mejor. El Celta le estampó su última derrota en Liga, 4-3 en Vigo. “¿Cuánto tiempo ha pasado?”, cuestionó el entrenador; “jornada siete. ¡Hace tiempo, ya! Eso querrá decir algo”. A Luis Enrique, en cualquier caso, no le gusta nada enfrentarse al Celta. “Las veces que nos ganó fue jugando al fútbol y no poniéndonos trabas a nuestro juego. Nos costará controlar el partido ante un rival que presiona bien arriba y que defiende uno contra uno en casi todos los sectores del campo. Vamos a tener que estar a un buen nivel. Es uno de los equipos más difíciles de la Liga. Será un duelo muy atractivo”, destacó.
Con un ojo en la revancha frente al PSG —“el Celta no nos servirá de ensayo”, explicó—, Luis Enrique no piensa en el futuro. “No sé qué voy a hacer, pero no creo que mi mujer me aguante dos o tres años en casa”, sostuvo, entre risas. Estaba liberado Luis Enrique, que hasta se animó a soltarle un mimo a la prensa. “¿Si os echaré de menos?”, dijo; “Estás sembrado... Sorpresas te da la vida. Ya veremos”, concluyó el técnico. Luis Enrique, después de anunciar su adiós, parece haber encontrado la paz.
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