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El Celta se reinventa para seguir arriba

El equipo vigués intenta rearmarse mientras hay dudas sobre la continuidad del técnico y de su mejor futbolista

Claudio Beauvue, el lunes en su presentación.
Claudio Beauvue, el lunes en su presentación. Salvador Sas (EFE)

Son tiempos de definición para el Celta, que trata de rearmarse sobre la marcha tras tropezar víctima de las estrecheces de una entidad reticente a volver a gastar por encima de sus posibilidades. Por el camino que le ha llevado en tres meses de ser el equipo con más fulgor del fútbol europeo al actual, se ha lesionado Nolito y se marchó Augusto Fernández, el capitán y metrónomo del equipo, que regresa a Balaídos por segunda vez de rojiblanco colchonero. Ya había vuelto, hace diez días, antes de la llegada de su sustituto, pero en ese tiempo el Celta ha conseguido cerrar la incorporación de Marcelo Díaz, a priori una solución de rango, un titular de la selección chilena campeona de América y héroe en la salvación la pasada campaña del Hamburgo, por más que allí le faltasen minutos.

Con todo, Díaz está lesionado y no podrá ayudar hasta, como poco, dentro de tres semanas. El club trabaja para obtener la documentación precisa y que sí pueda hacerlo contra el Atlético en la cita copera de esta noche (20.30, La 1) el extremo galo de origen antillano Claude Beauvue, que llega del Olympique del Lyon en un movimiento en el que se podría apuntar una manera de blindarse ante una posible marcha de Nolito. “Su llegada no está enganchada a una salida”, aclara Toro Berizzo, el entrenador. Justamente ellos dos, el delantero internacional y el técnico, acaparan los rumores que asolan a un Celta al que le ha caído un sello de provisionalidad.

Por Nolito, que está a punto de dejar atrás una lesión muscular pero que no aún disponible, el club celeste no escuchará oferta alguna. Se remite a una cláusula de rescisión que está en los 18 millones de euros (la de Beauvue asciende a 40) porque el acuerdo anunciado en su día para renovarle y aumentarla no se ha logrado sustanciar.

Berizzo acaba contrato en junio y está en el mercado justo cuando Jorge Sampaoli y la selección chilena han decidido separar sus caminos. Conoce aquellos pagos porque trabajó con Marcelo Bielsa en el proceso que ha convertido a Chile en una potencia mundial. Si fuera por dinero no habría mayor problema: la minuta que pasaba Sampaoli en el país andino triplica la que percibe Berizzo en Vigo.

Esa sensación de provisionalidad, que incluso se palpa en el interior y los alrededores del estadio de Balaídos, sumidos en unas interminables obras, no ayuda al Celta, en plena recomposición futbolística ante una cita que su entrenador califica de histórica en cuartos de final de la Copa del Rey, contra un rival que regresa a un escenario donde triunfó sin ambages en el reciente partido de Liga. Aquel día el Atlético maduró el partido, le dio la pelota al Celta y acabó por minimizarlo como pocos lo han hecho.

Pero si algo es innegociable para Berizzo es el estilo. “Ni trastocaremos ni negociaremos nuestra forma de jugar”, anticipa. Aun así hay un mandamiento en la Copa que en el Celta asumen como dogma, el de no encajar gol. Y arriba saldrá con dinamita: Aspas y Guidetti pueden volver a coincidir en una solución en la que el entrenador no parecía creer más que como recurso, pero que el sábado pasado le reportó tres goles contra el Levante en la primera hora de juego.

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