La Real Sociedad dispara sus ilusiones
Un gol de Juanmi deja al equipo donostiarra vecino a los puestos de Liga de Campeones tras derrotar a un Celta que presentó una alineación alternativa, enfocado a la Copa del Rey
Llegado el ecuador del campeonato la Real Sociedad prepara las credenciales para optar a una embajada europea. Superado el nefasto interregno de David Moyes, el equipo donostiarra ha regresado donde estaba. Hace tres años, con Jagoba Arrasate al frente, firmó 32 puntos en la primera vuelta para caminar hacia su última, y entonces efímera, presencia en el continente. Hace cuatro le bastaron 26 para edificar una segunda parte de campeonato de ensueño y ganarse el derecho a jugar la Liga de Campeones. A ese nivel está ahora el grupo que ha hecho crecer Eusebio Sacristán, con 35 puntos, quinto en la tabla empatado a puntos con el Atlético, que es cuarto. Atrás deja al Celta a ocho puntos de distancia tras superarle por la mínima en un partido que el destino puede convertir en fronterizo. Puede que ambas escuadras acaben peleando a similares alturas, pero el Celta hoy está más enfrascado en otros asuntos, quiere la Copa del Rey y por ella apuesta.
El partido derivó por momentos hacia la siesta dominical porque la Real comenzó con la intención de darle ritmo al partido, pero el Celta supo quitárselo y acomodarse en un entorno sosegado. Berizzo había vestido a su equipo con un terno diferente del acostumbrado porque confeccionó una alineación alternativa y guardó a casi todos los futbolistas que se presumen como titulares ante el Real Madrid en el desafío copero del próximo miércoles. Puede que la intención no fuese variar el estilo, pero sí cambió la ejecución. Fue otro Celta, pero no un mal Celta porque para empezar supo llevar hacia su terreno un partido que le empezó planteando dificultades.
La Real también anda aplicada en la Copa del Rey y apretada por el rigor del calendario. Guardó a algunos hombres y perdía por sanción a Illarra, pero comenzó vigorosa, con sendas llegadas de William José y Carlos Vela, con una alguna excursión de Yuri Berchiche a la línea de fondo, una serie de movimientos que avisaron sobre una superioridad que no se plasmó porque los meritorios de Berizzo se aplicaron en el manejo de la pelota y encontraron a Pione Sisto y su regate para ganar aire y metros. Encontraron el toque y la pausa con Jozabed, con Señé o Hernández, encontraron las riendas que evitaron que la Real, siempre proclive a buscar la profundidas, se disparase. Rossi y Sisto conectaron, pudo marcar el Celta. No lo pasó bien la Real hasta que se ajustó tras el descanso. Ahí elevó el ritmo, recuperó la pelota con mayor prestancia y obligó al Celta la persecución. Apareció Sergio Canales, al que las lesiones no se lo han puesto sencillo, pero que guarda un tesoro en su zurda. Primero habilitó a Vela para que Sergio Álvarez rescatase al Celta tras un majestuoso pase del futbolista cántabro, luego colocó un maravilloso centro en la frente de Juanmi que valió puso a la Real en ventaja.
Juanmi tiene gol y sabe buscarlo. Supo atacar el espacio allí donde no sobraba para encontrar el remate y darle un bofetón al partido, pero sobre todo al Celta. Berizzo miró lo que tenía a su lado y llamó a Guidetti, con apenas diez minutos por delante hizo lo propio con Iago Aspas. Tampoco necesitan mucho tiempo para dejarse ver. El sueco pudo empatar con una sutil espuela que se paseó ante la línea de gol. Anoeta miró entonces el reloj, apretó dientes con su equipo y se aprestó a recibir las oleadas del Celta, que cuando se lanza hacia la meta no es cualquier cosa. Y ahí expuso la Real otra muestra de madurez porque tras el intento del delantero sueco no permitió ni cosquillas en el epílogo del partido. Desde que hace catorce años peleó hasta el final por el título de Liga nunca había estado ni tan alto ni con tantos puntos a estas alturas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.