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Tendinitis, fascitis y otras maldiciones del corredor

Entrevista con Manuel Villanueva, maratoniano, traumatólogo y fotógrafo aventurero

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Un hombre compite en la "Bison Race"Sergei Grits (AP)
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Fue como pisar una mina antipersonal. Iba trotando ligero por terreno blando, en una zancada normal apoyé el pie y cuando levante el talón sentí un pinchazo que me recorrió la pierna y subió por la espalda. Me paré en seco. Volví a apoyar el pie y no sentí dolor, pero justo en el instante en el que el talón dejó de tener contacto con el suelo, un dolor agudo, paralizante e insoportable me congeló. No necesitaba sentir ese dolor una vez más para percatarme que cada vez que levantara el talón, después de apoyarlo, iba a ver las estrellas literalmente o figuradamente… o de ambas formas.

Ni hielo, ni ibuprofeno, nada aliviaba el dolor que ya aparecía con el menor movimiento del tobillo. No sé porqué en ese momento me acordé de la película “Un hombre llamado caballo” donde a un esclavo de la tribu Siux, Batiste, le habían seccionado el talón de Aquiles con un cuchillo para que no pudiese huir. Lo que me parece una exageración por parte de los Siux, o del guionista, porque con graparle el talón, con la grapadora más pequeña, se hubiese quedado más quieto que una estaca de un tipi.

Cómo el dolor no menguaba, me fui a ver a un especialista en lesiones deportivas entre cuyos pacientes se encuentran muchos deportistas profesionales: el doctor Manuel Villanueva. Además de traumatólogo cirujano es corredor maratoniano. En mejores manos no podía estar. Su diagnóstico fue rápido: tendinitis del talón de Aquiles. El remedio, al principio no me gustó nada y que consistió pinchar e infiltrar el tendón, justo en el epicentro de las ondas concéntricas del dolor diabólico que me poseía. Pero en ese instante el suplicio al que estaba sometido y el miedo a que me llamasen cobardica, motor de muchas hazañas españolas, me hizo asentir y someterme al aguijonazo en silencio. A mi mente volvió el esclavo mestizo Batiste.

No fue para tanto, porque antes de utilizar la aguja, aplicó por toda la zona del talón un espray congelante que me aisló de toda sensación. Note como entraba un líquido frio en el pie y al minuto recibí la orden del Dr. Villanueva de apoyarlo en el suelo. Lo hice con recelo. Nada. Levante con cuidado y tampoco sentí ningún dolor. Salí de la consulta con prudencia y loco de alegría. Podría haber bailado si hubiese querido, pero el cerebro reptiliano todavía se acordaba de los pinchazos del talón. Así que no lo hice.

Tendinitis del talón de Aquiles

Aquiles murió por una flecha disparada por Paris a su talón. Esto es lo más probable que haya podido pasar en toda la historia de la mitología griega, sin duda alguna. El talón, con nombre de guerrero griego, es capaz de generar dolor para eso y más. Pero ¿qué es exactamente la tendinitis aquílea? Según nos explica el Dr. Villanueva es "la tendinitis insercional, no insercional, la paratendinitis, la bursitis superficial y la bursitis profunda. Algunas se producen por un mal calzado y otras necesitan algún factor añadido más para aparecer, alguno de los factores citados y la repetición de microtraumatismos o alguna enfermedad asociada, reumática o metabólica. Algunas tienen una solución fácil e inmediata y otras muy complejas. "

Que más o menos traducido quiere decir que es la inflamación del tendón que conecta los dos grandes músculos de la pantorrilla, los gemelos, con el talón, y por diversas causas. En gente joven esta inflamación se puede dar por un aumento repentino de la actividad física, por saltar mucho, por tener los músculos de la pantorrilla muy congestionados y transmitir mucho estrés al tendón, por usar un mal calzado, o por correr con exceso o por superficie muy dura. En gente con algo más de edad, aparte de lo anterior, es posible que la tendinitis tenga un origen artrítico, como la aparición en el hueso del talón de un espolón óseo, excrecencia ósea que irrita al tendón de Aquiles.

