Johan

Jugadores con talento bajo una disciplina de grupo. Así define Johan Cruyff el fútbol total holandés que Rinus Michels desató en Holanda con el propio Cruyff en el campo. “Si aciertas con la distancia y la posición todo encaja”, cuenta Cruyff en su autobiografía. “Cuando yo presionaba a un jugador cuya pierna buena era la derecha, le perseguía esa pierna. Con ello, se veía obligado a pasar con la pierna mala, la izquierda. Mientras, llegaba Neeskens desde el medio campo a esa pierna izquierda, y el adversario tenía que pasar la pelota a toda prisa con su pierna mala, lo que empeoraba sus problemas”. Cruyff recuerda que Neeskens, para hacer ese movimiento, dejaba libre un hombre. Por eso el defensa Wim Suurbier se había desplazado a su posición: ya eran tres contra dos. En un radio de cinco a 10 metros.

¿Fútbol total? Hacer siempre lo que ves. Nunca lo que no ves. “Pensemos en el rugby. Los jugadores tienen que lanzar la pelota hacia atrás para poder correr hacia delante. Así tienen una mejor visión de lo que sucede ante ellos. Lo mismo se puede aplicar al fútbol, aunque hay gente que no lo entiende”. Cruyff hace su planteamiento revolucionario: la gente cree que tiene que jugar el balón hacia delante, pero en realidad deberían pasárselo al de detrás. De ese modo se llega antes arriba, y se llega mejor. Hay vídeos sobre la Holanda de Mundial 1974 en Alemania que parecen de ciencia ficción. Un equipo estirándose y contrayéndose en el campo como un acordeón. Un portero entendido como una línea más en el césped. Centrocampistas y delanteros jugando de defensas. Fue la culminación de cinco años de fútbol total en la Liga holandesa que se consiguió exportar a la selección. Tras ese Mundial, que perdieron, los jugadores holandeses fueron “figuras de culto en todo el mundo”.

En el centro de todo estaba Cruyff. "No actuábamos, éramos así". Y recuerda: “Yo llegué a marcar estilo”. Se había dejado el pelo largo para Danny, su mujer, que era la que le elegía la ropa. En ese libro reconoce la grandeza de un Mundial por encima de cualquier título con clubes y dedica unas líneas bellísimas a algo que siempre le llamó la atención en su carrera: los grandes talentos parecen ser siempre las mejores personas. “No conozco a ningún deportista extremadamente bueno en cualquier deporte que haya resultado ser un arrastrado o un abusón”, dice. “Que dedique su tiempo a hablar mal de alguien, a reírse de él, a evitar ayudar a los más jóvenes”.