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Suman y siguen Deportivo y Valencia

Buen partido y justo empate en Riazor que mantiene a gallegos y levantinos en los puestos de retaguardia de la clasificación

Martín Montoya y el deportivista Marlos Moreno pugnan por la pelota.
Martín Montoya y el deportivista Marlos Moreno pugnan por la pelota.Cabalar (EFE)

Empataron Deportivo y Valencia, que siguen más abajo en la tabla de lo que deberían por fútbol, actores de un partido entretenido y por momentos bien jugado, también con margen de mejora para ambos.

El Deportivo evidenció una vez más el motivo por el que es el equipo de la liga que necesita crear más oportunidades para marcar un gol. Con un defecto añadido: las genera de todos los colores, pero no acaba de presentárselas con meridiana claridad a su delantero, Florin Andone, que va y viene, busca y brega, pero no llega a la diana. Pero el equipo de Gaizka Garitano jugó bien y ese es un camino que, tarde o temprano, suele alfombrar la victoria. El técnico, que escuchó algunos silbidos procedentes de la grada cuando su nombre sonó por megafonía en los instantes previos al partido, tomó decisiones de calado para conformar el once y alineó al que se podría considerar el equipo del pueblo, dio vuelo a todos los futbolistas que pedía la gente, cambió al portero y entregó de nuevo los galones a Emre Çolak, que había visto el derbi de la semana pasada desde la grada de Balaídos.

Emre Çolak centró el debate durante los últimos días en A Coruña porque no se entendió su ausencia en el partido de Vigo. El técnico explicó en un principio que obedecía a una decisión técnica y días después aclaró que se debía a una cuestión disciplinaria. Parece ser que el chico se disgustó cuando en el entrenamiento previo al desplazamiento a Vigo se vio fuera del equipo. Y bajó el pistón del trabajo. Garitano le mostró una línea de la que no admite desviaciones, pero avivó la discusión sobre si ese tipo de decisiones ayudan o castigan al colectivo. El caso es que, con el balón en los pies, Emre Çolak es diferente al resto, un dinamizador en medio de la planicie que además deja siempre ese par de detalles de clase que tanto gustan en la grada. En su reaparición también llegó al gol

El Valencia mostró que está en el andamio. Tiene herramientas, pero no acaba de aplicarlas. Desde luego le sobra para no tener que alternar en los puestos al filo del descenso, pero le puede empezar a penalizar su inexperiencia para manejarse en esos lodos. Nada daña más a un equipo que verse inmerso en la pelea de aquello que no tenía como objetivo. En Riazor pareció atesorar argumentos para lastimar al Deportivo al inicio y al final. Primero porque el equipo de Garitano pasó apuros para ajustar su flanco izquierdo, donde Cancelo generaba incendios porque Marlos Moreno estaba remiso en las ayudas a Luisinho y Mosquera debía bascular en exceso para ayudar al lateral. No defendió del todo bien el Deportivo y no acabó de interpretarlo el Valencia por más que en los últimos treinta metros encontrase facilidades. Rodrigo no estuvo fino en algún remate que pudo darle ventaja a su equipo y en la última jugada antes del descanso concedieron a Emre Çolak un segundo remate de cabeza en la frontal del área pequeña. El primero, minutos antes, lo había estrellado en el cuerpo de Diego Alves. Pero el turco no perdonó dos veces.

Despeje del zaguero valencianista Ezequiel Garay.
Despeje del zaguero valencianista Ezequiel Garay.Cabalar (EFE)

El gol ayudó a que el Deportivo se fuese a la caseta con el regusto del trabajo bien hecho porque estaba por delante en el marcador, había minimizado sus errores, tuvo minutos de buen fútbol, Emre Çolak mandaba y el debutante meta Tyton había respondido con acierto cada vez que le habían exigido. Pero enfrente el técnico Prandelli apenas concedió siete minutos a la segunda parte para percibir si el Valencia giraba el partido. No esperó más, retiró a Abdennour, que operaba de lateral postizo sin recorrido, llamó a Munir y desplegó a Cancelo y Montoya por los flancos. Fue un inmediato cuchillo en la zaguera mantequilla deportivista. Marcó Rodrigo tras una jugada generada desde la izquierda de Tyton y lo que le quedó entonces al Deportivo fue el amargor de que no había tenido ni tiempo a gestionar la ventaja.

El duelo no se cerró con la nueva igualada y eso dice mucho sobre un partido en el que la derrota hubiera hecho pupa a cualquiera de los dos equipos. La victoria pasó ante Andone, Borges y Marlos Moreno tras monumental centro de Emre Çolak, que con el paso de los minutos espació sus apariciones; también pasó por los botas de Nani, que envió cerca del palo un remate desde la frontal. Hubo audacia y codicia, también una cierta agonía sobre todo en el Deportivo que llegó muy justo a los minutos finales, lo suficiente como para dar incluso por bueno el empate, que tampoco le pareció mal al Valencia.

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