Las ‘sirenas’ del waterpolo le dan una fiesta a Mataró

En Mataró sonó el Bequetero, el pasodoble icónico de Les Santes, la fiesta mayor de la ciudad. Pero no había ni celebraciones nocturnas en la arena de la playa, ni el sol de julio, ni conciertos; ni tampoco cabezudos y gigantes como corresponde a la festividad. Era el 16 de abril y 16 sirenas celebraban en la piscina del Sorrall la Copa LEN, el segundo trofeo continental de waterpolo, al son de la música, acompañadas por los coros del público. “¡Mataró, Mataró!”.

El Centre Natació Mataró acababa de adjudicarse ante el Vouliagmeni griego el segundo título de su historia, seis días después de haber conseguido el primero, la Copa de la Reina, frente al todopoderoso CN Sabadell, seis años invicto en competiciones nacionales. “Lo que hemos hecho tiene mucho valor”, valora Ona Meseguer, una de las internacionales del equipo. La LEN empezó a ganarse antes del partido. El club convocó a las chicas en sus instalaciones y les preparó una pequeña sorpresa: un vídeo donde distintas secciones de la entidad, equipos de la ciudad, familiares e incluso el alcalde las animaban. “¡Ganaremos!”, decían sucesivamente, uno tras otro, a través del proyector. El mensaje caló. “Salí de allí con ganas de llorar. Fue súper emotivo”, reconoce Mireia Nedderman, la portera suplente de la estadounidense Keeve.

La idea obtuvo el efecto esperado, y la LEN se quedó en Mataró tras dos goles finales de Clara Cambray que ya son parte de la historia del club. La joven lateral, de 19 años, es una de las siete jugadoras de la plantilla nacidas en Mataró. La gran mayoría ha crecido en la entidad y la goleadora sabe perfectamente lo que los dos títulos conseguidos significan: “La ciudad se ha volcado con nosotras. Ahora hay más niñas que quieren jugar a waterpolo”.

El equipo de Mataró rompió el monopolio del Sabadell y logró su primer título europeo en una semana

El nivel del equipo mejoró con la entrada en 2013 de la empresa de congelados La Sirena. Desde entonces, las nadadoras también son sirenas. “Su aportación económica ha permitido traer refuerzos clave”, explica Joan Masriera, el director técnico del club, que no quiere dar números. Masriera se refiere a los fichajes de Meseguer y Laura López; y al regreso de Roser Tarragó, campeonas del mundo, durante las últimas tres temporadas; y a Keeve y la boya griega Alkistis Benekou, llegadas este curso específicamente para codearse con el Sabadell. “Si no las ganas, no ganas ningún título. Ni soñaba en la victoria de la Copa”, razona Masriera.

Las chicas son conscientes de que el club tiene ciertas limitaciones. “Somos humildes y austeros. Tenemos solo 6.000 socios”, justifica el director deportivo. Los salarios se mueven entre los 100 y los 800 euros al mes, y a las extranjeras les pagan el piso. “Algunas familias quieren que cuiden a sus hijos para hablarles en inglés”, explica Nedderman, estudiante de Lingüística y jugadora de fútbol en su tiempo libre. Marta Bach estudia Farmacia y Meseguer y López acabaron sus estudios.

A pesar de los éxitos, Tarragó volverá a estudiar a Estados Unidos y a la portera también le pasa por la cabeza volver a casa.“Los títulos son suficientemente potentes para que los pensamientos cambien”, argumenta esperanzado Masriera.

El Mataró aspira a alargar su fiesta mayor particular en la Liga, competición que domina desde hace años el CN Sabadell, que ayer también conquistó su cuarta Copa de Europa. “Será muy difícil batirlas, pero en la Copa ya demostramos que no es imposible”, expresa Meseguer. La extremo reconoce que los títulos han animado a un equipo que tendía a ahogarse en la orilla: “Parecíamos el eterno segundo”. Ya no lo son. Les Santes aguardan los aires de julio, pero Mataró sigue de fiesta.