Koke desmonta al Espanyol
Tapadas las alas, el medio del Atlético se inventa dos asistencias interiores y marca un tanto para voltear el encuentro y aferrarse a la Liga
El Atlético no se anda con chiquitas ni reservas. Entendió Simeone que las piernas de sus jugadores dan para todo y sólo hizo un cambio con respecto al equipo que figuró ante el Barcelona, en este impasse europeo. Y le salió bien la jugada por más que el Espanyol pretendiera ser un sosias del Atlético, un equipo que niega al rival antes que subrayarse a sí mismo. Le alcanzó con la puntería de Torres y con la magia de Koke.
Se tenía estudiado Galca al Cholo porque varió su planteamiento, que no su sistema, con la idea de cortar las alas a los laterales rivales. Así, cuando su equipo sacaba el balón desde atrás, Javi López actuaba de extremo, Asensio tiraba hacia dentro y Álvaro se desplazaba al lateral para que en el eje de la zaga se colocara Diop. Con este efecto dominó, se aseguraba el Espanyol que Filipe estuviera más pendiente de su parcela que de las carreras en campo ajeno. Era, en cualquier caso, una apuesta arriesgada porque emparejaba a Carrasco con Álvaro y fueron varios los sustos del habilidoso extremo rojiblanco. En una de esas, recibió en el vértice, lanzó un quiebro hacia dentro y soltó un zapatazo con rosca que descartó Pau con las uñas. Pero el Atlético de Simeone tiene recursos, porque sino se despliega por la banda también encuentra los pasillos interiores, y también a un Torres que está de dulce. Así lo expresó en ese saque de banda de Filipe en el que se hizo un autopase sin tocar el balón —al tiempo que rompió la cadera de Roco— y que completó con un disparo que el poste le negó.
Antes de eso, poco se sabía de un Atlético que prefería ponerle cloroformo al duelo para agitarlo en el momento oportuno. No tenía prisa sino que cedía metros y campo a un Espanyol que nunca se sintió cómodo con el protagonismo. Pero le valió con un ataque para reivindicarse; Abraham, desde la izquierda, conectó con Víctor Sánchez y este filtró el esférico al desmarque de Moreno, que engatilló un tanto escorado pero no tanto porque exigió la mejor de las respuestas de Oblak.
Diop y Torres, en racha
No pudo hacer nada, sin embargo, el portero del Atlético en ese saque de esquina que encontró a Diop en el primer palo. El medio se sacudió el acoso de Juanfran, se cobró el sitio y remató con giro de cuello incluido para enviar la pelota al poste y a la red. Era el tercer tanto consecutivo de Diop en la Liga porque ya se la jugó al Athletic y al Málaga, todos los festejos tras un córner y su consecuente cabezazo.
Acorralado por la necesidad más que por el contrario, el Atlético decidió estirar las líneas y presionar más arriba para recuperar la pelota antes y en posiciones adelantadas. En una de esas, recibió Koke, leyó el movimiento de Torres y le puso el balón a la carrera y al pecho. Zancadas del 9 en diagonal y balón cruzado a gol. La misma pareja que desfiguró de inicio al Barcelona en la Champions se reencontró en el estadio periquito. Y, abierta la rampa por el centro, Koke se remarcó de nuevo para adornar una jugada colectiva sensacional. Fue Augusto el que saltó la línea de presión para conectar con Torres, que de espaldas a la portería se la dio a Koke. Este, habilidoso, se libró de dos defensas con una croqueta y se la puso a la ruptura de Griezmann, que la cruzó ante Pau para voltear el encuentro.
Replicó el Espanyol, que ya se había topado con el larguero en un remate de Duarte, mediante un chut envenenado de Asensio que despejó a tiempo Oblak. Pero Galca sacó a sus laterales del césped y el Atlético recuperó su esqueleto ofensivo, con carrileros profundos. Así, Juanfran la puso y tras un rechazo y Koke a punto estuvo de superar a Pau. Pero después, el 6 cazó un centro de Torres para cantar bingo, finiquitar el partido y aferrarse con las dos manos a la Liga.
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