Unas gracias apresuradas y me fui como el león de Androcles, pitando. Luego en casa me asaltaron las dudas y la curiosidad sobre esta dolencia y su relación con la actividad de correr. Lo cierto es que me quedé con muchas ganas de preguntarle al Dr. Villanueva sobre la lesión y si me volvería a pasar si corría. Así que antes de escribir este artículo le llame y le hice las preguntas que se me quedaron en el tintero. Aquí se las dejo por si le son tan útiles a usted como a mí.

P. ¿Cómo se produce una tendinitis en el talón de Aquiles? ¿Es por la forma de correr? ¿Las zapatillas que se usan?
R. Las tendinopatías son una amenaza en la carrera de todo deportista, aunque no es exclusiva de estos. Muchos deportistas pueden sufrirla, en especial, los corredores, pero también los jugadores de baloncesto, los saltadores o las bailarinas; cualquier deportista puede ser su víctima.

Entre los factores predisponentes se distinguen los intrínsecos (del deportista), como la edad, ciertas alteraciones constitucionales (acortamiento de gemelos), el pie plano o el pie cavo, con mucho arco; y las extrínsecas: el uso de zapatillas inadecuadas, entrenar sobre suelo irregular, excesivamente duro o por superficies inclinadas.

Aunque las causas últimas de su aparición se desconocen, al parecer existe una correlación con el aumento de la intensidad o frecuencia de los ejercicios que implican correr o saltar.

Las lesiones del tendón de Aquiles comprenden, de forma general, la tendinitis insercional, no insercional, la paratendinitis, la bursitis superficial y la bursitis profunda. Algunas se producen por un mal calzado y otras necesitan algún factor añadido más para aparecer, como alguno de los factores citados y la repetición de microtraumatismos o alguna enfermedad asociada, reumática o metabólica. Algunas tienen una solución fácil e inmediata y otras muy complejas.

P. ¿Qué otras lesiones comunes tienen los corredores?
R. Cada corredor, cada deportista, es un mundo y es importante conocer la historia personal de lesiones o enfermedades o sus cadenas de lesiones. Atendiendo a la bibliografía científica, las principales son la fascitis plantar, que afecta al 10% de la población a lo largo de sus vidas, la tendinitis rotuliana, el síndrome de la cintilla iliotibial, la fractura por estrés de los metatarsianos, la periosistis tibial, la rotura fibrilar en los isquiotibiales o la temida condromalacia rotuliana, entre otras.
Pau Gasol dribla a un jugador de los Washington Wizards
Pau Gasol dribla a un jugador de los Washington WizardsGeoff Burke (USA Today Sports)

La fascitis plantar es la causa más frecuente de consulta por dolor del talón y representa el 10% de todas las lesiones de los corredores, pero no sólo. Varios de nuestros baloncestistas de élite, como Pau Gasol, Juan Carlos Navarro o Alex Abrines se han enfrentado a ella en los últimos años. Sólo en EEUU, supone entre uno y dos millones de visitas anuales a profesionales médicos. Además, en muchos casos se asocia a un cuadro de irritación de los nervios del talón que no siempre se orienta bien y puede desembocar en el fracaso del tratamiento.

P. ¿Hay diferencia entre correr en la calle que por la montaña en cuestión de desgaste físico o lesiones?
R. Efectivamente sí. Por ejemplo, entrenar en asfalto, es arriesgado por su dureza. Y pese a no ser el terreno ideal para entrenar, hay que estar acostumbrado a él, pues cada vez más gente corre en las ciudades o hay más carreras populares, desde 3 km hasta maratones, urbanas. En cuanto a las carreras de montaña, normalmente practicada por corredores más avanzados, llamados “trail runners”, se debe estar tremendamente alerta: piedras, zarzas, huecos, bajadas y subidas empinadas, cortes bruscos del terreno, zonas de rocas, etc…La práctica de la carrera en este medio está reservada a deportistas muy entrenados donde, como en todos los deportes técnicos, además de fuerza, elasticidad, propiocepción, se necesita mucha experiencia y técnica. Un medio que suele despertar interés es la arena, la playa. Aunque andar por ella fortalece los tobillos y los pies, correr los sobrecarga, haciendo muy fácil la aparición de lesiones. Es importante conocer el límite de cada deportista, su capacidad física y sus limitaciones para poder establecer un plan de entrenamiento ajustado a todo, incluso al terreno sobre el que se va a correr.
P. ¿Cómo se pueden evitar las lesiones? ¿Se pueden adoptar rutinas que las reduzcan?
R. La primera y quizás la más importante es conocer los propios límites. Pero toda la literatura y el nuevo karma de nuestra sociedad y de la práctica deportiva va orientado a lo contrario: no hay límites. Así, lesionarse es muy sencillo.

