Zidane da una oportunidad a Morata

La habitual sonrisa en el rostro siempre relajado, amable, de Zinedine Zidane, se borró por unos segundos, los que tardaron en preguntarle por una posible marcha de Álvaro Morata del Real Madrid a final de temporada. Resopló el francés y contestó firme, con rotundidad: “No me gustaría que se fuera, esta es su casa”. Pese a su deseo, el técnico es consciente de que los minutos que está dando al delantero español pueden no llegar a la cuota que él se exige para no plantearse una nueva salida del Madrid solo un año después de regresar.

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En lo que va de 2017, Morata tan solo ha disputado 41 minutos en Liga y Champions a pesar del bache de fútbol y números que han venido atravesando Benzema y Cristiano. El canterano no apareció hasta el partido frente al Málaga, el tercero del año, en el que Zidane le dio los últimos ocho minutos; 16 más disputó una semana después frente a la Real, tiempo suficiente para anotar un gol. “Ha tenido pocos minutos, pero los ha tenido. Mañana jugará de inicio y no será el único partido en el que lo haga”, reconoció Zidane, que reservó para Morata un mayor protagonismo en la tercera competición, la Copa del Rey.

Fue titular en los dos partidos de octavos ante el Sevilla, pero no estuvo fino. No anotó ni asistió en 159 minutos y se le vio atropellado, espeso. Zidane le dejó en el banquillo en los cuartos frente al Celta, en los que solo disputó 47 minutos. Una reducción que evidencia lo que ha sido su evolución desde que comenzara la temporada, en la que ha ido perdiendo protagonismo pese a bajas como la de Bale.

Menos altruista

Zidane, excelente como gestor, no ha terminado de corresponder el esfuerzo y la actitud mostrados por el delantero en los entrenamientos y los partidos. Morata, pese a a haber marcado goles importantes que dieron puntos al Madrid en el primer tramo de la temporada, no termina de convencer al francés. El delantero, de perfil peleón, inteligente en la pugna con la defensa, a lo que se acostumbró durante su paso por la Juventus, no es un goleador nato. Le gusta caer a las bandas, territorio de Bale y Cristiano, intocable para cualquier otro. Sus características le hacen más individualista que Benzema. La búsqueda vehemente de la finalización hace que no conecte tan bien como lo hace el francés con Cristiano.

Morata gozará de una nueva titularidad en Liga más de dos meses después. En la última, ante el Deportivo, vio puerta; hoy frente al Espanyol, tiene otra oportunidad de reivindicar su valor.