Turno para Vandoorne, la nueva amenaza de Alonso
Tras puntuar en Bahréin en sustitución del asturiano, el belga de McLaren, que ya rueda en Montmeló, busca justificar la etiqueta de estrella que se le ha colocado.
Para los amantes de buscar paralelismos: Stoffel Vandoorne no es Lewis Hamilton. No obstante, eso no quiere decir que el belga, que esta mañana rueda en Montmeló como piloto titular de McLaren, no vaya a ser capaz de poner en aprietos a Fernando Alonso, su compañero. La coyuntura en la que Hamilton promocionó a la Fórmula 1 en 2007 como campeón de la GP2 es diametralmente opuesta a la que rodea actualmente a cualquier novato que dé el gran salto. Para empezar, porque el británico se hizo un hartón de dar vueltas antes de debutar en mientras que ahora los kilómetros de test están tremendamente restringidos. Y en segundo lugar, porque aquel MP4-22 con motor Mercedes era un trueno, la referencia de la parrilla, nada que ver con el actual MCL32, ese que ayer, en su estreno en el Circuit, se pasó la mayor parte del tiempo desmantelado en el garaje por un problema en el depósito del aceite que provocó una fuga.
Con todo eso, que nadie espere ver a Vandoorne pelearse con Hamilton o los Red Bull, de la misma forma que es impensable ver a Alonso en esas refriegas. Lo que seguramente sí veremos sea a un joven que cumplirá 25 años el día en que el Mundial arranque en Australia (26 de marzo), con mucha más ambición que Jenson Button, el vecino de taller del español en los últimos dos cursos. Credenciales no le faltan al chico de Cortrique, campeón de la GP2 en 2015 y que el año pasado desempeñó el papel de reserva y probador para McLaren, en una decisión incomprensible para muchas voces autorizadas, incluso de la competencia. “En Mercedes tenemos a varias potenciales estrellas de futuro. Pascal Wherlein y Esteban Ocon, por ejemplo, pero Stoffel tiene el currículum más impresionante de todos”, declaraba en agosto Toto Wolff, director de la estructura de la marca de la estrella, antes de que McLaren anunciara a Vandoorne como titular con vistas a 2017. “Si no tuviéramos el lujo de contar con Hamilton y Rosberg, él formaría parte de la corta lista de corredores a los que ficharía”, añadía el ejecutivo austríaco, que incluso se permitió el lujo de ir un poco más allá. “Estarían locos si no le dan el volante el año que viene. Si no lo hacen me aseguraré de que puede correr en otro equipo”, soltó Wolff, a quien no le entraba en la cabeza que sus rivales hubieran mandado al chico a correr la Súper Fórmula, a Japón.
Allí estaba la semana última semana de marzo cuando recibió una llamada de los jefes, ordenándole que se plantara lo antes posible en Bahréin, para reemplazar a Alonso, que todavía no se había recuperado del todo del trompazo que se había dado 15 días antes en el circuito de Albert Park (Melbourne). Sin apenas margen de maniobra ni kilómetros en pista, Vandoorne superó a Button en la cronometrada (terminó el 12º y el de Frome, 14º), salió a la carrera y dejó con la boca abierta a todo el mundo, tanto por habilidad (hizo una salida de quitarse el sombrero), como por naturalidad. Finalmente cruzó la meta el décimo, de modo que fue él, ni Alonso ni Button, quien logró acumular el primer punto de la temporada para la escudería de Woking (Gran Bretaña).
“Sería un error por mi parte focalizarme en tratar de superar a Fernando. He trabajado con él los últimos dos años, nos llevamos bien y sé lo bueno que es. Todo el mundo le ve aún como uno de los mejores, y es bueno tener a un referente a mi lado”, se animaba Vandoorne hace unos días. Después de todo tipo de periplos por fin le ha llegado el momento al chico, su turno para demostrarles a todos aquellos que le han colocado la etiqueta de estrella que estaban en lo cierto. Aunque no le será nada fácil, ni por la competencia que tendrá al otro lado del garaje ni por el monoplaza con el que tendrá que competir.
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