En cada edad o deporte hay un tipo de lesiones más prevalentes. A los 20, predominan las lesiones musculares o de los meniscos, junto con los esguinces. A los 30, en ciertos deportes, las lesiones de ligamentos. Entre los 40 y los 50, las tendinopatías crónicas. Estas sí avisan, pero suelen producirse en personas que intentan superar sus marcas y no pueden ya parar en sus planes de entrenamiento. Cuanto estos pacientes consultan su lesión ya está en una fase muy evolucionada y su recuperación es muy lenta, como en los casos de la tendinopatía del Aquiles, rotuliano…etc.

No podemos ser mejores a los 50 años que a los 30, ni mejorar indefinidamente nuestras marcas, aunque seamos deportistas tardíos, caeremos en el sobreentrenamiento y en la lesión. Ante una molestia reiterada o que no desaparece, debemos consultar con el especialista.

En cualquier caso, el deportista siempre va a competir, al menos contra sí mismo. Hacer planes de entrenamiento con mejoría progresiva, asesorados por especialistas en Educación Física, Medicina Deportiva o Traumatología; cuidar el descanso y la alimentación son algunos de los pilares fundamentales para la prevención de lesiones. La suplementación de la alimentación nos puede dar un extra de energías y alejarnos de las mismas.

La eficiencia en el deporte es otro pilar de la prevención de lesiones, un factor que no está tan interiorizado entre la población. Hacer trabajo de acondicionamiento, de compensación y mejorar la técnica de carrera, disparo, salto, natación o ciclismo va a hacer que nos cansemos menos con esfuerzos mayores, reduciendo el riesgo de lesión.

Los entrenadores personales, los especialistas en Educación Física, deben ser más importantes en los próximos años y realizar su trabajo apoyados ahora en nuevas tecnologías, como ayudarse de estudios 3D para mejorar la eficiencia del deportista en cualquier disciplina.

También es necesario elegir bien el material deportivo: las zapatillas con las que se practica cada deporte, incluso puede ser conveniente hacerse un estudio biomecánico de la pisada.

Muchas lesiones –no las lesiones agudas, como esguinces o fracturas por una caída o accidente- no aparecen repentinamente. El deportista siente una molestia pero no hace caso, no quiere abandonar sus planes de entrenamiento y continua durante semanas hasta que su lesión se convierte en crónica, lo que le obliga a parar durante muchas semanas o meses. Consultar antes, cualquier dolor persistente, aunque no sea incapacitante, evitaría que la lesión progrese o se cronifique.

