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Contador: “Mi único objetivo era sobrevivir”

Tras la caída de este viernes, el pinteño ha aguantado con los mejores en La Camperona

Alberto Contador en la meta de La Camperona.
Alberto Contador en la meta de La Camperona.Javier Lizon (EFE)
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Los ojos estaban puestos en él. Su nombre, Alberto, su apellido, Contador, revoloteaba por la Vuelta tras su caída en el sprint de Puebla de Sanabria. ¿Dolor, daños, psicología? ¿Cómo reaccionaría Contador tras un percance que según dijo “le dejó dolorido y maltrecho”. Las sensaciones no eran las mejores, dijo este sábado, con gesto serio, pero feliz en la meta de La Camperona.

La idea estaba clara: “Salir vivo. Ese era el único objetivo, sobre todo respecto a Froome y por eso cuando le he pasado al final en los últimos metros, me he sentido bien, no tanto por los segundos conseguidos, como por mejorar el objetivo inicial. No me lo podía ni imaginar”. 

Porque Contador no las tenía todas consigo el día anterior. “Este viernes pensaba que me iba a casa”, afirmó, cuando notó en el hotel que los dolores persistían y el costado era un sufrimiento permanente. "La verdad es que las sensaciones no eran las mejores. Estuve haciendo rodillo y cuando fui a cenar ya me encontraba un poco mejor, aunque me dolía mucho el gemelo”. 

Todo cambió por la mañana. Tenía que medirse a sí mismo y a los demás “yo siempre he sido una persona optimista. Más aún cuando recibes en la carretera tantas muestras de apoyo. Mi lema siempre ha sido: creer es poder”. Creyó y pudo: “He perdido tiempo con Nairo, pero se lo he sacado con Froome. Mejor de lo esperado". 

Sin embargo, también asomó el Contador precavido. Nada de euforias, sí de felicidad. Pero por si acaso, templanza, porque “en las caídas, los efectos se suelen notar pasados dos días”. Lo que sí tiene claro es que jamás volverá a utilizar bicicletas negras: “Con una así me caí en el Tour y con una así me he caído en la Vuelta. Jamás volverán las bicicletas negras”. 

Contador no sonreía, ni transmitía un rictus preocupado. Era una mirada tranquila. Nairo Quintana, el nuevo líder, mostró lo que él denomino “la sonrisa del sufrimiento”, por haber conseguido el objetivo de ganar segundos en la general.

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