Abrines pasa página
El alero mallorquín de los Thunder se despide de su etapa en el Barça en el Sant Jordi
En su día le compararon con Ricky Rubio por su impacto, con Rudy Fernández por su juego y con Navarro por sus posibilidades de erigirse en el referente del Barcelona. Su carrera se aceleró desde 2010. Entonces, con 17 años, todavía jugaba en el Colegio La Salle y ni siquiera estaba federado, a pesar de que su padre, Gabriel, había sido jugador de la ACB (1989-1997). Hoy, en el Palau Sant Jordi (20.30, Movistar+), se enfrentará con la camiseta de los Oklahoma City Thunder al Barcelona. Será una ocasión única para despedirse de la que fue su afición durante cuatro años, desde 2012 hasta 2016.
Su fichaje por Oklahoma fue una muestra más de la facilidad con que la NBA ficha a los mejores y a los más prometedores jugadores europeos. Su cláusula costaba 2,2 millones de euros. No importa en exceso que los clubes de la NBA no puedan pagar poco más de medio millón de dólares en concepto de fichaje, dados los elevados contratos que son capaces de ofrecer a los jugadores. En el caso de Abrines, percibirá casi 18 millones de dólares por tres temporadas. “Por mucho que quieras y estés muy cómodo en un club, al final esto es un trabajo. Estas ocasiones hay que aprovecharlas”, justificó Abrines tras decidirse a dar un paso que pensaba posponer al menos una temporada más. Johnny Rogers, el exjugador del Madrid, del Valencia y de la selección después de obtener la doble nacionalidad, trabaja desde hace algunos como ojeador de los Thunder. Él fue uno de los responsables del fichaje de Abrines.
El jugador mallorquín que llegó al Unicaja en 2010, al Barcelona en 2012 y a la selección absoluta en 2014 fue elegido por Oklahoma City en el puesto 32 del draft de 2013. Los Thunder, derrotados en la final de la Conferencia Oeste la pasada temporada, han remodelado su proyecto. Se fue Kevin Durant y traspasaron a Serge Ibaka. Han llegado, entre otros, Oladipo, Domantas Sabonis y el propio Abrines. Pero lo más destacable es que Westbrook, sin Kevin Durant, asumirá un papel todavía más relevante en el equipo.
Abrines, en principio, parte como el tercer escolta del grupo, por detrás de Oladipo y Anthony Morrow. Podría actuar también de alero, pero su físico, por el momento, no parece muy apropiado para defender a los aleros que pululan en la NBA. Él mismo lo constata: “En la NBA los aleros son bastante más altos y fuertes que en Europa. Pienso que me adpataría mejor como escolta, hasta que no me ponga más fuerte”.
El lunes, ante el Real Madrid, pese a la derrota de su equipo en la prórroga (142-137), gustó en su estreno, especialmente en ataque. Jugó 25 minutos y anotó cuatro de los cinco triples que lanzó. “Me he encontrado bien”, afirmó tras el partido, “pero debo mejorar mucho y asimilar conceptos sobre todo defensivamente, porque se defiende bastante diferente en la NBA. Estoy contento, me han aceptado bien y solo me queda seguir trabajando para dar lo máximo de mí”.
Abrines cerró su etapa en el Barcelona con la desazón de no haber podido rendir más. “Podría haber dado más, pero las tendinitis y la fascitis que sufrí no me ayudaron”, explica el jugador de 1,98 metros que cerró su etapa con un mensaje a la afición: “Hace semanas dije que continuaría un año más en el Barcelona, pero las circunstancias y el proyecto que me ofrecen han cambiado y no podía decir que no. Me despido de un club que me lo ha dado todo, que me ha hecho crecer como jugador y madurar como persona”. Palabras de despedida que hoy estarán muy presentes en el Palau Sant Jordi.<NO1>
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