Cuando Basso se inspira en Sacchi

Está muy ocupado estos días Ivan Basso, cuyo trabajo es hacer que todos se lleven bien en el Tinkoff, convencer a Contador y sus compañeros de que deben estar unidos, de que la desunión es la ruina y un aburrimiento, porque están obligados a convivir y más vale pensar en un objetivo común. Para hacerlo no sigue tanto lo que aprendió de los directores que le guiaron en su carrera, gente con mucha personalidad como Giancarlo Ferretti, Bjarne Riis o Roberto Amadio, sino lo que le han enseñado técnicos de otras especialidades, gestores de grupos de deportistas y de sus egos, como su admirado Arrigo Sacchi, el hombre de fútbol que inventó el Milan de los años 90.

“He hablado bastante con Sacchi y él me ha hecho ver que lo importante es siempre el grupo”, dice Basso, que compara el equipo con una orquesta: un buen director hace que los instrumentistas toquen mejor y unos buenos instrumentistas hacen mejor a su director.

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Sonríe Basso cuando habla de sus avances que cree importantes con la misma alegría con la que cuenta que el tumor testicular que le obligó a retirarse del ciclismo mediado el pasado Tour no ha vuelto a dar señales. “Dentro de nada tengo la revisión del año, pero en todos los análisis que me he hecho hasta ahora no había ningún marcador alto”, dice Basso. “Ya no se puede estar tranquilo siempre, sin embargo. El otro día, cuando estaba en Tenerife, me llevé un susto porque empezó a dolerme el otro testículo, pero luego se quedó todo en una inflamación sin importancia”.

Después de bajarse de la bicicleta Basso, de 39 años, entró a trabajar en el Tinkoff como hombre de enlace entre los ciclistas y los técnicos. “Mi trabajo es oír a ambas partes y contribuir a que todos se lleven bien”, dice. “Me siento con los corredores y les escucho y les aconsejo”. Con todos, con técnicos y corredores, el exciclista italiano ganador de dos Giros los conoce como compañero de equipo ciclista. Con Contador compartió unos meses de 2007 en el Discovery de Johan Bruyneel, antes de ser sancionado por sus relaciones con Eufemiano Fuentes descubiertas en la Operación Puerto. Después volvió a convivir con el ciclista de Pinto, y hasta hizo habitación con él, los siete primeros meses de 2015, hasta el Tour pasado. Y tanto con Kreuziger como con Sagan, con quienes compartía mánager, pasó Basso varios años en el Liquigas.

“Contador no se rinde”

“Conozco bien a Alberto”, dice. “Es un tipo muy duro y estoy seguro de que este Tour será un ciclista importante, aunque haya empezado con las caídas. Toda su vida Alberto ha tenido que superar obstáculos más difíciles que los demás. Está acostumbrado a luchar. Es su sino. No cederá”.

Como se demostró ayer en el lago de Payolle, es más fácil que caiga el arco del Tour sobre su cabeza y sus compañeros a su lado en el último kilómetro que el que Contador, herido, abandone.