Nahuel Guzmán, el guardameta de los títulos para Tigres
El guardameta argentino salda una cuenta pendiente contra el América en la final de liga
Si hubo alguien que disfrutó de los penales fue Nahuel Guzmán (Rosario, Argentina, 1986). El guardameta de Tigres se puso los guantes de héroe al atajar los tres tiros del América. No dejó escapar el balón, intimidó a sus rivales y le dio a los suyos el quinto título de liga en casa, en el estadio Universitario al ganar 3-0.
Guzmán tuvo que ensuciarse el uniforme para poderse colgar la medalla de campeón. Tuvo que desviar los tiros de Renato Ibarra, Michael Arroyo y del insistente Oribe Peralta. El equipo felino tardó para hacerse del control del balón, se vio por momentos superado por los americanistas que querían sorprender al portero de Tigres con tiros cruzados.
El Patón, como apodan al arquero, mantuvo intacta su meta durante 95 minutos. Tuvo la fortuna de que al minuto 55 Peralta, el delantero de América, dejara escapar el gol al quedar de frente de la portería. Pero de lo que no tuvo suerte fue a los cinco minutos del primer tiempo extra, allí las águilas cobraron un tiro de esquina que concretó en gol el juvenil Edson Álvarez. Nahuel sólo siguió con la mirada la trayectoria del balón. Los Tigres perdían en casa y Nahuel empezó a jugar como un líbero, a mandar pases a los delanteros, era uno de los más inquietos.
#MiCampeonEs ¡@TigresOficial Campeón! https://t.co/eTBmKBEMWR pic.twitter.com/Y6uXbGDPZV
— TUDN MEX (@TUDNMEX) December 26, 2016
Un frentazo de Jesús Dueñas, al último minuto del segundo tiempo extra, fue la inyección de adrenalina que Guzmán necesitaba: el partido tuvo que definir en los penales. Guzmán salió de la cancha, se encaró con el estratega rival, Ricardo La Volpe, y se fue directo a la banca. Se quitó los guantes y aguardó a que el árbitro dictaminara quién tiraría primero.
El argentino, quien fue llamado por Gerardo Martino a la selección albiceleste, se enfrentó a los cobradores de América. Se les plantó y jugó con la presión. Les miraba, movía las manos y trataba de distraerlos. Su estrategia funcionó al negarles los goles a William Da Silva, Silvio Romero y a Javier Güémez. Él se llevó la final, el campeonato.
Al alzar el trofeo, Nahuel Guzmán se hincó y besó el césped. Llegó a Tigres en el 2013. En diciembre de 2014 jugó su primera final contra el América. En el partido de vuelta se fue expulsado por una fuerte barrida sobre Oribe . En aquella ocasión los americanistas se quedaron con el título y el rosarino fue tachado de villano. Hace un año sus atajadas le valieron la liga a Tigres contra Pumas al ganar 4-2 en penales.
Ricardo Ferretti, entrenador de Tigres, "me dijo que si yo quería tirar el quinto penal, yo le dije que no llegaríamos al quinto", dijo Guzmán a la prensa tras ganar el trofeo. Él fue el centro de todos los abrazos. Esta noche Nahuel opacó a Gignac.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.