David Lama es un alpinista conocido por empujar los límites unos centímetros más allá en sus ascensos y captarlo todo con su cámara de acción en modo cámara subjetiva, desde su propio punto de vista. Pero su último ascenso con los escaladores Hansjörg Auer y Alex Blümel, atacando la cresta suroccidental de Annapurna III puede que haya establecido unos nuevos límites durante mucho tiempo.
La cámara que David Lama instaló en su casco en la primavera de 2016 nos invita a seguir la mareante e impresionante ruta.
Este es el tipo de escalada más radical, las expediciones de exploración. Con dificultad añadida si consideramos que la ruta suroccidental del Annapurna III es uno de los retos no resueltos que todavía quedan en la cordillera del Himalaya. En este desafío, David Lama y su equipo no solo se han tenido que enfrentar a los volubles y furiosos cambios del clima, si no también a mares de nieve suelta y hacer uso de toda su pericia técnica de escalada sin oportunidad ni tiempo para descansar.
Al equipo le llevó tres días solo para alcanzar el punto Británico, lugar que los escaladores Nick Colten y Team Leach alcanzaron cuando intentaron esta ruta por primera vez en 1981. Y solo el primer día las condiciones atmosféricas fueron buenas, los otros dos exprimieron al máximo toda la experiencia, inventiva y resistencia del equipo de David Lama.
Annapurna III
- La cresta suroccidental del Annapurna III son 2300 metros que siguen invictos y es un reto no vencido todavía por el alpinismo. Esta ruta es la que define al Annapurna III.
- Forma parte de la cadena montañosa del Annapurna.
- Tiene una altura total de 7,555 m.
- Fue escalado por primera vez en 1961 por la expedición india del capitán Mohan Singh Kohli, la ruta discurrió por su vertiente noroccidental.
“En casi cada pendiente encontramos condiciones de escalada mixta que nos obligó a colgar nuestra equipación de hielo en los arneses y recurrir a la ayuda directa.” Declaró Lama. “Debido al frío, al viento y a las fuertes nevadas subimos con la equipación completa de invierno. En una chimenea estrecha, especialmente incómoda, avanzábamos centímetro a centímetro, y de repente mis crampones perdieron agarre y caí varios metros”.
“Pero fue en el segundo día cuando realmente nos dimos cuenta de hasta qué punto esta ruta exige al alpinista. Las condiciones para escalar eran horribles, los fuertes vientos soplaban frenéticos y la nieve no dejaba de caer. Encontrar un hueco para acampar era casi tan difícil como llegar a la cima.”
Al final la ventana que podría dar una oportunidad para hacer cumbre se cerró, y el equipo tuvo que dar media vuelta. Una retirada a tiempo hoy es una victoria mañana. Y así lo pensó el equipo austriaco que ya tiene planeado volver a intentarlo en la primavera de 2017.
El Annapurna III sigue invicto por su vertiente suroccidental.
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