Gente de toda preparación corre la maratón de Nueva York. Cortesia de NYRR
Gente de toda preparación corre la maratón de Nueva York. Cortesia de NYRRNYRR
P. ¿Qué se puede hacer si después de correr si sufren molestias en articulaciones o musculatura sin que lleguen a ser lesiones?
R. Aunque lo normal es sufrir molestias tanto en articulaciones como en la musculatura tras correr (agujetas, tirones, contracturas), lo complicado es discernir si existe o no una lesión. Hay que investigar si son molestias normales o son algo más. Las molestias musculares pueden estar causadas por el propio ejercicio excéntrico de los músculos. Es normal, pero se debe diferenciar entre el dolor residual a consecuencia del último entrenamiento o si este proviene de una lesión importante, incipiente o no. Los dolores de las articulaciones pueden ser normales a partir de los 40 años, en función del tipo de deporte. Los dolores pueden ser por sobrecarga o desgaste del cartílago articular, sin que esto suponga que el paciente tenga artrosis, pero también es la edad en la que empiezan las tendinosis o tendinopatías. Los tendones van perdiendo elasticidad con el paso de los años. Las tendinopatías pueden aparecer antes del esfuerzo o al terminar, pero al agravarse el cuadro también durante el esfuerzo, impidiendo la normal realización de este. Si tras cinco o siete días no hay mejoría, aparece inflamación o hematoma o el dolor persiste en varios entrenamientos en la misma zona, se debe consultar con un especialista.
P. ¿Se debería apuntar uno a una escuela de corredores si se suelen sufrir molestias al correr?
R. Hay medidas eficaces que pueden contribuir a la reducción de las probabilidades de sufrir lesiones. Sobre todo, debería existir una coordinación entre diferentes especialistas. Se debería acudir a un médico especializado, que evalué nuestra alimentación, articulaciones, descanso, tipo de entrenamiento, y pueda coordinar o dirigir al paciente hacia los profesionales: entrenadores, estudios dinámicos 3D, traumatólogos, médicos deportivos, podólogos, que puedan ayudarle y revertir el cuadro o buscar explicaciones al mismo. Es frecuente que muchos corredores tardíos tengan crisis de dolor de articulaciones que les haga pensar que no pueden seguir con ello. Gestionado con prudencia, con suplementos de cartílago u otras medidas, sabiendo como son los periodos de adaptación, seguramente la mayoría podrá correr normalmente al cabo de unos meses. Este trabajo multidisciplinar puede iniciarlo cualquiera de estos especialistas que lleven a corredores o a deportistas, se necesita implicación, visión y generosidad.
P. ¿Qué modalidad de running es más físicamente demandante: maratón, trail running, los ultramaratones como des Sables o las carreras de obstáculos como Spartan race?
R. Todas las modalidades de running son demandantes, como lo son todas las modalidades de todos los deportes si el aficionado se involucra física y mentalmente. Las pruebas como una Spartan Race requieren más esfuerzo físico, pues los obstáculos que pueden encontrar los participantes son más exigentes. Suelen practicarlo atletas más jóvenes, con fuerza, agilidad y resistencia, pero necesitan, también, mucha explosividad.

Las pruebas de ultrafondo son más exigentes mentalmente, pero no tan intensas. Entre estas, la dificultad puede estar en el desnivel, en la temperatura, en la distancia, en el número de días que dura la prueba o en otras condiciones particulares.

Participante de la South Africa Warrior Race, salvando un obstaculo de barro
Participante de la South Africa Warrior Race, salvando un obstaculo de barroKIM LUDBROOK (EFE)

Una maratón es una prueba de exigencia media, si se está preparado, que pueden hacer, a su ritmo, personas de más de 70 años. Como en todo, hay niveles y porcentajes. Sólo el 1% de la gente que corre completa una maratón en sus vidas, ni el 10% de estos finaliza una prueba de ultramaratón o ultratrail en sus vidas y sólo una élite se enfrenta a una Spartan Race.

P. ¿Qué lesiones o molestias sufre el Dr. Villanueva cuando corre?
R. Ahora estoy bien. Me molestan poco las rodillas, el tobillo, sitios donde tengo operaciones que me pasaban factura. Durante estos años me han molestado mucho los isquiotibiales y el nervio ciático, por la espalda y el piramidal y las rodillas. Desde hace más de un año casi no me duele nada. Tomo suplementos alimenticios, protectores de cartílago de forma regular y he modificado la forma de correr, para ir mas recto, con zancada rápida y corta, no inclinado hacia delante, evitando la tensión de isquiotibiales y el sufrimiento de la espalda.
P. ¿Cuál es su prueba favorita?
R. La maratón de Nueva York. Por el ambiente, 1.5 millones de personas tan implicados como los 50. 000 que corren (ningún evento deportivo en el mundo junta a 50.000 atletas), por la mentalidad (allí cuanto peor eres, más te animan y valoran, en España cuando llega el primero parece que el resto deberían interrumpir la carrera) y por la ciudad. He vivido allí por mis rotaciones en hospitales varios meses y he tenido experiencias personales que me han dejado mucha huella por lo que es mucho más que la carrera.
P. ¿En qué prueba le gustaría participar?
R. En algún maratón en paisajes especiales. Petra, ártico, altiplano Etíope…o cualquier carrera en la que tenga ilusión por compartir algo más con la familia o con los amigos. La ilusión es el fin, la carrera es el medio.
P. Por último ¿Qué consejo le daría a un corredor que quiere pasar de correr un par de veces durante la semana a participar en una prueba como el maratón de Nueva York?
R. Que siga un plan bajo la tutela de un especialista y que no escuche todos los cantos y presiones sobre tiempos, marcas, consejos…se va a volver loco y a obsesionar.

