_
_
_
_
DIARIO DEL PALOMERO
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Psicólogos, garajes y un árbol caído

Rossi, en el Gran Premio de Malasia.
Rossi, en el Gran Premio de Malasia.Luca Gambuti (Cordon Press)

29/10. Jueves de Psicólogo

Hubo un tiempo, donde ir al psicólogo (o peor aún, al psiquiatra) suponía andar mal de la azotea. Y eso estaba mal visto (que se lo digan a Toni Soprano). Afortunadamente esos prejuicios van despareciendo y ahora no resulta sospechoso que un deportista o un equipo se ponga en manos de un profesional de este tipo que le ayude en una parte fundamental de su trabajo, el control emocional. Ha costado demasiado, aunque parezca obvio. La alta competición exige una capacitación física y técnica muy importante, pero tiene que estar acompañada de una buena gestión del sistema nervioso, sometido a enormes tensiones. Por eso, y como muy bien dice Pablo del Río, que sigue a muchos atletas de diversas disciplinas en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, no estamos hablando de tratamiento porque esto no es una patología, sino de entrenamiento. Aquí radica el principal cambio producido. No se trata de curar nada, sino de mejorar. El aspecto mental es ya otro más a entrenar sin necesidad que exista una problemática detrás. Y sospecho que cada vez será más mimado, pues quedan pocas dudas de que a determinadas alturas competitivas, lo que marca la diferencia está debajo del pelo de los deportistas, más que en sus músculos o habilidades. Mens Sana in Corpore Sano, solíamos pensar. ¿No será al revés?

30/10. Viernes de antis

“Hay antimadridistas a los que no agrada que el Madrid esté arriba”, dice Rafa Benítez en rueda de prensa. Esta vez es el entrenador blanco, pero frases parecidas surgen con enorme frecuencia, siendo curiosamente más habitual que salgan de las bocas de entrenadores y jugadores de los equipos grandes. Me sigue repateando esta tendencia a traducir las situaciones en clave de conspiración o victimismo. ¿Acaso hay que ser antimadridista para que no te agrede ver al Madrid arriba? Si yo soy aficionado al equipo X, ¿resulta censurable que desees que al equipo Y o Z no le vaya bien, y así aumenten las posibilidades de que tu club esté más arriba? Y luego está la indefinición. Hay antimadridistas…. (me recuerda la famosa frase de Gila, la de aquí hay alguien que ha matado a alguien) ¿A quién se refiere Benítez? ¿no podía ser más concreto? ¿Está hablando de aficionados, árbitros, instituciones, periodistas o quiénes? ¿O simplemente aboga por que el desacuerdo o la falta de simpatía te convierte en anti? ¿Acaso solo existen dos opciones, estar a favor o ser anti? De verdad, qué cansinas resultan estas declaraciones… 

Benítez, en una rueda de prensa.
Benítez, en una rueda de prensa.Javier Lizón (EFE)

31/10. Sábado de lío sobre lío

Como si la cosa no estuviese ya suficientemente caliente, llegan unos periodistas graciosos y se monta otro lío. La temperatura del Mundial GP sigue aumentando. Un día se lapida a Rossi, otro el propio Rossi pide la suspensión cautelar para no tener que salir último, y en el último episodio la familia Márquez y unos periodistas italianos se denuncian mutuamente por un incidente en un garaje. Y todavía estamos a más de una semana de la carrera definitiva. Lo más curioso del tema es cómo ha ido desplazándose el protagonismo desde Lorenzo y Rossi, los dos que se están jugando el Mundial, hacia Márquez. Desde que lo apuntó Rossi con el dedo y ahora con este asunto de los de la tele, el que acapara titulares es él, hasta dar la sensación que el foco para Valencia está más centrado en el todavía actual campeón, que en la pelea directa entre Lorenzo y Rossi. No creo que de aquí a la semana que viene la cosa se temple, y encima el último gran premio se corre en territorio de dos de los implicados, lo que hará que la temperatura ambiental se sume a la que se vivirá en los boxes y en las curvas. Ánimos caldeados, motos a todo trapo, rencillas ya no disimuladas y un título mundial en juego. Demasiada gasolina de todo tipo como para temer que esto no termine de la mejor manera.

Dan Carter recibe un placaje de Sekope Kepu, en la final del Mundial.
Dan Carter recibe un placaje de Sekope Kepu, en la final del Mundial.Stu Forster (Getty Images)

Lo que ha terminado ha sido el Mundial de Rugby, acontecimiento deportivo irrenunciable. Han ganado los All Blacks, pero sobre todo, y como ocurre cada cuatro años, ha ganado el rugby, el espectáculo que genera en el campo y en la grada, los valores inquebrantables que lo soportan y que no son violados esté lo que esté en juego. Durante mes y medio han dado ejemplo y dejado en evidencia otros comportamientos en otras especialidades. El triunfo de Nueva Zelanda estaba casi cantado, pues han sido los grandes dominadores del torneo. Tanto en semis contra Sudáfrica como en la final ante Australia, no mostraron su mejor versión, pero su superioridad les permite lograr sus objetivos sin necesidad de petarla en cada encuentro. Eso sí, en los días buenos y en los no tanto, es un espectáculo verles. Desde los armarios moviéndose a velocidades que contradicen su tamaño y musculatura hasta ese Dan Carter descomunal en acierto e inteligencia y con una pierna izquierda que parecía una cañón de precisión. Lo mismo Florentino ha visto la final y ha pedido su fichaje.

01/11. Domingo de árbol caído

Desayuno tranquilamente con el artículo de John Carlin sobre Mourinho y me congratula compartir sentimientos. O falta de ellos, pues el autor concluye con una declaración inequívoca. “¿Compasión? Ninguna”. Como mis críticas hacia este tóxico personaje vienen de muy lejos, no temo caer en lo de hacer leña del árbol caído, pues llevo intentando hacer leña incluso cuando el árbol estaba bien erguido, soportado por sus resultados, que para sus defensores justificaban unos métodos a menudo deleznables. Pero claro, lo que ocurre con este tipo de personajes, afortunadamente escasos, es que cuando los resultados no acompañan, no les queda nada donde agarrarse. Ni el juego, ni el estilo, ni la elegancia, ni la humanidad. Nada.

Esto no impedirá que después del Chelsea llegue otro equipo que le fiche. Y casi con toda seguridad, su proyecto no irá más allá del tercer año. Es normal, pues es el tiempo en el que los jugadores, los clubes o los aficionados acaban hasta el gorro de él. Su método de motivación se basa en el enfrentamiento, el encabronamiento, la constante búsqueda de un enemigo sobre el que cargar iras. Y claro, esto tiene un coste de felicidad, lo que convierte sus proyectos en poco sostenibles. Al principio se acepta, pero llega un momento que su veneno deja de tener efecto. Y poco a poco se va quedando solo en su batalla imaginaria frente a todos, y que como está ocurriendo ahora, termina rozando el patetismo.

Mourinho, durante el Chelsea-Liverpool.
Mourinho, durante el Chelsea-Liverpool.JUSTIN TALLIS (AFP)

Buena semana a todos

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_