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Alessandro Florenzi, el futbolista moderno con valores de antaño

El centrocampista de la Roma, uno de los mayores talentos del fútbol italiano con el que Luis Enrique no contó, tuvo que ganarse la confianza de todos por su físico demasiado pequeño

Eleonora Giovio
Alessandro Florenzi en el partido de este sábado contra el Bologna.
Alessandro Florenzi en el partido de este sábado contra el Bologna.GIUSEPPE CACACE (AFP)

Alessandro Florenzi es aquel muchacho que un día de septiembre de 2014 se saltó todas las barreras del Olímpico de Roma y subió a las gradas a abrazar a su abuela Aurora. Le había prometido que le dedicaría un gol y la imagen de ese abrazo dio la vuelta al mundo. Florenzi es aquel muchacho que el pasado mes de septiembre marcó un golazo desde 40 metros contra el Barcelona y, al final del partido, cuando lo volvió a ver en la zona mixta, exclamó: “Mamma mia, ma cosa ho fatto” [madre mía, qué he hecho].

Florenzi tiene 24 años y conoció a su mujer en las gradas del Olímpico. En ese estadio y con los colores de la Roma quiso jugar desde pequeño. Nacido en Vitinia, zona sur de Roma, y creció en una familia muy futbolera. Sus padres gestionan el bar del centro deportivo Atletico Acilia y ahí empezó Alessandro a dar sus primeras patadas a un balón. “Puede decirse que nací en un campo de fútbol, nunca me separé del balón… Me gustaba invitar a todos mis amigos a echar partidillos, a veces nos jugábamos regaliz: si perdía, corrían a cargo del bar de papá y mamá”, ha contado en una entrevista.

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Dice que, de no haber sido futbolista, habría abierto un bar o un restaurante. “Cuando la liaba, mi madre por castigo me quitaba la Play, nunca consiguió quitarme la pelota”, contaba divertido. El padre, conocido como Il Baffo [el bigotes] es el que se encarga de mantenerle con los pies en el suelo. “Como empiece a subírsele a la cabeza, se la corto enseguida”, dijo después del golazo que su hijo le marcó al Barcelona.

Del Acilia se fue al Lodigiani y con 11 años ingresó en las categorías inferiores de la Roma. Fue como cumplir un sueño, pero Florenzi era pequeñito, muy flaco. Poca cosa, opinaban todos. Bruno Conti,  que de fútbol sabe algo y es el responsable de la cantera de la Roma, fue el único que siempre creyó en él y le defendió contra viento y marea.

Centrocampista, pero no solo, Florenzi (1,73 metros por 67 kilos) ha cubierto todas las zonas de la medular y ha jugado también de terzino [lateral] y de extremo. Es un todoterreno y, junto a Verratti e Insigne, uno de los mejores talentos del fútbol italiano. Se ha dado cuenta Antonio Conte para el que Florenzi ya se ha vuelto imprescindible. En los últimos dos partidos amistosos jugados por Italia, el joven jugador de la Roma fue el mejor.

“Es un jugador completo, moderno, de fútbol total. Conmigo ha jugado de interior, de centrocampista externo en una línea de cuatro, pero también de extremo y lateral. Ha tenido un crecimiento increíble y una gran mejora técnica. Sus centros siempre hacen daño”, le describe Devis Mangia que le entrenó en la selección italiana sub-21. “Es el futbolista ideal para cualquier entrenador porque es una persona excepcional y sabe hacer grupo en el vestuario”, añade.

Cuando le piden que se describa a sí mismo dice: “Vivo a 200 por hora, pero luego me aíslo dos minutos y soy capaz de quedarme dormido en una silla”

Creció en la cantera de la Roma , pero, llegado el momento, tuvo que buscarse una salida para foguearse. Era verano de 2011. “Luis Enrique no contaba conmigo, no me tomó en consideración. Me dije: `A Roma ya no vas a volver”, confesó Florenzi en una entrevista en el Corriere della Sera. Le buscó Leonardo Menichini (que entrenó a Guardiola en el Brescia cuando era segundo de Carlo Mazzone) para el Crotone, de Segunda. Allí jugó cedido una temporada. “A Florenzi le tenía controlado porque seguía los partidos del filial de la Roma. Lo que me impresionaba de él era que sabía hacer de todo. Le pusieras donde le pusieras, cumplía. Le ves disfrutar en el campo, divertirse, le gusta jugar”, explica Menichini.

“Es pequeñito, sí, pero tiene una gran resistencia y una técnica extraordinaria. Centra bien, chuta bien con la izquierda y la derecha, tiene un gran golpeo, sabe jugar entre líneas, corre mucho y marca goles. Además, es un chaval extraordinario, buena gente, divertido. Un sol de persona. Para mí es un jugador para un club grande como Barcelona, Madrid o Bayern”, añade.

A la Roma, pese a sus pronósticos, sí volvió Florenzi. Lleva 143 partidos, 18 goles y 22 asistencias. Ha conquistado a todos. Cuando le piden que se describa a sí mismo dice: “Vivo a 200 por hora, pero luego me aíslo dos minutos y soy capaz de quedarme dormido en una silla”.

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de sociedad especializada en abusos e igualdad. En su paso por la sección de deportes ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de EL PAÍS.

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