Doncic ejerce de líder para rendir al Efes
El Madrid de Laso, impulsado por el esloveno de 17 años con 17 puntos y 31 de valoración, rompe en Estambul su mala racha de resultados con una victoria peleada hasta el final (78-80)
Luka Doncic no entiende de pesimismo ni de plazos. Abrazado a la intrepidez y alterando la cronología, el esloveno, de 17 años, guió al Madrid para romper su racha negativa venciendo al Efes en un partido peleado hasta la fotofinish y resuelto con un vigoroso tapón de Ayón a Heurtel que evitó la prórroga sobre la bocina. La rutilante hoja de servicios del canterano —17 puntos (con un 3 de 4 en triples), nueve asistencias, cinco rebotes, cuatro faltas recibidas y 31 de valoración—, el ejercicio de responsabilidad de Rudy (14 puntos) y la buena aportación de Hunter, Felipe y Thompkins enderezaron el destemplado rumbo del conjunto de Laso.
Sumaba el Madrid cuatro derrotas en sus últimas cinco salidas en Europa, dos de ellas en Estambul (ante Fenerbahçe y Darussafaka). No ganaban los blancos a domicilio en la Euroliga desde el atracón frente al Barça en el Palau (63-102, el 18 de noviembre). Pero, en el Abdi Ipekçi, allí donde los blancos sellaron en 2015 su pase a la Final Four que les coronó como campeones continentales, el Madrid aplicó el propósito de enmienda para rendir al Efes y concluir la primera vuelta de la competición con 10 victorias.
Faltó Llull, ahora tocado en su rodilla izquierda después de perderse los partidos ante Zalgiris, Darussafaka y Bilbao semanas atrás por problemas en la derecha. Pero cogió aún más vuelo Doncic. Con el descaro de siempre y más temple que nunca, la dirección del esloveno marcó la pauta de la contienda. La pujanza del base y la brega de Ayón y Felipe permitió a los blancos arrancar con un parcial de 0-6. Respondió el Efes con la misma firmeza, decidido a marcar territorio con el brío de Brandon Paul, el martillo de Derrick Brown y el arrebato episódico de Dunston (29-23, m. 13), y el partido viajó al terreno de la bravura. Mientras Honeycutt y Hunter pugnaban por decantar la batalla reboteadora, los grilletes defensivos fueron atajando los contraataques rumbo a un desenlace incierto.
Tensión y triples
La tensión barnizaba el parqué y saltó por los aires al regreso de la caseta. Con 39-39 en el marcador, al Madrid se le acumularon los pleitos. Ayón recibió una antideportiva por una falta a Osman, la tercera de su expediente; y, posteriormente, los árbitros señalaron una doble técnica al banquillo madridista, una a Laso y otra a Rudy por protestar la editorializante labor arbitral. La tormenta se saldó con un parcial de 7-2 para el Efes (46-41, m. 24).
Reaccionó con solvencia el Madrid con una secuencia de triples a la que se apuntaron Thompkins (en dos ocasiones), Doncic y Maciulis (58-59, m. 28). También apareció Rudy para lucir liderazgo en los minutos en los que se dirimía el duelo. La hiperactividad del mallorquín (que aportó dos triples clave al 11 de 22 de los blancos) y el trabajo defensivo de Hunter sostuvieron la apuesta del Madrid liderada siempre por un descomunal Doncic.
Iluminado, inmutable ante la presión y decidido a ejercer de estrella, el base esloveno relevó a un errático Draper y se dispuso a ganar el partido. A golpe de asistencias y triples colocó el 75-78 a falta de 1m 52s para el final. La brújula de Heurtel, los puntos de Osman y la aportación silenciosa de Honeycutt estiraron la producción del Efes hasta que resurgieron Dunston y Brown. Arrinconado por los defensores rivales, Carroll perdió un balón clave y dejó la última posesión en manos del Efes con 8s por delante (78-80). Pero en esta ocasión, el Madrid supo sobrevivir en el alambre con un funambulista de lujo: Luka Doncic. Por mucho que la prudencia se empeñe en marcar sus plazos, el futuro es suyo y el presente, también.
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