Doménech evita la vergüenza en Mestalla

Por Mestalla pasó el Bayern de Munich disfrazado de azul y amarillo. Así lo pareció la UD Las Palmas, que dio una lección de fútbol al Valencia a merced de un rival pulcro, dinámico y con ambición. La falta de pegada del conjunto de Quique Setién y otra nueva actuación soberbia de Jaume Doménech bajo los palos no le concedió el premio de la victoria merecida por el desarrollo del partido, ninguneado el conjunto che a partir del esférico, un cuerpo extraño para los jugadores de Nuno, la mayoría de ellos por debajo del nivel que se les presupone.

La contundente victoria quince días atrás del Valencia ante el Celta, concedía un respiro a Nuno. Se podía considerar un punto de inflexión en el conjunto che, cuestionado por Mestalla el juego del equipo, las decisiones de Nuno, el proyecto de Lim. Llegó el Las Palmas al feudo valencianista y volvió la realidad. Balaídos fue un día de acierto, una lotería acertada. El conjunto canario evidenció los problemas del Valencia que no sabe a qué juega, agarrado a los resultados a partir de las paradas de Jaume Doménech y los goles de Alcácer, dos futbolistas de la casa a coste cero.

Y todo comenzó de cara para el Valencia. Fresco y alegre en ataque, a la UD Las Palmas le sobra candidez en defensa. A la segunda aproximación del conjunto che al área de Javi Varas, encontró premio tras una acción de André Gomes. Percutiendo por el costado izquierdo, el luso, tras aprovecharse de un rebote, asistió a Alcácer para que el delantero internacional, libre de marca, anotara a placer. El gol che ponía de relieve las virtudes y problemas del conjunto de Nuno que se despliega con intensidad en ataque tanto como se concentra en defensa. En el centro del campo, poca cosa.

El gobierno del partido resulta otro cantar. Le cuesta al Valencia dominar y dar continuidad al juego, sometido como en tantas ocasiones precedentes al buen hacer del rival. También del Las Palmas, valiente y pulcro en su proceder, fiel al ancestral academicismo y buena técnica de la escuela canaria, influida tal vez con la calidez de la isla que invita al hedonismo en la vida, también en el fútbol.

Dueño de la portería

Si el Valencia irregular se encuentra cerca de los puestos de Europa, lo debe en gran medida a Jaume Doménech que en el verano partía como cuarto portero del equipo y se ha hecho con méritos dueño de la portería de Mestalla. Cuando se recupere Alves, ya entrado el próximo año, se abrirá un interesante debate bajo los palos, un bendito problema para Nuno que ha encontrado en el guardameta castellonense un recurso, un alivio, un aliado para su causa. Debe contar en el haber del criticado técnico portugués su apuesta por el de Almenara. Al cuarto de hora, Jaume Doménech sostuvo al equipo con un paradón a tiro de Araujo que demostró los reflejos y la concentración con la que el canterano afronta los partidos durante los 90 minutos.

El marcador era del Valencia y el esférico del conjunto de Quique Setién, que está intentando potenciar las cualidades innatas del equipo canario, muy del gusto del técnico cántabro. Sintomático resultaba el inicio del juego en ambos equipos. El de la UD partía desde los pies de Javi Varas hacia uno de sus defensas o centrocampistas; el del Valencia a partir de un pelotazo de Doménech. A la grada de Mestalla no le gustaba lo que acontecía en el verde, una película demasiadas veces vista y vivida en lo que va de curso. Llegado el descanso, Mestalla recriminó a los suyos lo sucedido. 14 faltas cometió el Valencia en el primer acto por dos de los canarios, un dato que aclaraba de quién fue la pelota.

La misma dinámica prosiguió en la segunda mitad. Y le alcanzó al Las Palmas para alcanzar pronto el empate, tras una gran acción combinativa canaria finalizada por Jonathan Viera asistido por Tana. No celebró el gol el canario por su respeto a su pasado valencianista. Ni un ápice de acritud por parte de Viera al que Nuno le indicó definitivamente la puerta de salida.

La igualada acrecentó la tensión en el Valencia, impreciso en el pase. Ya apareció en Mestalla el “¡Nuno vete ya!”, mientras Jaume Doménech volvía a salvar al equipo con una extraordinaria mano que desviaba al palo un disparo duro de Tana en disposición de marcar. El conjunto de Quique Setién no se conformaba con el empate. Olió la sangre del Valencia incapaz de controlar el despliegue amarillo. Momo tuvo por dos veces una ocasión para la remontada. Erró en la definición. En el último minuto Doménech, a tiro de Araujo, volvió a salvar al Valencia en un partido de vergüenza que mereció la victoria del Las Palmas.