El fin del dinero público pone en riesgo el arranque de la liga argentina

Ya lo dice el reglamento: el fútbol es un deporte de equipo jugado entre dos conjuntos y algunos árbitros que se ocupan de que las normas se cumplan correctamente. Sin embargo, ni la explicación más básica del deporte que los convoca alcanza para poner fin al conflicto en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). La institución deberá resolver en pocas semanas cuestiones cruciales que no parecen cerca del acuerdo. A saber: el comienzo de la liga que entró en receso en diciembre, la convocatoria a elecciones, el pago de numerosas deudas con jugadores y empleados de los clubes y, lo que más le importa a los dirigentes, quien se quedará con los derechos de televisación de los partidos. Luego de una reunión que mantuvieron dirigentes y el Gobierno Nacional en Casa Rosada, la pelota pasó del lado de los clubes. Mientras tanto, el árbitro (la FIFA) espera expectante que se cumplan los plazos que indicó esta semana en el proceso de normalización, tras la muerte de Julio Grondona.

El encuentro que tuvo lugar este jueves en Casa de Gobierno fue solicitado por los presidentes de los clubes del fútbol argentino al secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, el hombre elegido por el presidente Mauricio Macri para resolver este entuerto (y que está cerca de lograrlo, al menos en lo que a ellos concierne). El objetivo era resolver de qué manera se pondría fin al contrato del Fútbol Para Todos, el programa creado por el kirchnerismo para financiar la transmisión gratuita de la liga a todos los rincones del país.

Los clubes sostienen que sin el ingreso del dinero que les corresponde por la transmisión de los partidos no pueden financiar sus actividades y, por ende, la realización de la liga está en peligro. En consecuencia, Rodolfo D’Onofrio (River), Hugo Moyano (Independiente), Marcelo Tinelli (San Lorenzo), Víctor Blanco (Racing), Alejandro Nadur (Huracán), Daniel Angelici (Boca), Nicolás Russo (Lanús) y Claudio Tapia (Barracas Central) fueron a pedir un resarcimiento económico acotado a los términos que se habían conversado. Pero la respuesta oficial fue negativa.

Incluso, hubo un tirón de orejas por parte del Ejecutivo, que instó a los dirigentes a que la Asamblea de la AFA apruebe los Estatutos enviados por la FIFA, que se ajustan a las reglamentaciones internacionales vigentes, y que se cree a su vez la Liga Argentina de Fútbol Profesional. El tema que surge detrás de eso es la convocatoria a elecciones, que la FIFA fijó para el 28 de abril de 2017, y la forma en que serán representados los clubes chicos en las votaciones. El manuscrito que llegó desde Zúrich la semana pasada sugiere que la Asamblea esté integrada por 46 dirigentes (actualmente son 75) distribuidos de una forma que quita poder a los equipos de las divisiones menores pero incluye a áreas que antes no tenían ni voz ni voto, como el fútbol femenino. el fútbol sala, el fútbol playa, árbitros, entrenadores y futbolistas.

En la reunión también participaron el coordinador del Programa Fútbol para Todos, Fernando Marín; el titular de la Comisión Normalizadora de la AFA, Armando Pérez, y la vicepresidente Carolina Cristinziano. Sin embargo, los personajes sobresalientes fueron Angelici y Tinelli, quienes se cruzaron en un par de oportunidades. El zar de la televisión le reprochó al hombre cercano a Macri su repentino giro político hacia el grupo de dirigentes del ascenso. Esa es la grieta en la que está encerrada la solución de un problema que ya agobia hasta a los propios hinchas, que a una semana de la fecha pautada para el regreso de la liga, aún no saben si arrancará y en qué televisión podrán verlo. El tiempo apremia: la fecha límite para recibir comentarios de los asambleístas sobre el borrador del estatuto es el próximo lunes 6 de febrero. En el medio, los clubes deberán releer el reglamento para entender que los partidos se juegan con dos equipos, no con tres. Y encima el árbitro ya está muy enfadado.