Los vértigos rumbo a la cima
Apeada temprano de Nueva York, otra vez, a Muguruza se le resiste la linealidad que exige la ascensión al número uno. Su porcentaje de triunfos esta temporada es inferior al de otras seis jugadoras del 'top-10'
El de Garbiñe Muguruza, como la propia Garbiñe, es un personaje que difícilmente puede comprenderse desde la óptica de los grises. Todo lo que acontece a su alrededor se magnifica, ya sea en la victoria o la derrota, así que ahora, después de caer en la segunda ronda del US Open contra la letona Anastasija Sevastova (7-5 y 6-4, en 1h 39m) y volver a marcharse de forma precipitada de un gran torneo, se encendió de nuevo la luz de alarma. Lógico, pues desde que está en la primera línea del escaparate la exigencia se ha multiplicado y se le mide a partir de blancos o negros, casi nunca desde enfoques neutros.
Lo sabe ella, más exigente que nadie consigo misma, e intenta procesarlo de la mejor forma posible. “Las derrotas son tristes y siempre te afectan un poco, pero esto no va a pararme”, aseguró la tres del mundo, que después de un palo invita siempre a relativizar; “claro que hubiese querido llegar más lejos, pero no voy a darle muchas vueltas, la verdad. Podía haber jugado mejor, pero ella ha estado muy bien y ha sacado muchos recursos. Es muy talentosa y no le ha temblado la mano nunca, más allá de cuatro puntos sueltos”.
Lo cierto es que la trayectoria de Muguruza en este curso tampoco ayuda a encontrar esos puntos intermedios. Ha fluido este año entre la grandiosidad de su conquista en París y los resbalones en Melbourne (tercera ronda), Londres (segunda) y este último en Nueva York, donde incluso tenía posibilidades de encaramarse al número uno mundial en función de lo que pudieran hacer Serena Williams o Angelique Kerber. Sin embargo, cayó frente a la 48 del mundo y los escépticos vuelven a ver el vaso medio vacío.
No alcanza Garbiñe la linealidad que persigue, la estabilidad necesaria para asentarse en las alturas y consolidar una figura que despierta muchísimas expectativas en el mundillo y los aficionados. Pero, intentan hacerle entender su técnico y su entorno, la élite requiere de unos tiempos muy definidos, de unos pasos que incluyen malos episodios y noches para el olvido, como la de Sevastova o previamente las de Cepelova (Wimbledon), Begu (Madrid), McHale (Indian Wells), Svitolina (Dubái) o Strycova (Melbourne), adversarias con un potencial de tenis menor al suyo y con las cedió de forma inesperada.
“Últimamente hay chicas que cuando juegan conmigo lo hacen muy bien, no dudan tanto”, asevera la de Caracas, que el próximo 8 de octubre cumplirá solo 23 años. “Es lo de siempre: cuando una jugadora de peor ranking entra a la pista piensa que lo normal es perder. No estar pensando nada más hace que jueguen mejor. Lógicamente, cuando juegan conmigo sienten eso. A mí me pasaba cuando era más joven”, argumentó tras la derrota en Nueva York, donde no ha conseguido rebasar la segunda ronda en sus cuatro participaciones.
Las derrotas siempre son tristes y siempre te afectan un poco, pero esto no va a pararme”
A pesar del disgusto en Flushing Meadows, se fía ahora a su capacidad de trabajo y a la preparación, que tanto a comienzos de año como ahora, en la escala previa a Nueva York (Montreal), fue interrumpida por unos problemas gastrointestinales recurrentes que le merman. “Ahora voy a descansar un poco, pero lo mejor es seguir jugando; prefiero seguir jugando y tener más oportunidades en vez de optar por un descanso largo, aunque hoy haya terminado así... . El haber ganado Roland Garros no significaba que iba a llegar aquí y ganar fácil; claro que hubiese querido ganar, pero no ha podido ser”, expresó Garbiñe, cuyo ratio de victorias en 2016 es inferior al de otras seis integrantes del top-10; únicamente Venus Williams (66%), Svetlana Kuznetsova (65%) y Roberta Vinci (52%) ofrecen unos registros más bajos.
Las miras se dirigen ahora a la gira asiática (Tokio, Wuhan y Pekín, y después Singapur), terreno en el que el curso pasado brilló después de un bache muy similar al de esta temporada, traducida en un máster para hollar la cima en un futuro no muy lejano.
RÉCORD EN PREMIOS: 42 MILLONES DE BOTÍN
En consonancia con la magnitud de un torneo que históricamente mueve una enorme masa de dinero, el US Open otorgará esta edición una cantidad récord en premios: 46,3 millones de dólares (42 de euros).
Es decir, casi un 10% más (3,6) que el año pasado. Una cifra que nunca había distribuido hasta ahora un evento tenístico. Tanto el ganador como la ganadora en individuales se embolsarán 3,1 millones, mientras que los subcampeones recibirán una recompensa de 1,5.
De esta manera, el evento de Nueva York deja claramente atrás a los otros tres Grand Slams del circuito. El Abierto de Australia reparte 29,4 millones en total, mientras que Roland Garros y Wimbledon fijaron sus premios en 31 y 33 respectivamente. El major británico también batió su propio récord.
RESULTADOS DE LA 2ª RONDA (1-2 DE SEPTIEMBRE)
Cuadro masculino: David Ferrer, 6-0, 4-6, 5-7, 6-1 y 6-4 a Fabio Fognini; Pablo Carreño, 3-6, 4-6, 6-1, 6-4 y 6-4 a Janko Tipsarevic; Joao Sousa, 6-2, 6-4, 1-6 y 7-5 a Feliciano López; Andy Murray, 6-4, 6-1 y 6-4 a Marcel Granollers; Juan Martín del Potro, 7-6, 6-3 y 6-2 a Steve Johnson; Stan Wawrinka, 6-1, 7-6 y 7-5 a Alessandro Giannessi; Kei Nishikori, 6-4, 4-6, 6-4 y 6-3 a Karen Khachanov; Dominic Thiem, 6-4, 6-3 y 6-2 a Ricardas Berankis; Nicolas Mahut, 6-4, 6-4 y 6-2 a Paul Henri-Mathieu.
Cuadro femenino: Carla Suárez, 6-1 y 6-4 a Jelena Jankovic; Serena Williams, doble 6-3 a Vania King; Agnieszka Radwanska, 7-6 y 6-3 a Naomi Broady; Venus Williams, 6-2 y 6-3 a Julia Goerges; Simona Halep, 6-3 y 6-4 a Lucie Safarova; Karolina Pliskova, 6-1 y 7-5 a Montserrat Gonzalez;
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