Alberto Contador. “Tengo personalidad, sí, hay que tenerla”
Una década después de ganar su primer Tour, el ciclista español analiza su carrera y la temporada que empieza
Han pasado ya diez años desde que Alberto Contador, entonces casi un niño de 24 años, ganara su primer Tour. El ganador brillante que también se apuntaba el primer Giro y la primera Vuelta que corrió, ambos en 2008, es ahora un luchador que parece condenado a combatir siempre contra fuerzas superiores a las que solo puede derrotar por su valentía única. En 2017, Contador, nacido el 6 de diciembre de 1982, estrena maillot, el rojo y negro del Trek-Segafredo. Su carrera profesional, iniciada en 2003, podría servir de compendio de todos los vaivenes y altibajos del ciclismo en los últimos 15 años, con múltiples cambios de equipo y de director (Saiz, Bruyneel, Martinelli, Riis, Tinkov) motivados por razones muchas veces contrarias a la lógica deportiva.
Pregunta. Mucho cambio, ¿no? Y más cuando como regla general los grandes campeones del ciclismo llevan una carrera ligada a un solo director…
Respuesta. Bueno... quizás sí, pero también lo veo como que he estado bastante tiempo en los equipos. En la primera estructura, cuatro años; tres en la segunda, por razones contractuales; luego con Riis, que fue destituido. Yo consideraría que he estado en tres estructuras en total. Es complicado, además, encontrar ahora un equipo que sea capaz de mantener un sponsor sólido con un presupuesto al máximo nivel durante 10, 12 años.
R. ¿Aparte de los sucesos ajenos a su voluntad, en tanto cambio ha influido su personalidad, su carácter?
R. Tengo personalidad, sí, y creo que la gente tiene que tener personalidad. Soy una persona que se amolda y que escucha, pero siempre quiero obtener lo máximo posible. Si veo que en un sitio las cosas no funcionan como a mí me gustarían intento conseguir algo que sea mejor. En mi carrera deportiva en ningún momento ha prevalecido el tema económico a la hora de firmar por un equipo o por otro. Siempre he actuado pensando en el proyecto deportivo, que unas veces ha sido más potente que otras. Pero estoy contento: a través de los diferentes equipos he visto mundo.
P. Mal no parece haberle ido. Tiene uno de los mejores palmarés que puedan lograrse (dos Tours, dos Giros, tres Vueltas) y ha perdurado en el tiempo. No muchos ciclistas son favoritos antes de empezar un Tour 10 años después de su primera victoria...
R. La competición la contemplo para disputarla y para luchar por ganar las mejores carreras del mundo. Decidí continuar porque todavía me veo así. Al final siempre he sido superprofesional. Siempre he sido supercomprometido con la responsabilidad que tengo, un equipo a mis espaldas, sabiendo que su rentabilidad pasaba solo por el Tour o por las grandes vueltas en las que estaba yo. Me siento orgulloso de llevar tantos años al máximo nivel.
P. Hace dos años usted hablaba de dejarlo a finales del 16, de despedirse desde lo más alto. ¿Si hubiera ganado un Tour desde entonces habría colgado la bici?
R. Decidí continuar antes del pasado Tour, en abril, y, aunque lo hubiera ganado, no habría dado marcha atrás, habría hecho este año que voy a hacer. Quizás habría sido más duda hacer la temporada más si hubiera ganado el Tour del 15. Me gustaría terminar en lo más alto, pero, bueno, sé que hay veces que se puede ganar y veces que no. Voy a prepararme a conciencia, estoy supermotivado y superilusionado con el equipo, que están volcados conmigo. Vamos a tener un equipo muy competitivo en el Tour. Yo voy a hacer todo lo que está en mis manos. Y a ver si no tengo mala suerte, y a ver qué tal.
P. En los últimos Tours se ha caído. ¿Esa es la mala suerte? ¿O fueron caídas fruto de la tensión de estar a disgusto con su equipo, el Tinkoff?
R. No creo en lo de la tensión. Durante toda mi carrera he tenido muchísimas situaciones de tensión, y lograba mantenerme aislado, aunque, claro, es mucho mejor gozar de tranquilidad. Es complicado verte en el suelo a la primera cuando trabajas tanto y te sacrificas tanto para llegar en óptimas condiciones. Parece ser hasta un mal sueño, pero con la triste realidad de que cuando te levantas ves que te duele y ves que no es sueño... Pero así es el deporte. La diferencia la marca el que es capaz de reponerse y superarlo.
P. Y como consecuencia de ello, los últimos años nació un nuevo Contador, solo contra todos y contra las circunstancias…
R. Es una cosa que me gusta hacer, sí. Esto es deporte profesional y hay que luchar por ganar siguiendo la táctica más adecuada. Llega un punto en el que puedes conformarte con lo que tienes o intentar apostar de nuevo por ganar. Y, sinceramente, esto es lo que me motiva, estar el día antes viendo la posibilidad de lo que se puede hacer, aunque cada vez es más reducido el factor sorpresa y más complicado hacer cosas de este tipo. Pero son las cosas que te gustan porque son lo que la gente recuerda. Etapas como Formigal, Alpe d'Huez, Fuente Dé... Prefiero mil veces hacer lo que hice en Alpe d'Huez en 2011, aunque no gané, que ganar la etapa de una manera académica, sin aventura. La tendría en mi cartel, pero el recuerdo de la gente, lo que me dicen, cómo se emocionaron viendo que rompía la carrera desde el primer kilómetro, me enorgullece y me divierte más que ganarla.
P. Y la Vuelta no la ganó, pero su ataque en Sabiñánigo camino de Formigal le sirvió a Nairo Quintana para derrotar a Froome. Su director, Eusebio Unzue, dijo que aquel día Nairo recibió la mejor enseñanza del mejor maestro.
R. Tampoco hablamos demasiado. Una vez que se hizo el corte solo le dije: “Oye, Nairo, si quieres ganar la Vuelta, aquí está...”. Al principio dudaba él de entrar al relevo, dejaba solo a los compañeros, y le dije: “Nairo, tienes que entrar al relevo, hoy es el día, vas a ganar la Vuelta”. Y así fue.
P. ¿Cómo ha afectado a su organismo el paso de los años?
R. Me cuesta trabajar más para llegar al peso óptimo quizás porque el metabolismo lo tienes más acelerado de joven y en dos meses que te cuidas llegas al peso óptimo, y hasta te puedes pasar. Ahora tardo más. La capacidad de recuperación no ha cambiado para nada, y los vatios son mejores que antes. Y la chispa, igual. Lo peor, la facilidad para coger peso y la dificultad para perderlo.
P. ¿Puede ser el del 17 el último Tour al que llegue pleno, con confianza de poderlo ganar?
R. No sé. No se puede responder. Sí que puedo decir que este año me veo con posibilidades para ganarlo. ¿Dentro de un año? Tendré que ver cómo transcurre el año, los tests que me haga en las concentraciones, comparados con otros años, y eso decidirá un poco más. Lo importante es que este año sí que creo que tengo todos los factores que necesito para ir con las máximas garantías. Y a ver qué resultado da.
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