El desafío de Zidane y Cristiano Ronaldo
Técnico y jugador del Madrid están nominados a los premios de la FIFA para 2016, el año de los milagros
Más de un empleado del Real Madrid que coincidió con el Zidane jugador, se sorprendió por el cambio del francés. Introvertido y tímido cuando se calzaba las botas, se convirtió en dicharachero y sonriente en las ruedas de prensa, focos que no puede esquivar como entrenador y que está llevando con mucha comodidad. No así los actos oficiales y pequeños homenajes.
El sábado, el club invitó a los madridistas que habían ganado un Balón de Oro a acompañar a Cristiano en el día en el que enseñaba su cuarto galardón a la afición. Estaban Kopa, Owen, Figo, Ronaldo Nazario y Zidane. Al técnico se le vio serio y con ganas de que terminase pronto para poder sentarse en el banquillo. Hoy en Zúrich tiene otro acto, el que ha organizado la FIFA para premiar a los mejores entrenadores y entrenadoras y jugadores y jugadoras de 2016.
Entre los candidatos a mejor técnico, además del francés, están Claudio Ranieri que obró el milagro con el Leicester (primera Premier de su historia) y Fernando Santos que hizo lo propio con Portugal. Cristiano Ronaldo se vuelve a ver las caras con Messi y Griezmann, sus rivales también en el Balón de Oro.
En 2010, la FIFA y la revista France Football se juntaron para fusionar sus dos premios en busca del mayor galardón individual: el FIFA Balón de Oro. Votaban periodistas, capitanes y entrenadores. Este año el máximo organismo del fútbol ha roto con France Football que entregó el Balón de Oro en solitario (lo ganó Cristiano con los votos de los periodistas) y ha ideado otro galardón llamado The Best [el mejor].
Votan también los aficionados
Han votado los aficionados, cuyo voto pesará un 25% en el recuento final, y el resto, por partes iguales, será responsabilidad de entrenadores de las selecciones afiliadas a la FIFA, los capitanes y un selecto grupo de periodistas. Se premiará también a la mejor afición y al mejor gol (Premio Puskas). Para estos galardones sólo se han tenido en cuenta los votos de los usuarios de la web de la FIFA.
Los aficionados también han elegido a los candidatos para el once ideal entre los que están 11 madridistas (por cada puesto hay cinco finalistas): Keylor Navas, Sergio Ramos, Pepe, Varane, Carvajal, Marcelo, Kroos, Modric, Benzema, Bale y Cristiano. Los jugadores del Madrid viajarán a Zúrich con un avión fletado por la FIFA después del entrenamiento de la mañana. La gala empieza a las 18.30.
“Yo acabo de empezar y tengo que mejorar en todo. Lo normal sería que el premio lo ganaran otros”, dice Zidane cada vez que le preguntan por el premio. Sería su primer trofeo individual después de la Undécima, de la Supercopa y del Mundialito que consiguió hace tres semanas en Japón.
El francés, que llegó como solución de emergencia para sustituir a Rafa Benítez, no tenía experiencia en Primera. Dijo que hablaba poco pero que ponía a disposición pasión por el fútbol y trabajo. Se ha convertido en un pastor para la plantilla y cerró 2016 con 53 partidos, tres títulos y sólo dos derrotas. Lleva, además, una racha de 39 partidos sin perder. Cuando le hacen notar que es el único entrenador del Madrid que no parece sufrir desgaste, dice que lo lleva por dentro. “Tengo 44 años y sólo llevo un año aquí, acabo de empezar y todavía puedo aguantar...”, bromeaba el viernes en Valdebebas.
Fernando Santos tiene 62 años y consiguió algo histórico para Portugal: una Eurocopa. La ganó contra todo pronóstico y, además, contra la anfitriona. En una entrevista en el EL PAÍS, cuando le preguntaron si fue una victoria del juego feo sobre el bonito como sostenían muchos contestó: “Nadie gana jugando mal. Solo gana quien juega bien, y Portugal jugó bien en ataque y en defensa; lo de bonito y feo depende de los ojos que te miran”.
La pizza de Ranieri
Claudio Ranieri, a sus 65 años, también hizo un milagro con el Leicester, algo con el que los aficionados seguirán soñando durante años y años. Nunca habían ganado una Liga. Fue la victoria de los modestos. Su receta: entregarse y correr como Forrest Gump. Prometió a sus futbolistas que les invitaría a una pizza si seguían manteniendo la portería a cero. La hicieron en casa del técnico.
A final de la temporada, Ranieri rememoraba en una carta a los aficionados lo que había vivido en el Leicester que, por cierto, se ha clasificado para los octavos de Champions ante el Sevilla. “Recuerdo mi primera reunión con el presidente, cuando llegué en verano al Leicester City. Se sentó conmigo y me dijo: ‘Claudio, este es un año muy importante para el club. Es muy importante para nosotros seguir en la Premier League. Tenemos que salvarnos’. Cuarenta puntos. Ese era el objetivo. Ese era el total que necesitábamos para seguir en primera. En aquel entonces, no podía ni soñar que abriría el periódico el 4 de abril y vería al Leicester en la cima de la clasificación con 69 puntos. El mismo día del año pasado, el club estaba último”, escribía el técnico italiano.
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