Bale, contra la monotonía

La Liga se terminó hace un par de semanas para el Madrid. La Copa, en diciembre tras la alineación indebida de Cheryshev ante el Cádiz, antes casi de que comenzara el torneo. El equipo sufre, algunos jugadores reciben pitos y, salvo noches puntuales —la del Olímpico de Roma en Champions—, transmite una imagen tristona y a ratos vulgar. Así las cosas, noticias como la del regreso de Gareth Bale interrumpen la monotonía en la que parece estar instalado el equipo de Zinedine Zidane. El extremo galés vuelve hoy al equipo después de seis semanas de ausencia por una rotura muscular en el gemelo. “Gareth está en la convocatoria. Es una alegría para todos”, celebró ayer en Valdebebas el técnico francés.

Para Zizou, por cierto, todo es alegría. En él nada ha cambiado desde que llegó al banquillo del Madrid, hace ya dos meses. Sigue luciendo la misma sonrisa y el mismo discurso cautivador. El técnico celebra que cuatro de sus jugadores terminaran el último partido (contra el Levante) con calambres. Lejos de ser un síntoma de la condición física de la plantilla, para el técnico es una señal de entrega, esfuerzo, compromiso y sacrificio. Para Zizou, un empate en el campo del Betis es algo positivo porque el equipo podría haber perdido perfectamente. Para Zizou, aunque la Liga esté acabada (con su equipo tercero en la clasificación, a 12 puntos del Barça), lo importante y prioritario es el partido de hoy contra el Celta (16.00, Canal+ Liga), no la vuelta de octavos de Champions, el martes contra la Roma.

Su optimismo y buena cara son enternecedoras, básicamente porque cree de verdad en lo que dice. Eso parece, al menos. “Lo gestiono bien, mantengo la sonrisa. Cuando pierdes no es agradable, pero eso no me va a desviar de mi objetivo: mi objetivo es el trabajo y eso requiere tiempo. Soy consciente de que una derrota y dos empates en el Real Madrid equivalen a una catástrofe, no es nada nuevo para mí, ya lo viví como jugador”, contestó ayer cuando un periodista francés le preguntó si se esperaba pasar de salvador del club a vivir momentos de tensión en tan poco tiempo.

“Los jugadores están mejor”

Dice Zidane que sí, que un poco sí que envejece el banquillo del Madrid, pero que a él no le pesa. “Como estoy muy contento por mi trabajo, el estrés es menor. Además, antes de firmar por el Madrid ya sabes lo que te espera. Lo importante es lo que tienes dentro y estar convencido de lo que estamos haciendo”, prosiguió. Y él está convencido de que el equipo está bien, que debe mejorar cuando no tiene el balón y que cuenta con las mismas posibilidades de ganar la Champions que todos los demás. “Yo veo al equipo bien y los jugadores me dicen que están mejor físicamente y que ha cambiado algo. Eso no significa que antes estuvieran mal, sino que con el trabajo que nosotros hicimos estamos bien y los jugadores lo notan, eso me dicen”. A Kroos tuvieron que ayudarle a levantarse del césped el miércoles tras la victoria contra el Levante; Borja Mayoral y Casemiro fueron sustituidos por calambres, y Lucas Vázquez terminó tieso y sin posibilidad de irse a la ducha porque Zidane había agotado los cambios.

Donde los demás ven cansancio y falta de gasolina, Zidane ve entrega. La que pidió a sus jugadores y la que pidió también a la afición. Lo hizo antes de que terminara la rueda de prensa. “Ya que nadie me ha preguntado por eso [en realidad sí le preguntaron al técnico qué tiene que cambiar el equipo para que la afición vuelva a engancharse y contestó que “nada” porque él ve al grupo bien] aprovecho para decir que queremos que la afición se vuelque con nosotros, queremos el cariño de la afición y lo vamos a dar todo”, reclamó.

Contra el Celta hoy, la afición seguirá examinando a Isco y James —pitados contra el Atlético la semana pasada—, evaluará un centro del campo sin Modric ni Kroos (y con Casemiro y Kovacic) y dará la bienvenida a Bale que no pisa el Bernabéu desde el 17 de enero.