_
_
_
_
_

El Liverpool juega con el Barça

El equipo de Klopp, escudado en una presión alta y una contra vertiginosa, acentúa las debilidades del conjunto azulgrana en los laterales y en la salida del balón

Jordi Quixano
Mascherano, en el momento de hacerse el autogol.
Mascherano, en el momento de hacerse el autogol.John Sibley (REUTERS)

Demostró el Liverpool que al Barça le falta coger el color y la forma, además del ritmo de juego en el pase y sobre todo en las transiciones. Pero también explicó el equipo de Klopp que los azulgrana tienen un serio problema en la retaguardia, en unos laterales que no atienden a sus espaldas y unos centrales que se pierden cuando deben iniciar el fútbol. Un desaguisado que el Liverpool festejó en Wembley, escenario dorado para el Barcelona porque ahí conquistó su primera y cuarta Champions, allá en 1992 y 2011.

LIVERPOOL, 4 – BARCELONA, 0

Liverpool: Mignolet; Clyne, Lovren, Klavan, Milner (Moreno, m. 42); Can (Stewart, m. 46), Wijnaldum (Grujic, m. 72); Mané (Markovic, m. 72), Coutinho (Origi, m. 46), Lallana (Henderson, m. 46); y Firmino (Ings, m. 72).

Barcelona: Ter Stegen (Bravo, m. 46); Aleix Vidal (Sergi Roberto, m. 46), Mascherano (Piqué, m. 60), Mathieu, Cámara (Digne, m. 60); Denis Suárez (Samper, m. 75), Busquets (Rakitic, m. 60), Arda (Iniesta, m. 60); Messi (Mujica, m. 75), Luis Suárez (Alfaro, m. 75) y Munir.

Goles: 1-0. M. 15. Mané. 2-0. M. 47. Autogol de Mascherano. 3-0. M. 48. Origi. 4-0. M. 93. Grujic.

Árbitro: Martin Atkinson (ING).

Wembley. 89.845 espectadores.

Los tres rivales del Barça de esta pretemporada han resultado una estupenda prueba para trabajar la salida del balón y una clarificadora certeza de que es la tarea a corregir para no perder la personalidad y una propuesta que tan buenos resultados ha dado. El Celtic practicó un repliegue medio donde patinaron Mathieu y el novel Martínez; maquillaron el juego desde la raíz Marlon y Mathieu en el segundo encuentro ante un Leicester que no les atosigó; y volvieron a hacer aguas Mascherano y Mathieu frente a un Liverpool que seleccionaba con acierto los momentos de acoso alto. No había pases que descontaran rivales, presionado Busquets, generoso Denis Suárez y perdido como de costumbre un Arda Turan que no le coge el hilo al fútbol del Barça. Así, una infantil pérdida suya en la medular la convirtió Lallana en una contra vertiginosa en la que participó Firmino y que resolvió Mané con un disparo seco desde el área. Los blaugrana miraban el espectáculo desde atrás, conscientes de que el Liverpool ya está al punto porque la Premier comienza la semana que viene.

Asumido que no podía retar al rival en un intercambio de golpes, el Barça decidió amasar el esférico en campo ajeno, con las ayudas de Messi, que de nuevo bajaba hacia dentro para organizar el fútbol en la zona de tres cuartos, escoltado por un Denis Suárez que ya ha dejado claro que tiene el pie para jugar de azulgrana y para congeniar con el 10. Y con Leo de crupier todo es más sencillo porque le regaló un pase a Luis Suárez que no alcanzó por los pelos y otro a Arda, que en dos ocasiones pudo marcar pero Mignolet primero y Milner después lo evitaron. También encontró Luis Suárez a Messi con un pase de fantasía y de tiralíneas que el argentino prolongó con un chut cruzado que el poste escupió.

Agujeros en la zaga

La falta de puntería acentuó la debilidad del Barça en las dos áreas. Pero sobre todo las flaquezas que tiene en los laterales porque Aleix Vidal y Sergi Roberto son un agujero por la derecha y Cámara es un extremo reconvertido que corre bien hacia delante pero se encasquilla hacia atrás. Por lo que Mané y Clyne le buscaron las cosquillas hasta decir basta, hasta el punto de que se aguarda a Alba —con indisposición gástrica— y al novato Digne, que jugó media hora cuando el duelo estaba resuelto. Pero además del boquete en los costados, el Barça palideció en su juego desde la raíz, con un Mathieu que no atina a dar un pase de 10 metros y un Mascherano que sin Piqué asume una responsabilidad que le queda grande.

Primero fue Mathieu el que falló en una entrega sencilla y Origi montó la contra en un visto y no visto que acabó en un centro raso que intentó completar Henderson pero que Mascherano se metió en propia. Y después fue Busquets el que se enredó en uno de sus giros y de nuevo el Liverpool, en dos pases, llegó al gol con el disparo de Origi. Incluso Firmino pudo hacer otro gracias a la complacencia de Sergi Roberto, pero que acabó en nada porque cruzó el remate en exceso. Aunque Grujic, como guinda, puso el cuarto con un remate de cabeza en, claro, un contraataque.

Fue un duelo amistoso con un Wembley a reventar; un partido donde Ter Stegen le tomó la delantera a Bravo al salir de inicio; y un choque donde el Liverpool evidenció la fragilidad del Barça.

Vermaelen, cedido un año a la Roma

El Barcelona quería buscar una salida a Thomas Vermaelen porque con el fichaje de Umtiti y la decisión de Luis Enrique de dar continuidad a Mathieu, sobraban los centrales zurdos. “La operación de Vermaelen la rentabilizaríamos con una venta de 10 millones, pero sólo lo venderemos por más de 12”, defendían desde el club. Pero como no había quién pagara tanto por un jugador que hace muchos años que no juega con regularidad, la cesión ha sido la mejor de las soluciones.

El club cerró ayer la cesión por un año del jugador a la Roma, que tiene una opción de compra —no es obligatoria— y que asumirá íntegramente la ficha del jugador. Además, el Barça incluyó una cláusula en el contrato en la que recibirá una compensación económica en el caso de que el central belga no juegue un determinado número de encuentros con la Roma.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_