La Fiscalía abre diligencias por la humillación de los hinchas del PSV
Los hechos pueden ser constitutivos de delito por trato degradante y por atentar contra derechos fundamentales según recoge el artículo 510.2 del Código Penal
La Fiscalía Provincial de Madrid ha decidido abrir diligencias de investigación por los sucesos de la Plaza Mayor de Madrid en los que varios hinchas del PSV humillaron a tres mendigas. Los hechos, según reza el comunicado de la Fiscalía, pueden ser constitutivos de delito por trato degradante y por atentar contra derechos fundamentales según recoge el artículo 510.2 del Código Penal.
El Movimiento contra la Intolerancia emitió ayer un comunicado en el que pedía que interviniera la fiscalía para detener a los autores de la humillación. En su opinión, lo ocurrido puede ser constitutivo de delito tras la reforma del artículo 510 del Código Penal establecido, entre otras conductas, para quienes lesionen la dignidad de las personas mediante acciones que entrañen humillación, menosprecio o descrédito de personas o grupos referidos a su condición étnica u origen nacional. “Esto es lo que debe investigar la fiscalía con las grabaciones y testimonios disponibles y en colaboración con la Embajada de Holanda proceder a una posible y necesaria acusación”, destacaba el comunicado.
El incidente se produjo a mediodía del martes, mientras los seguidores del PSV Eindhoven esperaban a que su equipo se enfrentase al Atlético de Madrid en el Vicente Calderón. Unas mendigas se acercaron a un grupo de seguidores que estaban en uno de los veladores de la Plaza Mayor tomando cervezas. Les pidieron alguna moneda, como hacen habitualmente con otros turistas y visitantes de la ciudad. Los seguidores, en lugar de dárselas en la mano como se hace siempre, empezaron a lanzárselas al suelo, ante la mirada sorprendida de las personas que estaban por la zona.
Conforme las jóvenes se agachaban para recoger las monedas, los cánticos y los abucheos de los hinchas iban en aumento. Las mendigas continuaron así un rato, ante la algarabía de los visitantes, con lo que se acercó más gente a ver lo que ocurría. Eso motivó que continuaran tirando las monedas. No pararon de gritar “olés” a cada momento, entre grandes risas y gritos. Incluso llegaron a entonar cánticos xenófobos como "no crucéis la frontera".
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