Roberto Martínez asume el encargo de llevar a Bélgica al siguiente nivel

Roberto Martínez se pone a los mandos de la selección belga con el objetivo de convertirla en un equipo ganador. "Tenemos individualidades, pero podemos mejorar la mentalidad", ha defendido durante su presentación esta mañana. Como si se tratara de un portal de empleo o una página para encontrar pareja, Bélgica empezó la búsqueda de nuevo seleccionador publicando en la web de la federación un anuncio para hacerse cargo del equipo. En él, detallaba las ocho cualidades que esperaba de su nuevo técnico, y emplazaba a los candidatos que dieran con el perfil a mandar un correo electrónico a Chris Van Puyvelde, director técnico de la federación.

Dos semanas después de la oferta, no han desvelado cuántas propuestas llegaron a la bandeja de entrada ni si el entrenador español Roberto Martínez pulsó el botón de enviar, pero el técnico catalán ha sido el elegido para suceder a Marc Wilmots, asumir el reto de llevar a los diablos rojos al próximo Mundial de Rusia 2018 y hacer realidad el salto de calidad que se espera desde hace años de la calificada como generación de oro del fútbol belga, con jugadores como Hazard, De Bruyne o Courtois. "Lo difícil es ganar cuando se espera que ganes", ha opinado Martínez.

Bélgica quería un entrenador con experiencia, avalado por resultados, con amplios conocimientos tácticos y capaz de comunicar. Y considera que pese a sus escasos 43 años —una edad precoz para un entrenador de élite mundial— Roberto Martínez ha demostrado todo eso en las nueve temporadas que ha vivido en el fútbol británico al frente de Swansea, Wigan y Everton, siete de ellas en la Premier League. "Es el mejor entrenador joven de Europa", dijo de él a su llegada Bill Kenwright, el presidente del Everton, su último club. "Todos me han dicho lo mismo de él en Inglaterra: trabaja duro y es un innovador", ha remarcado el director técnico de la federación belga.

El español es un declarado admirador de entrenadores como Maturana, Toshack o Cruyff por su "rebeldía táctica" y tratará de transmitir a la selección belga el gusto por la posesión que invocó como seña de identidad en su paso por las Islas: él mismo se considera con orgullo un pionero del fútbol de toque en Inglaterra. Para hacer llegar el mensaje contará bajo sus órdenes con viejos conocidos como Kevin Mirallas y Romelu Lukaku, a los que dirigió recientemente en el Everton. 

La elección de Martínez ha causado cierta sorpresa en Bélgica, donde la federación manejaba un amplio abanico de hasta 40 nombres para el puesto y aguardaban un seleccionador consagrado con un amplio palmarés de títulos. Entre ellos sonaron con fuerza el entrenador del Brujas Michel Preud’homme, que ha preferido respetar el año de contrato que le queda en el conjunto belga, y técnicos como el veterano Marcelo Lippi o el francés Laurent Blanc, que acaba de dejar el Paris Saint-Germain y está sin equipo, pero prefiere dejar a un lado por ahora la dirección de una selección. El factor económico ha pesado en la elección, tomada por unanimidad: "No somos Alemania. Somos Bélgica y tenemos un presupuesto que respetar", ha señalado la federación.

La Bélgica de hoy recuerda a la España de tiempos pasados. Una selección con talento que ocupa el segundo puesto en la clasificación mundial de la FIFA solo por detrás de Argentina pero que ha sido incapaz de pasar del infranqueable muro de los cuartos de final tanto en el último Mundial de Brasil como en la Eurocopa, donde el equipo revelación, Gales, la eliminó del torneo. Aun así, Wilmots deja la selección cuatro años después con un balance difícil de mejorar de 38 victorias en 51 partidos. Roberto Martínez empezará su camino por superar su legado el próximo 1 de septiembre con un amistoso en Bruselas frente a España.