El tridente del Barcelona castiga al Arsenal
Neymar, Messi y Luis Suárez, con el gol más espectacular, certifican la clasificación
Aunque por la lluvia Barcelona parecía Londres y el Arsenal jugaba en el Camp Nou como el Barça en el Emirates, el partido en el estadio azulgrana apenas tuvo misterio, resuelto una jornada más por los tres delanteros barcelonistas, especialmente por Luis Suárez. Los cañoneros ingleses nunca ganaron en el Camp Nou ni eliminaron a los azulgrana de la Champions. El suyo es un vía crucis futbolístico desde que perdieron la final de París en 2006. A Wenger de nada le han servido 20 años de experiencia ni 200 partidos en la Copa de Europa. Nunca pudo con el Barcelona y menos ahora que reinan Messi, Neymar y Luis Suárez.
El partido comenzó en los pies de Iniesta. No había más novedad en el Barça que la presencia de Mathieu en el puesto del sancionado Piqué. La Champions y el adversario merecían el mayor de los respetos, incluso en el Camp Nou, por más que los resultados penalizaran al Arsenal y los azulgrana hubieran ganado en Londres por 0-2. Hay partidos que se ganan desde la alineación, y los barcelonistas han dado con un equipo titular que domina la mayoría de registros futbolísticos, desde la elaboración al contraataque, siempre pendientes del tridente y especialmente de los movimientos de Messi.
El 10 pinchó la pelota nada más comparecer y su remate fue repelido de forma espectacular en el mano a mano por Ospina. Tomó nota el Arsenal. Muy remendados, rebajados desde la formación por las lesiones, los gunners dieron un paso atrás, espantados por la irrupción de Messi, y dejaron de apretar ante Ter Stegen. Habían salido a la cancha de manera aseada y valiente, dispuestos a marcar un gol para cambiar el curso de la eliminatoria, convencidos de poder redimir por fin a Wenger. La aparición de Messi les disuadió de atacar al Barça. El balón pasó a campo inglés y propició la irrupción de Busquets.
Nadie recupera el cuero como el medio centro del Barça ni le da más profundidad al equipo que Luis Suárez. El charrúa lanzó a Neymar y la carrera del brasileño acabó con un tiro imposible para Ospina: 1-0. Abatido el portero, las malas noticias se sucedieron en cascada para el Arsenal. El árbitro no vio un penalti de Mascherano a Iwobi y se lesionó Flamini. Nadie prestó atención a la pataleta de Gabriel. El Arsenal es un equipo tierno y delicado, sin contundencia, aparentemente presa fácil para el Barça. Tan sencillo se puso el encuentro que los azulgrana se desentendieron del fútbol y preguntaron por Múnich.
El pie de Mascherano
Terreno abonado para el Arsenal, protagonista de jornadas memorables en los campos más pomposos y al mismo tiempo incapaz de ganar un torneo mayor, aunque mantiene sus opciones en una Liga liderada por el Leicester después de la interinidad que viven el Manchester United, huérfano de Ferguson; el Chelsea, sin Mourinho; y el Manchester City, a la espera de Guardiola. Nunca hay que menospreciar a los gunners, a un partido como se vio en el Camp Nou después de que Elneny rematara un balón rebanado por Alexis. Y si no llegó el 1-2 fue porque Mascherano bloqueó el tiro de Welbeck con la misma determinación que en su día le rebanó el cuero a Bendtner.
No entraba en el partido el Barcelona. Merodeaba el Arsenal por el área de Ter Stegen ante la impaciencia de la hinchada del Camp Nou. No había un solo centrocampista que ligara una jugada, tampoco comparecían los delanteros y la defensa era exigida de forma reiterada por el revoltoso Alexis. El partido se resumió en un duelo de la delantera del Arsenal contra Mascherano. Al Jefecito, rey del tackle, le encanta achicar y corregir hasta reventar, desvencijado sobre la hierba, aplaudido por los aficionados y felicitado por Luis Enrique. La heroicidad de Mascherano duró hasta que la pelota llegó a Suárez.
El Barça profundizó por el costado derecho y el centro de Alves lo remató de volea el 9. Un tiro estupendo, por acrobático y difícil, propio de un ariete que le pega bien a la pelota, de chilena o frontalmente, siempre a punto, dispuesto a redimir al colectivo presidido por Ter Stegen. El portero deja en cada partido una parada para el recuerdo, anoche también: una doble mano después de una falta botada por Alexis. La intervención del meta alemán y la tarjeta de rigor con la que carga a diario Arda Turan dieron paso a un final de partido muy insípido, sin más novedad que el gol de Messi y el orgullo competitivo del Arsenal.
Los ingleses salieron contentos del Camp Nou. No se sintieron inferiores en el juego al Barça y si claudicaron fue por el dichoso tridente: marcó Neymar, más tarde Luis Suárez y al final Messi, después de una doble recuperación amenizada por el 11. Un gol por barba que supone el partido número 38 del Barça sin perder y rubrica su clasificación por novena vez consecutiva para los cuartos de final de la Champions. El fútbol sonríe al Barça y castiga al Arsenal desde París 2006.
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