Zidane: “¡Modric tiene que tirar más!”

El prólogo de los partidos es el calentamiento. Rafa Benítez calentaba formando un solo grupo con todos los titulares. Zinedine Zidane separa a los defensas con Kroos por un lado, a pasarse el balón; y a los atacantes con Modric por el otro, a ejercitar remates a puerta. Quizás no fue casual que Luka Modric metiera el gol decisivo con un disparo desde fuera del área en el minuto 84. Un gol que mantuvo al Madrid aferrado a ese hilo de esperanza que le une a la Liga al cabo de un partido que casi nunca pudo controlar.

“Modric ha metido un golazo”, dijo Zidane, mostrando los dientes a través de su sonrisa. “Nos ha dado la vida. Los tres puntos”.

A sus 31 años, Modric resolvió el partido con un golazo. Su octavo gol como madridista, y su octavo gol logrado con un disparo desde fuera del área. Demasiado poco, según el criterio de su técnico, para un futbolista cuyas cualidades deberían permitirle más.

Zidane explicó que quiere que Modric se descuelgue con más frecuencia. Pretende que el croata abandone las posiciones del mediocentro que ha frecuentado en los últimos años, como escolta de Kroos o Alonso, para asomarse a la mediapunta, asociarse a los atacantes y acabar las jugadas. “Tiene que tirar más”, observó el entrenador. “¡Tiene que tirar más!”, repitió. “Yo quiero que llegue más. Él sabe jugar en distintas posiciones. Él puede ser un buen diez y le pega muy bien al balón. Porque en general, tenemos que hacer más goles. Hoy hemos tenido muchas ocasiones y si quieres estar más tranquilo a este nivel la tienes que meter. Tenemos que mejorar en este aspecto y en todos los demás”.

Envuelto en un abrigo de lana, Zidane abandonó el campo con aire fatigado. Prácticamente no se sentó en el banquillo, atento a los acontecimientos que ofreció un partido vibrante de principio a fin. El peor que ofrece el Madrid desde el despido de Benítez.

“Hay que pensar que también hay un equipo contrario”, dijo Zidane, tan obvio y tan nítido como de costumbre. “Cuando salimos fuera del Bernabéu jugamos contra un rival y un público. Y es más difícil. Pero hoy me quedo con la victoria, con los tres puntos que eran muy importantes para nosotros. Ya está”.

“Nos costó porque el de Granada es un campo difícil”, insistió, en respuesta a las preguntas que cuestionaban el contraste del equipo entre sus exhibiciones en Chamartín y sus depresiones fuera, tras las salidas a Heliópolis y Los Cármenes. “El Granada tiene buenos jugadores y te mete en dificultades. Ya está. Me quedo con la actitud de mis jugadores. En el fútbol no puedes ganar todos los partidos fácil. Eso no se puede pretender. No existe. Sabemos que todos los partidos van a ser difíciles. La próxima salida es contra el Roma y estamos preparados”.

Una tormenta en la noche del sábado devolvió el invierno a Granada y en la mañana del domingo un viento frío disipó las nubes descubriendo el Veleta cubierto de nieve. La ciudad pareció despoblarse con el vendaval. El autobús del Granada dobló la esquina por Manuel Maldonado como si transportara una excursión de turistas japoneses. “¡Vamos campeón, vamos mi Granada…!”, cantaba una decena de entusiastas al recibir a la expedición. Nada hacía pensar que este adrenalínico Madrid de Zidane perdería su ímpetu arrebatador en esta plaza somnolienta. Hasta el minuto 84 la suerte de la Liga madridista pareció definitivamente echada. Entonces apareció Modric.