El Barça da rienda suelta en Rusia
El equipo azulgrana luce toda su agresividad ofensiva con Perperoglou, Navarro y Satoransky al frente e iguala a uno la eliminatoria de cuartos de final
El Barcelona volvió a ser el Barcelona. 48 horas después de haber dejado una gris impresión en Krasnodar, corrigió y sacó a relucir su talento, individual y colectivo, y sobre todo el empeño y la agresividad de los que careció en su primer envite con el Lokomotiv ruso. Perperoglou patentó la receta de Xavi Pascual. El alero griego marcó la diferencia desde el primer minuto. Corrió como un galgo cada vez se olió una transición rápida, fue vertical hacia el aro y, ya en estado de gracia, lanzó y pasó con una precisión casi absoluta.
LOKOMOTIV KUBAN, 66; BARCELONA, 92
Lokomotiv Kuban: Delaney (19), Bykov (12), Broekhoff (2), Claver (2), Randolph (17) —cinco inicial— Singleton (3), Draper (5), Janning (4), Zubkov (2).
Barcelona Lassa: Satoransky (13), Navarro (18), Perperoglou (13), Doellman (12), Tomic (12) —cinco inicial— Ribas (6), Abrines (8), Vezenkov (-), Samuels (4), Oleson (4), Carlos Arroyo (2).
Parciales: 19-24, 12-24, 18-23 y 17-21.
Árbitros: Rocha (Portugal), Paternico (Italia) y Latiseus (Letonia).
Basket Hall de Krasnodar. 7.457 espectadores. Segundo partido del ‘playoff’ de cuartos de final. La serie, al mejor de cinco, está igualada a uno. El tercer partido se juega el martes en el Palau Blaugrana (20.45).
Sus compañeros no se quedaron atrás y el Barcelona obtuvo el triunfo que precisaba para ganarse el derecho a decidir la eliminatoria en el Palau Blaugrana. Si gana los dos próximos partidos en su guarida, el equipo de Xavi Pascual canjeará otro fastidioso viaje a Rusia por el ansiado a Berlín, sede de la final four del 13 al 15 de mayo.
En 26 minutos, el Barcelona ya había superado los 61 puntos en que se quedó en el primer partido. En esos 26 minutos, en plena efervescencia, con un triple, ahora de Doellman, luego de Navarro, más tarde de Abrines, había puesto ya contra las cuerdas a un Lokomotiv totalmente derretido. La determinación de los ataques del Barcelona desde el primer balón que se puso en juego desmanteló la eficaz defensa de la escuadra que dirige el griego Georgios Bartzokas. En su cancha ha recibido un promedio de 63 puntos y al Barcelona lo dejó el miércoles en esos míseros 61. Pero En lugar de divagar, de quedarse expectante, el Barcelona se fue directo a por su rival en esta segunda entrega.
Dorsey, lesionado en el primer encuentro, no pudo jugar. Volvió Tomic al quinteto titular, como Perperoglou, que ocupó de entrada la plaza que el otro día había sido para Abrines. Jugó afilado, rápido, decidido el Barcelona. No permitió que el equipo ruso se pertrechara atrás. Y empezó a marcar el paso. El Loko pareció tener respuesta. Delaney, su talentoso base estadounidense, remontó el 10-18 casi él solito. Con 10 puntos seguidos puso el 19-18 en el marcador, con el agravante para los azulgrana de que Tomic ya había cometido dos faltas personales.
En ese momento, fueron Abrines y Pau Ribas, contundentes, a base de triples, los que volvieron a darle aire a su equipo. El Barcelona logró un parcial de 0-15 (19-33). A partir de ahí ya no importaron los nombres. Perperoglou, Satoransky, Tomic... todo fluía en el engranaje del equipo azulgrana. En cambio, el Lokomotiv no encontraba anclaje para Randolph en el interior de la zona, ni aparecía Claver por ningún lado, ni entraban en materia Broekhoff, Draper o Singleton.
Solo le faltó al Loko que Navarro encontrara sus mejores sensaciones y empezara a soltar el brazo. El Barcelona llegó a dominar por 30 puntos (38-68). Quedaba tanto para el final que ya era previsible que bajara un poco el pistón. Bykov y Delaney aprovecharon el relajamiento y la brecha se estrechó hasta extremos alarmantes para el Barcelona (61-74). Volvió a surgir Navarro, una pesadilla para la defensa del Loko. Arrolló el Barcelona en Rusia y dejó la sensación de ser muy superior al Loko. Sin embargo, el equipo ruso, ya demostró, aunque fuera hace ya tiempo, en la primera liguilla, que es capaz también de ser muy competitivo en el Palau.
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