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La suma de Aleix Vidal

Después de 14 partidos ligueros sin jugar, el lateral ha sido titular en tres de los últimos cuatro

Jordi Quixano
Aleix Vidal, después de marcarle al Athletic.
Aleix Vidal, después de marcarle al Athletic.LLUIS GENE (AFP)

Messi y Luis Suárez, en una esquina del banquillo, aplaudían y soltaban risotadas. Luis Enrique se animó y le chocó la mano al 10 para después sumarse a las felicitaciones. Y sobre el césped todos los compañeros corrieron a abrazarle. Resulta que en el duelo ante el Athletic Aleix Vidal volvió a marcar y, de paso, a demostrar que al fin pelea por un sitio en el Barça. Le ha costado lo suyo, pero el lateral ya ha llegado. “Más vale tarde que nunca”, resuelven con orgullo desde la entidad, satisfechos por la reacción de un jugador al que durante un tiempo consideraron más fuera que dentro.

Hace apenas dos meses, la dirección deportiva del Barcelona valoraba una cesión o un traspaso de Aleix, toda vez que el futbolista no contaba para el técnico. Había muchos rumores sobre equipos que le perseguían pero la realidad es que a las oficinas del Camp Nou no llegó oferta alguna. “Él se quería quedar y así nos lo hizo saber, pero su marcha era una posibilidad”, admiten desde la cúpula azulgrana. Y desde la ciudad deportiva, añaden: “Desde septiembre estuvo tres o cuatro meses perdido, mal aconsejado por su entorno. Bajó los brazos al verse perdedor ante Sergi Roberto”. Su fútbol, sin embargo, ya no resta sino suma.

“Durante unos meses, bajó los brazos al verse perdedor ante Sergi Roberto”, dicen desde el club azulgrana

Señalado como el lateral derecho del equipo al inicio del curso porque no había otro —Sergi Roberto se adaptó a la posición en pretemporada—, el club decidió no fichar a nadie ni venderlo porque era una apuesta del técnico y porque entendían que él debía reconducir la situación, encasquillada ya en el ejercicio anterior porque no tuvo minutos ni dio rendimiento. Pero Aleix siguió sin jugar y se hundió al no verse en los onces. “Es normal que en algunos momentos te dejes ir”, resolvió el futbolista unos meses más tarde. Pero eso es pecado capital para Luis Enrique, que defiende que con el esfuerzo no se negocia, por lo que le recluyó a un ostracismo absoluto. “Tranquilidad, lo que hoy es negro mañana es blanco”, siseaban desde el club. Pero la realidad era otra porque se le buscaba acomodo fuera de casa. Ya no.

La inclusión, poco a poco

Alcanzado el mes de diciembre, Aleix entendió que se le escurría la oportunidad de seguir en el Barça. “Que yo sepa el hecho de que juegue poco es una decisión deportiva. No me quiero ir, pero el club manda. Veremos qué quieren hacer conmigo. Luego, decido yo”, replicó el futbolista. Y se puso las pilas. Justo lo que le exigía Luis Enrique, que siempre aprobó las segundas oportunidades. Pero poco a poco. “Físicamente es un portento y se entrena muy bien. Estoy contento por su actuación”, explicó el técnico tras alinearle frente al Borussia Moenchengladbach en el intrascendente duelo de la liguilla europea. Y le volvió a dejar en la grada. “Es el que menos minutos ha disputado y ha demostrado estar preparado para competir, su actuación le quita la razón al entrenador porque ha hecho un partido excelente”, expuso más tarde, tras darle la oportunidad ante Las Palmas. Y del cemento del estadio pasó al banquillo. Ahora, sin embargo, ya pisa el césped con asiduidad.

Después de estar durante 14 jornadas ligueras seguidas sin jugar un solo partido, ahora Vidal ha participado en las últimas cuatro y en tres de ellas ha completado los encuentros, donde ha firmado dos tantos y repartido una asistencia. Ante el Athletic, tras driblar a Laporte y Yeray con una conducción eléctrica, también a Neymar que quiso chutar y le dio al aire porque Aleix siguió a la suya, hizo diana. “En algunas cosas no he estado tan fino como debía, pero después con el gol parece que se olvida todo”, entonó con autocrítica el futbolista, que sabe que es más extremo que zaguero; “aquí firmé como lateral, pero en el Sevilla viví mis mejores momentos en banda y ahora intento corregir mi posición en la defensa”. Desde el club, sin embargo, ya lo miran con otros ojos: “Estamos muy contentos con él porque se ha dado cuenta de que puede entrar en el grupo y trabaja fuerte”. Aleix responde: “Lo mejor es poder ayudar al equipo en juego y si además es con goles, mucho mejor”. Luis Enrique, desde el banquillo, lo celebra.

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