Que se entrene cada semana o cada mes un poquito más, disfrutando y pensando en vivirlo con los cinco sentidos. En mi primera maratón de Nueva York, en 2010, hice mi mejor tiempo, en la última en 2016 realicé mi peor tiempo, pero disfruté más que nunca en la vida corriendo. Los momentos de euforia que tuve eclipsaron a los de otras maratones. La verdadera bestia está en nuestro interior, la podemos preparar para disfrutar o sólo para sufrir y competir.

Añadiría: tomar suplementos en los meses finales antes de la prueba, dormir bastante, consultar ante cualquier molestia (no intentar negarla, pues luego puede ser tarde), tratar de mejorar la técnica de carrera con un entrenador, pues ser más eficientes conlleva un desgaste menor y un mayor rendimiento.

Manuel Villanueva: médico, fotógrafo y maratoniano

Dr. Manuel Villanueva
Dr. Manuel Villanueva

Se puede decir que el Dr. Villanueva es un deportista aventurero encerrado en el cuerpo de un traumatólogo cirujano especialista en medicina deportiva. O al revés, en realidad es reversible. El Dr. Villanueva es uno de esos personajes renacentistas, tan escasos hoy en día, que destilan arte y maestría en numerosas facetas de su vida. Cómo médico, por ejemplo, es el primer español premiado por la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos de EE. UU. (de hecho tetrapremiado) y actualmente es el director médico de Avanfi.

Pero fue el deporte su primer amor. Con 16 años ya estaba en un grupo opositor para INEF que dirigía su primo Miguel Ángel Robles Martínez. Por supuesto, técnica y físicamente era el último del equipo, pero esta vivencia enseñó a esforzarse y a amar el deporte. Desde entonces el deporte ha marcado cada paso de su vida. Ha practicado futbol, atletismo, escalada, esquí, karate o boxeo. Deporte este último donde llegó a cruzar guantes con el campeón de Europa de ligeros Manel Berdonce y casi debuta por el campeonato nacional. Pero su deporte favorito es el rugby en el que, y según sus propias palabras, “nada es tan plástico e impresionante como ver a estos superatletas dar lecciones de fuerza y deportividad, a diferencia de lo que vemos en el fútbol”. Ahora en su madurez practica ciclismo y natación, por la facilidad que ofrecen estas actividades a atletas con más edad.

Sin embargo, el montañismo y correr son las dos actividades que más pasión le transmiten. El montañismo le ha llevado a hacer senderismos por el Nepal, Kilimanjaro o Pirineos, paisajes sobrecogedores y espectaculares donde descubrió la fotografía de naturaleza y paisaje. El Dr. Villanueva también es un gran fotógrafo, para él la fotografía es "un intento vano de retener las emociones, recordarlas y también transmitirlas". Intento vano que se traduce en fotografías maravillosas.

La pasión por correr le ha llevado a completar las maratones de Boston, Berlín, Tokio, Nueva York, Londres o Chicago.

Como deportista, según el propio Dr. Villanueva, ha sido siempre más resistente que fuerte, más entusiasta que técnico, lo que ha provocado muchas de sus lesiones. Estás “medallas” deportivas en forma de cicatrices y magulladuras le permiten, como médico, comprender a sus pacientes y transmitirles cercanía, empatía, cuando le exponen sus problemas y preocupaciones.

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