Carla Suárez supera el filtro

Teoriza Xavi Budó, el técnico que tutela a Carla Suárez, presente ya la canaria en los octavos de Wimbledon después de doblegar a Marina Erakovic (doble 6-2, en 1h 6m) y citarse con Venus Williams, pentacampeona del major inglés. “En este tipo de torneos tan largos, los jugadores comienzan a adquirir las sensaciones a partir del segundo partido. Yo siempre digo que hay un torneo, que es el primero partido, y luego otro, que son el resto. Los jugadores que marcan al final las diferencias lo hacen conforme van pasando rondas, no al principio. Entonces, aquí de lo que se trata es de llegar a la segunda semana; una vez que estás ahí empiezas a demostrar si vienes con los deberes hechos o no, si tienes el nivel para hacer algo”.

Los primeros siete días de un Grand Slam son un proceso tedioso, en el que el tiempo (más lluvia en Londres, exactamente igual que en París hace no mucho), los rivales (a priori de un perfil medio-bajo; a priori) y la adaptación a la superficie de turno (hierba, en este caso) suelen despistar a muchos tenistas, sean del calibre que sean. Esos siete días son la criba. Hay mucho patinazo, eliminaciones inesperadas. Que se lo digan a Stan Wawrinka, número cinco del ranking, finiquitado (3-6, 6-3, 7-6 y 6-3, en 2h 45m) por el renacido Juan Martín del Potro. En esa franja no hay margen de error ni licencia mínima para el relax.

Pero a partir de ahí, el jugador que supera el filtro descarga lastre y su tenis comienza a carburar de verdad. “Tengo un estilo de juego y sé qué tengo que hacer en cada partido y también las cosas que no hay que tocar”, indicaba Suárez tras ganar a la croata, en disposición relajada, rodeada por un círculo de periodistas. “Al principio me costó tantearla, pero luego me sentí muy bien, muy cómoda. No era fácil, porque en la pista hacía mucho viento. Intenté hacer las cosas lo más fácil posible”, contaba la canariona, cuyo triunfo le permitió igualar su mejor registro hasta ahora en Wimbledon: la cuarta ronda.

Serena vuelve a sufrir... y Djokovic aún más

Se trata de su sexta victoria este curso sobre césped, en ocho partidos. Así que la cosa pinta bien. “Cuando alguien gana tres partidos aquí se siente bien”, refrendaba; “pero hay que estar al cien por cien, porque a la que te despistas un poco te pasan por encima”. Se le avecina ahora la veterana Venus (7-5, 4-6 y 10-8 a Daria Kasatkina), que domina el registro verde, aunque este viernes lució un vendaje en la pierna, señal de que ya acusa el desgaste. Contra la estadounidense, igualdad en los pulsos previos (3-3) y el año pasado, cuando cada una se llevó una vez el gato al agua: la española en los cuartos de Miami y su adversaria (36 años) en los dieciseisavos de Wuhan. Eso sí, el único antecedente sobre césped (Wimbledon 2009) cae de su lado.

La lluvia se alió con Nole, que tendrá que remontar dos sets (7-6 y 6-1) ante el cañonero Querrey 

Por el otro lado del cuadro, Serena Williams cumplió y se deshizo de Christina McHale, pero esta le arañó un set (6-7, 6-2 y 6-4, en 2h 30h) y le hizo padecer, otra vez, porque a la norteamericana le cuesta un mundo este año sacar adelante los partidos. También hubo emoción en la pista 2 entre dos transgresores, el iracundo Nick Kyrgios y el rastafari Dustin Brown; el australiano salió airoso de la ciclotimia (6-7, 6-1, 2-6, 6-4 y 6-4) y se citó con Feliciano López, que tras varios parones por la lluvia remontó contra Fabio Fognini (3-6, 6-7, 6-3, 6-3 y 6-3). El español terminó a la gresca con el técnico del italiano, Jose Perlas. "¡Eres lo más sucio que he visto en 20 años! ¡Lo que haces es patético", soltó el jugador durante el intercambio de palabras.

Mientras tanto, Novak Djokovic se metió en un buen lío con Sam Querrey, dos sets arriba (7-6 y 6-1). Al igual que el año pasado, frente al surafricano Kevin Anderson, tendrá que darle el serbio la vuelta al marcador en la reanudación de este sábado. Y la estampa del día la dejó Del Potro, brazos en alto en el centro de La Catedral, frente a Wawrinka. “Para el tenis es bueno que haya vuelto”, celebró el suizo. En realidad, lo celebraron todos en Wimbledon.