Bartzokas tras el Barcelona-Unicaja: “No hay nada que celebrar, pero esto nos da mucha confianza”

El Barcelona de Georgios Bartzokas, que en la primera mitad anotó 28 puntos y firmó un 4 de 18 en triples, se transformó en el descanso. Los azulgrana firmaron 30 puntos en un sólido tercer cuarto y se citaron con el Valencia en las semifinales de la Copa. "Era un triunfo importantísimo. No hay nada que celebrar todavía, pero esto nos da mucha confianza. Buscamos la consistencia desde el comienzo de la temporada y ojalá este sea un primer paso. Cuando se gana todo el mundo se siente mejor. Espero que de aquí en adelante todos los jugadores cumplan con su papel y así podremos conseguir nuestros objetivos", analizó el técnico griego del Barça, que volvió a recitar la lista de bajas de su equipo como una letanía. "No sé si recuperaré alguno para el partido ante el Valencia, vamos día a día y no queremos arriesgar para no perderlos por más tiempo", cerró.

"Este equipo depende mucho de la confianza y queremos cambiar la dinámica negativa que llevamos este año", refrendó Víctor Claver. "La Euroliga está siendo muy dura y eso nos está pasando factura en la Liga, pero sabemos que la Copa es diferente y queremos hacerlo bien aquí", señaló el internacional español, que se enfrentará a su ex equipo en semifinales. "Estoy en mi mejor momento con el Barça", señaló Marcus Eriksson, uno de los artífices del triunfo culé ante Unicaja.

En el bando malagueño, Joan Plaza analizó desde la estadística y desde la psicología. "No supimos romper el partido. Tuvimos una buena puesta en escena, pero después defendimos mal. El Barça solo falló siete tiros en la segunda mitad, anotaron 19 de 26. Nos ha faltado madurez, pero ya no hay tiempo para lamentos", explicó el técnico de Unicaja. "El Barça es justo ganador porque han tirado de oficio y han sacado el partido adelante. Nosotros perdonamos y lo pagamos", desarrolló Carlos Suárez.

“¡Era campo atrás!, ¡era campo atrás!, ¡era campo atrás!”

La anécdota de la jornada se vivió en las gradas. Cuenta la enciclopedia que un 25 de noviembre de 1979, en el Molinón, en plena ola de frío en Asturias, y durante un Sporting-Real Madrid de la 11ª jornada de Liga surgió uno de los cánticos con más recorrido del fútbol español. La actuación del colegiado vallisoletano Ausocúa Sanz desencadenó una lluvia de almohadillas y el famoso “¡así, así, así gana el Madrid!”, tras la expulsión de Ferrero después de una acción con San José. Los antimadridistas de toda España hicieron suya la pegadiza cantinela y más tarde los aficionados madridistas le dieron la vuelta en la intención gritándolo con orgullo en las grandes remontadas.

El 17 de febrero, en el Buesa Arena de Vitoria, nació este viernes otra cantinela que promete calar, al menos en lo que queda de Copa del Rey. “¡Era campo atrás!, ¡era campo atrás!, ¡era campo atrás!, ¡era campo atrás!”, clamó el pabellón entero, entre la sorna y la denuncia, para recoger a modo de eslogan la polémica jugada del Madrid-Andorra de cuartos, cuando Llull pisó la línea del centro del campo (virtual por culpa de la pegatina publicitaria que cubre las rayas del parquet) antes de asistir a Randolph para el triple que valió la prórroga. La acción quedó retratada por la multicolor hinchada copera ante el silencio de la minoría madridista. El cántico aparecía episódicamente durante el Barça-Unicaja para hermanar a las aficiones con el apoyo musical de las charangas y en la semifinal entre el Baskonia y el conjunto de Laso apunta a convertirse en un exitoso hit, el “¡así, así, así gana el Madrid!” en versión baloncestística.