River suma una nueva copa a sus vitrinas en una final con siete goles
El equipo de Gallardo supera 4-3 a Rosario Central y conquista la Copa Argentina por primera vez
Primero hay que saber sufrir, después amar, después partir. La letra del tango Naranjo en Flor le va de perlas a este River que llegó gateando a fin de año pero que ha demostrado que le sobra el temple necesario para jugar finales. El equipo de Gallardo, desdoblado por las lesiones y la carga de un semestre que le fue cuesta arriba, llegó a Córdoba con más dudas que certezas para formar el equipo que buscaría arrebatarle a Rosario Central una ilusión gigante, tras perder dos finales de Copa Argentina. El entrenador riverplatense tuvo que asumir el juego con dos juveniles en la zaga defensiva, pero tanto Lucas Martínez Quartas como Luis Olivera han cumplido con creces a pesar de que sufrieron las subidas de Montoya, los lujos de Giovani Lo Celso y el poderío ofensivo de Marco Ruben.
Es que Central salió decidido a vengarse por lo que le ocurrió en 2015, en este mismo escenario, cuando Germán Delfino convalidó 2 goles ilícitos para Boca, y le entregó la copa a los xeneizes. Es por eso que la figura de Patricio Lousteau estuvo bajo la lupa en esta nueva final. El árbitro no se dejó amedrentar y señaló dos penales que serán la polémica de la semana pero que le han servido a Lucas Alario para transformar en goles. Luego, aparecieron los mismos fantasmas del pasado domingo, cuando River cayó en casa ante Boca, su clásico rival. La inseguridad del equipo de Gallardo en defensa tiene nombre y apellido: Augusto Batalla. El portero riverplatense, que el domingo perdió una jugada crucial con Carlos Tevez, volvió a fallar en dos oportunidades en esta final. La primera, con una pelota que no supo contener de arriba y que fue aprovechada por Damián Musto, una de las figuras del Canalla para enviar a la red. La segunda, con un remate que no contuvo y cuyo rebote fue aprovechado por Marcos Ruben, con idéntico final.
El partido se jugó casi sin defensas y los 7 goles (4 para River, 3 para Central) convirtieron al partido en una final dislocada, en la que el que se equivocara, se iría con las manos vacías. Fue Central, que en el segundo tiempo no pudo conservar la ventaja lograda en la primera parte. River, en cambio, se juró no volver a regalar un partido y gracias al poderío de su atacante estrella, Lucas Alario, que convirtió un triplete, logró imponerse a falta de 10 minutos para que termine el partido. El delantero uruguayo Iván Alonso, de 37 años, puso cifras definitivas.
River 4 vs Central 3
River: Batalla, Moreira, Maidana, Martínez Quarta y Olivera; Ponzio, Ignacio Fernández, D'Alessandro y Gonzalo Martínez; Alario y Driussi. DT: Marcelo Gallardo.
Rosario Central: Sosa, Salazar, Dylan Gissi, Torsiglieri y Aguirre; Montoya, Musto, José Luis Fernández y Lo Celso; Teo Gutiérrez y Marco Ruben. DT: Eduardo Coudet.
Arbitro: Patricio Lousteau.
Estadio: Mario Alberto Kempes.
Goles: Lucas Alario (3) e Iván Alonso, para River; Marco Ruben (2) y Musto para Rosario Central.
Expulsado: Marco Ruben (RC).
La organización ha jugado con fuego a la hora de elegir Córdoba como sede de la final, a pesar de que también se barajaron San Juan y Mar del Plata. La ciudad, segunda en importancia en Argentina, dista a 700 kilómetros de Buenos Aires y a 368 de Rosario y están conectadas por la misma carretera. Fue necesario un fuerte operativo policial y numerosos retenes para evitar choques entre los hinchas durante el viaje. Por fortuna, no se lamentaron incidentes mayores. El otro riesgo que corrió la organización al elegir dicha sede fue una completa derrota. El estadio Kempes presentó un campo de juego en pésimas condiciones, que se presentó como un impensado rival para los jugadores. No es la primera vez que ocurre: Argentina y Bolivia jugaron allí en marzo en un terreno repleto de pozos.
La responsabilidad del servicio que brinda el estadio Mario Kempes corre por cuenta de la agencia Córdoba Deportes, conducida por el exfutbolista Oscar Dertycia, que organizó un evento privado en el campo de juego apenas 2 días antes del crucial partido y que, además, brinda un pésimo servicio de internet para la prensa. "Nos avisaron 10 días antes que estaba la final de la Copa Argentina y nosotros ya estábamos trabajando con el campo de juego", dijo Dertycia a la prensa sin tomar en cuenta que el mundialista de Córdoba es uno de los 4 estadios del país que siempre son candidatos para una final con público de ambas parcialidades en campo neutral. "Se tomó la decisión de levantar el piso y hacer el piso nuevo para 2017, desde 1978 que se venía posponiendo este trabajo", afirmó el exjugador, que también confirmó que el 12 de diciembre se realizó allí mismo el evento de fin de año de la radio Cadena 3. "Asumimos la responsabilidad y sabemos que el campo ha tenido un desgaste de todo el año. Por eso pongo el pecho y doy la cara", dijo el dirigente.
El futuro es incierto para ambos equipos en materia institucional, aunque la conquista le otorga más aire a River, que podrá acceder al premio de 8.500.000 dólares que entrega la Copa Libertadores en caso de ganarla, además de los 8.651.000 pesos (576.000 dólares) que ya sumó a sus arcas por la Copa Argentina. Resta saber que pasará con los entrenadores. El de Central, Eduardo Coudet, quien dijo que dejaría la institución cualquiera sea el resultado; y el de River, Marcelo Gallardo, que con su sexto título conseguido -y el primero en tierras nacionales- ya encuentra poca motivación para seguir al mando del Millonario. Aunque los triunfos siempre son dulces, y el Muñeco parece acostumbrado a disfrutar de esas mieles.
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